Columna :::doble vía:::
La clave está en los hábitos.
Por Óscar Pineda.
Estamos en una etapa del año en la cual el inicio del ciclo escolar es un tema de interés y expectativa en las familias. Quiero remarcar que el colegio, la escuela, el centro educativo, son un complemento o una extensión del hogar como le llaman los expertos. Ya que es en la familia donde se cultivan los valores éticos y morales que los muchachos desarrollarán en el futuro. La familia tiene un papel estratégico ya que es en familia donde empezamos a sembrar las semillas de las virtudes con el ejemplo.
Estamos en una etapa del año en la cual el inicio del ciclo escolar es un tema de interés y expectativa en las familias. Quiero remarcar que el colegio, la escuela, el centro educativo, son un complemento o una extensión del hogar como le llaman los expertos. Ya que es en la familia donde se cultivan los valores éticos y morales que los muchachos desarrollarán en el futuro. La familia tiene un papel estratégico ya que es en familia donde empezamos a sembrar las semillas de las virtudes con el ejemplo.
Hemos escuchado en varias oportunidades que: «el hábito no hace al monje». Otros comentan que no lo hace, pero lo viste y lo muestra al mundo como el oficio que ejerce, pues también para eso es monje (Shakespeare dijo que el traje revela a la persona). Lo que nadie duda es que al monje, al médico, al profesor, al alumno, al artesano, al deportista, al trabajador cualquiera que tenga un trabajo honesto, necesita indudablemente del ingrediente esencial de las virtudes humanas.
Los hábitos buenos perfeccionan a la persona humana. Los expertos han llamado a esos hábitos, «virtudes». No cabe duda que en la sociedad actual hemos olvidado el sentido y valor de la virtud. La palabra latina «virtus» procede de «vis», que significa fuerza, vigor. Y su ejercicio se refleja en el levantarse temprano para ser puntual, por ejemplo. Se trata por tanto de una capacidad, de un querer hacer las cosas (interior o exterior). Por ello un ejercicio muy saludable es cuidar el tema del orden y la limpieza en el hogar, a la vez poner encargos en casa ya que el ejercicio de las virtudes nos da la posibilidad de «ser más» (más fuertes, más justos, más prudentes, más inteligentes, más señores de nosotros mismos…). Cabe mencionar que los hábitos opuestos (vicios), deterioran, dificultan, empobrecen la persona ya que impiden a la persona tener «personalidad».
Si queremos éxitos en nuestras vidas profesionales y familiares; debemos esforzarnos por vivir hábitos positivos.
Estamos empezando un nuevo año 2015 lleno de muchas ilusiones y propósitos nobles, que con la ayuda y el fomento de virtudes estoy seguro que alcanzaremos muchos éxitos.
Los hábitos buenos perfeccionan a la persona humana. Los expertos han llamado a esos hábitos, «virtudes». No cabe duda que en la sociedad actual hemos olvidado el sentido y valor de la virtud. La palabra latina «virtus» procede de «vis», que significa fuerza, vigor. Y su ejercicio se refleja en el levantarse temprano para ser puntual, por ejemplo. Se trata por tanto de una capacidad, de un querer hacer las cosas (interior o exterior). Por ello un ejercicio muy saludable es cuidar el tema del orden y la limpieza en el hogar, a la vez poner encargos en casa ya que el ejercicio de las virtudes nos da la posibilidad de «ser más» (más fuertes, más justos, más prudentes, más inteligentes, más señores de nosotros mismos…). Cabe mencionar que los hábitos opuestos (vicios), deterioran, dificultan, empobrecen la persona ya que impiden a la persona tener «personalidad».
Si queremos éxitos en nuestras vidas profesionales y familiares; debemos esforzarnos por vivir hábitos positivos.
Estamos empezando un nuevo año 2015 lleno de muchas ilusiones y propósitos nobles, que con la ayuda y el fomento de virtudes estoy seguro que alcanzaremos muchos éxitos.
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intensidad¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡