Microquimerismo: el vínculo de la madre con sus hijos

Columna :::a contracorriente:::

Un bebé vive dentro de su madre, antes, durante y después del embarazo  y esto explica el vínculo tan fuerte que existe entre una madre y sus hijos.

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Por: María Renée Estrada
La maternidad es ese tiempo en la vida de una mujer en el cual cumple su papel de co-creadora en el universo. El cuerpo de la mujer está diseñado para la maternidad, independientemente de las circunstancias que esta pueda vivir, las cuales le permitan o no poder llevar a cabo esta misión. Una mujer no es menos o más por ser madre, no tiene la obligación de serlo tampoco, pero definitivamente lleva en su cuerpo el sello indeleble de la oportunidad que tiene de poder serlo. Esto es algo que nada ni nadie puede negar, biología pura.

La gestación es un momento de simbiosis entre dos vías. Durante esos 9 meses, además de todos los fenómenos que ya conocemos, sucede el denominado microquimerismo fetal.  Pero ¿y eso qué es?


El microquimerismo fetal es un intercambio de células entre madre e hijo, que hace que algunas células madre pluripotenciales (las cuales pueden transformarse en cualquier tipo de célula) de la sangre del feto y la placenta pasen a la circulación de la madre y algunas células de la madre pasen a la circulación del feto. Las células fetales que cruzan por la placenta hacia el cuerpo de la madre se pueden llegar a alojar en ella hasta 30 años después de haber estado embarazada. Estas células fetales pueden cruzar hasta la 4ta. semana y llegar a representar hasta el 6% del ADN presente en el plasma de la madre. ¿Qué significa esto en términos más sencillos? Que un bebé vive dentro de su madre, antes, durante y después del embarazo – y esto explica el vínculo tan fuerte que existe entre una madre y sus hijos. (Haz click aquí para más información)

La maternidad, lejos de ser una construcción social, es una realidad natural. Una realidad natural que puede, o no, llevarse a cabo – pero no por eso deja de existir-. A veces erramos al decirle a ellas, ¡vas a ser mamá!, al momento de enterarnos de la noticia del embarazo. Una mujer se convierte en madre en el momento en que se produce la fecundación en su cuerpo, no después ni hasta el instante en el que da a luz. Y una mujer está llamada a ser madre, si las circunstancias así lo permiten, desde el momento en que nace mujer, con todas las características físicas, psíquicas y espirituales que esto conlleva.

Siempre hemos sabido que el rol de la madre en la vida de sus hijos es de los más importantes para el buen desarrollo en la vida de estos. La ciencia, una vez más, nos confirma la teoría. Recordemos que un buen matrimonio es pilar básico y fundamental para el buen funcionamiento de una familia y sus integrantes. La ciencia nos ofrece una buena parte, nosotros debemos trabajar por la segunda. El mundo necesita madres y padres fuertes, que estén comprometidos con su misión de progenitores y formadores de los más pequeños en el mundo y la sociedad. Son los padres de familia los que deben trabajar en conjunto para que sus hijos crezcan nutriéndose de elementos básicos como lo son las virtudes, afectividad, conocimientos y capacidades diversas. Ya lo dijo John Mayer en su canción Daughters

Fathers, be good to your daughters
Daughters will love like you do
Girls become lovers who turn into mothers
So mothers, be good to your daughters too
Padres, sean buenos con sus hijas
Ellas amarán como ustedes lo hacen
Las niñas se convierten en amantes, que luego serán madres
Así que madres, sean buenas con sus hijas también


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