Sobre la Ley Nacional de la Juventud y su la violación a los Derechos de los Padres.

La semana pasada se incluyó en la agenda del Congreso la aprobación de la iniciativa para crear Ley Nacional de la Juventud, iniciativa que cuenta con dictamen favorable desde finales del año 2008, sí, hace 8 años.

POR PABLO ORTEGA

​Como dice el dicho “una de cal y otra de arena”, así está nuestro Congreso actualmente con algunas acciones que parecen positivas en esta nueva legislatura, pero la anterior es grave, por la forma, momento y trasfondo.  A la iniciativa ya consensuada con muchos sectores hace años le quieren imponer unas Enmiendas que son realmente aberrantes y denigrantes para nuestros jóvenes, y por ende a nuestra sociedad.
 
Venimos de vivir momentos políticos álgidos en los que demandamos autoridades diferentes, que le permitan a nuestra sociedad regresar al rumbo correcto, regresar a la correcta moralidad de las acciones de las autoridades, y ojalá de todo guatemalteco.  Rechazamos la corrupción, queremos transparencia, rechazamos el robo, queremos honestidad, rechazamos el transfuguismo, queremos lealtad, etc. ¿Por qué vamos a permitir a los diputados legislar a favor del libertinaje y el desorden social que provocarían esas enmiendas? 
 
Mi postura en cuanto a la ley es sencilla, la considero redundante e innecesaria, ya sus exigencias están contenidas dentro de la Constitución de la república. Y deteniéndome únicamente en la enmienda sobre la mal llamada “educación integral” sexual diría que la educación integral debe serlo, debe incluir valores morales y espirituales, sin prejuicios contra estos, pero sin quitarle la potestad a los padres de familia de escoger la educación para sus hijos.
 
Ya está comprobado en otros países que al promover a nivel de estado la mal llamada educación sexual integral -mal llamada porque en lugar de educar hacia el bien de la persona y del bien común educa para dañar a la persona y a la sociedad, y de repartir anticonceptivos como si fuera la solución del siglo-, los resultados son dañinos provocando incremento en: relaciones extramaritales de jóvenes, desvalorización de la mujer, embarazos en niñas y adolescentes, enfermedades de transmisión sexual, VIH-Sida, desvalorización del matrimonio y de la familia, gastos en salud pública que los paga nuevamente el gobierno y la sociedad, etc.
 
Pregúntese ¿por qué agregar esas enmiendas en el último minuto? ¿por qué hacerlo sin consultar a la sociedad que en su mayoría las rechaza? No es más que por intereses mezquinos de empresas y organizaciones internacionales y sus subsidiarias en el país, incluso a través de ONG’s. Estas empresas serán las favorecidas en la venta de sus productos a través del mejor canal de venta, el gobierno, contratos millonarios. ¿Cuál es el interés personal de los diputados que las quieren aprobar a marchas forzadas? ¿Les ofrecerían algo a cambio? Y si no ¿han analizado las enmiendas o solamente están siguiendo instrucciones de alguien más?
 
Y lo peor de todo, el Estado tendría la potestad absoluta en esos temas encima de la autoridad y libertad de los padres de familia de escoger la mejor educación para sus hijos. ¿Desde cuándo el Estado puede usurpar esa función?
 
Padres de familia, no nos dejemos, ya lo demostramos el año pasado, nosotros los guatemaltecos podemos enfrentarnos a las contrariedades de los políticos, con respeto, en el marco de la democracia, pero con decisión.
 
Si quieren aprobar algo que sea consensuado con los sectores involucrados, con las asociaciones de padres, de familia, las Iglesias, los educadores; no a escondidas, ni a la carrera, ni presionados por organismos internacionales, y menos por agendas torcidas disfrazadas de ONG’s.

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  1. Arturo Rosales-
    12 febrero, 2016 at 10:19 am

    Sr Ortega, se ha dado cuenta de la cantidad de embarazos en pre adolescentes, a la cantidad de jóvenes con enfermedades de transmisión sexual. Usted dice que los padres deben dar la educación sexual a los jóvenes. Eso no se ha dado ni nunca se dará, mientras tanto la población sigue creciendo, sin recursos, con unos niveles de pobreza extrema, con desnutrición hasta el cielo, Con rezar únicamente no se va a mejorar las situaciones de la sociedad, hay que modificarla por ley y por decreto si es posible.
    Yo quiero que mis hijos e hija puedan tener una vida feliz y plena, y he buscado la mejor bibliografía para poder hablarles acerca dela sexualidad y de la vida, pero se que no soy el común denominador de los padres guatemaltecos,

  2. Cesy-
    7 marzo, 2016 at 5:11 pm

    Sr. Rosales, no es necesario buscar y buscar bibliografías para brindarles educación sexual a nuestros hijos.
    La Biblia es el mejor manual de vida que tenemos a nuestro alcance. Ahi está claro el mandamiento de no fornicar y no adulterar, y si cumplierámos con educar de esa forma a nuestros hijos, no habría nada de lo que ud menciona en su comentario, no habría niñas embarazadas, ni personas con enfermedades de transmisión sexual. La abstinencia hasta el matrimonio es la mejor medicina, pero nos es mejor lamentar que prevenir.