Para quien navega sin rumbo ningún viento es favorable.

Por óscar pineda

Anteriormente habíamos mencionado la importancia de la familia como núcleo social y educativo por excelencia, pero seguiremos profundizando el hecho de que la familia se encuentra en un lugar sumamente estratégico, principalmente en esta sociedad cada día debatida por la violencia y degradada en valores humanos. No soy exagerado a mencionar esto, basta con leer el periódico para ver la atrocidad de las personas. Otra amenaza para la familia son las ideologías relativistas y consumistas que abruman el camino real y correcto para avanzar con los nuestros.
Como si de un árbol se tratara, la raíz es fundamental, es decir, las raíces de la sociedad actual y de siempre se han forjado en la familia. Recuerdo hace unos años en una visita a Guatemala, el grande de los valores, el Doc. David Isaacs mencionaba al finalizar su discurso “no pensemos en qué mundo encontrarán nuestros hijos, pensemos en qué hijos le entregaremos al mundo para fomentar  la paz”.

Para quien navega sin rumbo ningún viento es favorable“. Lucio Séneca

Bajo la premisa de navegar sin rumbo, en la familia existe una receta clave y es La Comunicación: La comunicación es una valiosa herramienta que nos permite conocer el sentir de nuestros hijos para que de esta manera sepamos cómo actuar y guiarlos; sin embargo tristemente hoy vemos que ese componente, ese momento, está muy limitando por lo que es imprescindible que aprendamos a comunicarnos con ellos para así poder expresarles realmente lo que queremos de ellos y a la vez, podamos escuchar lo que sienten y quieren ellos de nosotros.

Busquemos esos momentos; en la intensidad del tráfico, al realizar una compra, al compartir un helado, al leer un libro, en la sobre mesa, en una visita familiar, en un momento de oportuno;
busquemos ese momento clave para conocer a nuestros hijos y de esta manera conocer sus ideas y situaciones cotidianas para fortalecer nuestro rumbo.

Amigos, un Sí a que buscamos ser mejores padres y estar del lado de nuestros hijos, debemos ser los primeros en compartir nuestras alegrías y propósitos nobles continuamente. Lograremos que todos juntos en familia tengamos unos fines y metas nobles que nos lleven a buscar la felicidad.

No Comments

  1. Ana Luisa M. de Portillo-
    24 julio, 2015 at 11:32 pm

    Comparto su opinión. Hay que “planificar” de antemano cómo sacar momentos de tranquilidad en nuestros días llenos de prisa.