Por María Reneé Estrada.
Educación integral.
En el 2014 el Fondo de Población de las Naciones Unidas publicó un documento titulado “Directrices operacionales del UNFPA para la educación integral de la sexualidad: Un enfoque basado en los derechos humanos y género”. Y es que mientras por un lado pareciera que en el documento abordan una temática de suma importancia, pero por otro es evidente que pretenden promover un concepto de manera incorrecta, utilizándolo como sombrilla para introducir términos ambiguos e ideologías de agendas particulares. ¡Nos quieren dar gato por liebre!
Dentro de este documento, el UNFPA define la educación integral de la sexualidad como un enfoque de la educación sexual basado en los derechos humanos y género, tanto dentro como fuera de la escuela. […] es la educación basada en los planes de estudios que tiene como objetivo dotar a los niños, niñas y jóvenes de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les permitan desarrollar una visión positiva de la sexualidad, en el marco de su desarrollo emocional y social. Al adoptar una visión holística de la sexualidad y el comportamiento sexual, que va más allá de un enfoque centrado en la prevención del embarazo y de las infecciones de transmisión sexual (ITS), ¡hasta aquí todo muy bien!, la educación integral de la sexualidad permite a los niños y jóvenes:
- Adquirir información precisa sobre la sexualidad humana, la salud sexual y reproductiva y los derechos humanos, incluida la anatomía y la fisiología; la reproducción, el embarazo y el parto; la anticoncepción (métodos que atentan contra la salud de la mujer, violentándola, pero que nadie hace referencia a ello); las infecciones de transmisión sexual y el VIH/sida; la vida familiar y las relaciones interpersonales; la cultura y la sexualidad; los derechos humanos, el empoderamiento, la no discriminación, y los roles y la igualdad de género (¿género o sexo? ¿hombre y mujer?); el comportamiento y la diversidad sexuales (¿cómo así?); el abuso sexual, la violencia por razón de género y las prácticas nocivas (¡osea todas las antes mencionadas!). ¿¡Y DONDE QUEDÓ LA AFECTIVIDAD!?
- Explorar y fomentar valores y actitudes positivas hacia la salud sexual y reproductiva, y el desarrollo de la autoestima, el respeto de los derechos humanos y la igualdad entre los géneros. La educación integral de la sexualidad capacita a los y las jóvenes para gestionar su propia conducta y, a su vez, tratar a los demás con respeto, aceptación, tolerancia y empatía, independientemente de su género (otra vez, ¿se refieren a sexo masculino/femenino?, etnia, raza u orientación sexual (promueven las orientaciones como algo que es normal y que debe ser socialmente aceptado, y aunque cada vez exista con más frecuencia, como si fuera alguna moda, el no estar de acuerdo con este tipo de conductas no quiere decir que se promueva el odio ni mucho menos).
- Desarrollar habilidades para la vida que fomenten el pensamiento crítico, la comunicación y la negociación (¿qué tiene que ver este término con las educación sexual? ¿son acaso las relaciones sexuales transacciones?), la toma de decisiones y la asertividad, habilidades que pueden contribuir a mejorar y hacer más productivas las relaciones con los miembros de la familia, los compañeros, amigos y las parejas sexuales o afectivas (hacen la distinción y encima lo hacen en plural Y AQUÍ SI MENCIONAN LA AFECTIVIDAD).
Luego la UNFPA afirma algo interesante:
[…] los principios básicos identificados en el informe derivado de la consulta internacional sobre Comprehensive Sexuality Education: Advancing Human Rights, Gender Equality and Improved Sexual and Reproductive Health (Educación integral de la sexualidad: la promoción de los derechos humanos, la igualdad entre los géneros y la mejora de la salud sexual y reproductiva) (Bogotá, 2010) siempre deben estar presentes en los programas y planes de estudios de educación sexual:
• El respeto de los derechos y la diversidad humana, considerando la educación sexual como un derecho. (La educación sexual NO es un derecho; los derechos humanos están descritos claramente en la Declaración Universal de Derechos Humanos y por ningún lugar podemos encontrar la educación sexual como uno de ellos).
• La capacidad de pensamiento crítico, la promoción de la participación de los y las jóvenes en la toma de decisiones y el fortalecimiento de sus capacidades para la ciudadanía.
• El fomento de normas y actitudes que promuevan la igualdad entre los géneros (¿a qué se refieren con esto? ¿o qué nos quieren imponer a través de estos términos, mejor dicho) y la inclusión.
• La superación de las vulnerabilidades y la exclusión.
• La apropiación a nivel local y la pertinencia cultural. (Todas las palabras resaltadas en negrilla son vocabulario utilizado por la agenda LGBTI para imponer su ideología).
• Un enfoque de ciclo de vida de la sexualidad, positivo (desde el momento en el que se excluye la afectividad de la sexualidad, esta se reduce a genitalidad y deja de ser un enfoque positivo por mucho).
En conclusión ¿Cómo podemos hablar entonces de educación sexual integral cuando no abordamos todos los espectros antropológicos del ser humano dentro de la misma? Según toda esta información brindada en el documento de la UNFPA, el ser humano únicamente consta de una esfera biológica (su cuerpo) en términos de educación sexual. Para ellos, según este documento, es más importante el tema de la anticoncepción que el de forjar relaciones duraderas afectivamente. Es más importante promover la diversidad sexual que empoderar al hombre y a la mujer a vivir plenamente para formar familias estables, es más importante hablarle a niños, ¡sí, niños!, sobre el comportamiento sexual, en lugar de educarlos para evitar que se involucren en actividades sexuales de riesgo. Reducen la sexualidad a una simple genitalidad, anulando espectros importantes de la antropología humana como lo son la psique y el espíritu. Y es que para enseñarle a un adolescente a utilizar un condón hoy en día no necesitan educación sexual “integral”, para eso (lamentablemente) tienen MTV los muchachitos.
Los invito a buscar el documento “Estándares de Educación Sexual en Europa” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2010 dirigida a docentes y autoridades educativas para conocer mas de cerca las propuestas que incluye una educación basada en la ideología de género. El texto determina recomendaciones concretas para cada edad que incluyen:
- De los 4 a 6 años: Se debe iniciar la educación en la diversidad, educando en las preferencias homosexuales y consolidando la identidad de género. Explicación amplia de los diferentes tipos de familia y dar introducción al tema de masturbación.
- De los 7 a 9 años: Insistir en que aprendan a defender sus derechos sexuales e identificar los roles de género.
- De 10 a 12 años: Brindar información sobre los diferentes métodos de planificación familiar, los anticonceptivos y su uso. Informar sobre las relaciones sexuales, que deben ser de mutuo consenso y voluntarias, pero hablar sobre el placer, el orgasmo y la masturbación.
- De 12 a 15 años: Educar en la habilidad de negociación y comunicación para la promoción del sexo seguro y agradable. Que aprendan el uso y dónde obtener preservativos (condón) y métodos de anticoncepción. Que tomen desiciones concientes sobre los embarazos no planificados y desarrollen actitudes personales sobre la maternidad, paternidad, la anticoncepción y el aborto.
- De 15 en adelante: Inculcar la habilidad de apertura y admisión a la homosexualidad, bisexualidad, transexualidad y demás opciones. Explicar la anticoncepción “de emergencia”, que se conozcan las relaciones sexuales comerciales, la pornografía, la dependencia sexual y el “derecho” al aborto seguro. (ver abajo enlace para verificación de fuentes)
¡Que integral! ¿Verdad? ….¡Que no nos vendan gato por liebre!
http:/www.madridsalud.es/publicaciones/otraspublicaciones/standars_de_calidad_de_la_educacion_sexual_en_europa_traducido_12nov.pdf
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