El viernes 1 de agosto Prensa Libre publicó una noticia titulada: “Suben embarazos en adolescentes”. El artículo hablaba acerca del alarmante incremento de embarazos en niñas y adolescentes, respecto del 2013, revelado por el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva del departamento de Jalapa. De enero a junio de este año se conocieron 56 embarazos en niñas de entre 10 y 14 años, y mil 712 en adolescentes entre 15 y 19 años, lo cual totaliza mil 768 casos. En el 2013, fueron mil 575 casos en niñas y adolescentes.
– Los embarazos de niñas entre 10 y 14 años son considerados un delito con agravante.
– La promiscuidad y falta de información acerca del tema de sexualidad.
– El abuso sexual a menores, dentro y fuera del ambiente familiar.
– La posibilidad de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
El artículo menciona que a las niñas y adolescentes se les brinda control prenatal, nutrición y ayuda psicológica. Esta ayuda es post-embarazo, pero ¿qué hay de la ayuda pre-embarazo?
Es importante que, como jóvenes y agentes de cambio, conozcamos la realidad de Guatemala, para poder planificar de qué manera podemos ayudar y aportar significativamente a la causa pro vida de nuestro país.
Actualmente, los jóvenes están pidiendo a gritos que se le ponga atención al tema de la educación sexual, el cual es sumamente importante, pero también delicado; no lo podemos dejar en las manos de cualquier persona que se crea capaz de orientar a nuestros hijos, hermanos y amigos en el tema.
La educación sexual, un tema que se debe abordar integralmente. Es un tema que le concierne a la familia, pues esta es la encargada de velar por el bienestar de los niños y adolescentes en su etapa de crecimiento. Es la encargada de educar y preocuparse por el desarrollo humano de sus integrantes. Es también la responsable de brindarle al individuo un ambiente de confianza, amor y seguridad. Si bien es cierto que los hijos no traen un manual bajo el brazo, es responsabilidad de los padres hacer su mejor esfuerzo para formar seres humanos con valores y virtudes.
El Estado debe proporcionarle a la familia las herramientas y accesos para desenvolverse de mejor manera en la sociedad, sin embargo es la familia quien decide cómo y de qué manera utilizarlos. El bienestar del individuo debe ser de primordial importancia para quienes tienen como responsabilidad su cuidado.
Hoy en día se debe abordar el tema de la sexualidad, se debe educar a la población, y se deben proporcionar las medidas y accesos necesarios para que en todo momento se respete y promueva la dignidad intrínseca del ser humano. Pero quien debe tomar las riendas ante esta situación es la familia, la encargada de velar por el bienestar de cada uno de sus integrantes, nadie más.
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