Por marcia garcía
Sin embargo el mal llamado matrimonio entre el mismo sexo, que no es más que una unión, sobrepone los deseos de la pareja por encima de las necesidades de los niños que son adoptados, porque ya no se preocupan de tener un matrimonio en busca de una vida familiar ideal para los niños. Si se redefine lo que es el matrimonio como algo que puede darse en dos personas del mismo sexo, el sexo masculino y sexo femenino serian visto no como algo biológicamente natural, sino como algo irracional y arbitrario. Por ello, la palabra género se ha sustituido por la palabra sexo como una estrategia de la ideología de género que intenta eliminar los dos sexos.
Se debe privilegiar a la familia, los derechos fundamentales mas no los individuales. Se necesita fortalecer el vínculo familiar en lugar de promover el divorcio, el materialismo que conduce a evitar embarazos a toda costa o el de pensar que el ser padre es un derecho, lo que conlleva a utilizar mecanismos anti naturales para crear una familia (FIV, alquiler de vientres, etc.). Debemos resaltar la importancia de educar a los padres para que se valore el papel que juega el padre y la madre, papeles distintos que se complementan y lleva a la corresponsabilidad de ambos por crear el ambiente adecuado para sus hijos. El ser padre no significa el poder de oprimir a la mujer y el ser mujer no es sinónimo de ser oprimida por el hombre o que la maternidad sea una forma de discriminación, y el ser hijos no significa que no se tiene voz para exigir una familia natural y ser blanco de uniones entre personas del mismo sexo que pudieran desear el tener hijos y verlos como un derecho que les pertenece. Las mujeres deberíamos apoyar la paternidad responsable y no promover a que los hombres se sientan desvinculados con la igualdad de sexos, necesitamos igualdad en la diferencia, para evitar la falta de paternidad responsable y así, en lugar de promover ideas feministas radicales promover ideas humanistas a favor de la familia.
Estamos en un mundo en el que se propagan ideologías contrarias a la naturaleza del matrimonio y la familia, bien se ha dicho y confirmado que existe una separación entre la familia y las instituciones educativas, entre la paternidad y la responsabilidad, es decir, entre familia y sociedad, cuando en realidad la familia debería ser el punto focal del desarrollo social.
Me llama la atención que se diga que el formar una familia requiere de valentía, pero ¿porque valentía, no es acaso algo común en nuestra sociedad el formar una familia? Sin embargo es aquí donde debemos hacer énfasis en la importancia que tiene que promovamos la institución natural de la familia, en la que padre, madre e hijo(s) son portadores de principios y valores que mantienen a flote la defensa de la vida y el orden natural establecido, en el que todos como seres humanos y no como grupos según nuestras ideologías, ya somos respetados y protegidos por los derechos fundamentales desde nuestra concepción sin discriminación alguna. Por lo tanto, la necesidad de crear nuevos derechos para más personas según sus preferencias sexuales, es una falacia.
Por otro lado, se han multiplicado los llamados expertos, que han ocupado el papel de los padres también en los aspectos más íntimos de la educación de los niños (educación sexual etc.). Sobre la vida afectiva, sobre la personalidad y el desarrollo, sobre los derechos y los deberes, pero es en estos temas que los padres deben involucrarse y volverse en la primer fuente de educación para sus hijos, ser ellos quienes les enseñen valores y principios, sobre la importancia de respetarse y respetar la vida.
En el presente mes de julio el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, probaron una resolución a favor de la Familia. Esta resolución A/HRC/29/L/25 representa un gran avance en cuanto a la defensa de la vida de toda la humanidad, con el fin de adoptar leyes y políticas que promueva un entorno natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, particularmente los niños y que, aunque el Estado es responsable de proteger los derechos humanos de todos, la familia tiene la responsabilidad primordial de cuidar y proteger a los niños. Esta resolución reconoce que la familia tiene la responsabilidad primaria en la crianza y protección de los niños. Reconoce el impacto positivo que las políticas y medidas de protección a la familia pueden tener en la protección y promoción de los derechos humanos de sus miembros; Reconoce que la familia, siempre y cuando se garantice el respeto de los derechos de sus miembros, es una sólida fuerza de cohesión e integración social, solidaridad intergeneracional y desarrollo social, y desempeña un papel decisivo en la preservación de la identidad cultural, las tradiciones, la moral, el patrimonio y el sistema de valores de la sociedad.1
En la misma línea, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece en el Art. 25 que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social. El Art. 26 establece que los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Entonces si la familia es protegida en el sistema internacional de derechos humanos porque sigue siendo amenazada si sabemos claramente que a través de ella el mundo se humaniza. La familia crea entre sus miembros parte de la identidad de la persona humana, transmite identidad cultural y aporta de sobre manera al desarrollo social. Por ello, decimos que nos humaniza, porque es a través de esta institución natural más no artificial, que podemos transmitir nuestra identidad humana, personal e integral por medio del don de la vida. El derecho a decidir libremente existe, pero el derecho a que decidan por mi lo que se debe redefinir lo que por naturaleza existe –como el matrimonio- no. Por eso la Familia sí Importa.
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