En esa tarde, pasaban por mi mente muchos recuerdos llenos de alegría. Y en aquellos pasillos donde el suelo me era muy familiar, encontré un armario en el cuál se guardan los objetos valiosos.

​Por Oscar Pineda
Tenía ya dos décadas de no ver aquel espejo, aquel cofre hecho en primaria y barnizado con ayuda de papá, mis primeras corbatas. Guardábamos ahí cosas con mucho valor sentimental. Entre ellas encontré mi joyero de fantasía, que aún alojaba medallitas y pulseras de poco valor que me recordaban tantas lindas historias que algún día compartiré con mis hijos. Al abrirlo se escuchaba aún la poca cuerda que alguien dejó. Mis oídos escucharon la melodía Historia de Amor de Beethoven cosa que me lleno de mucha nostalgia.

Así como aquel lindo joyero que encontré en casa de mis padres guardaba y protegía mis “tesoros” de antaño, pensé ¿dónde guardo los actuales?. Realizando que el joyero más valioso que puede existir es el hogar.

El joyero más importante es la familia, que guarda cuidadosamente a cada uno de sus integrantes sin importar sus diferencias individuales, sus carencias y sus características que hacen que cada miembro de la familia sea singular.

¿Será que estamos cuidando a cada uno de los integrantes de mi familia como se debe, será que los estamos formando bien con nuestro ejemplo o se lo estamos delegando a otras instituciones?

¡Padres despertemos! Pues no hay otra labor mas importante que la que tenemos con nuestro cónyuge y nuestros hijos. Cuidar sigilosamente a los nuestros, sus corazones, sus necesidades y –en estos tiempo- sus mentes, de ideologías peligrosas y la violencia latente en la que vivimos. En este mundo donde se atenta contra la vida del más inocente, en el lugar donde más protegido debería estar, el vientre de su madre. Este mundo que pone a hijos contra sus padres y vende lo pasajero como tesoro.

No escatimen esfuerzos en asuntos de proteger a los nuestros de estos ataques ideológicos que minan directamente sus futuros, nuestra felicidad plena y compartida.  Pongamos el corazón en cada momento en que estamos juntos. Los tesoros bien guardados acumulan valor.

La familia es la mejor manera para nosotros poder compartir el éxito de lograr las metas más importantes haciendo partícipes a quienes quieren lo mejor para nosotros. Y los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y mantienen sobre los principios del amor, el respeto, el perdón, la compasión y el trabajo en unión. Todo esto se cultiva.

En el joyero del hogar, los hijos aprenden a elegir entre lo correcto e incorrecto, se les enseña amor siendo amados, y responsabilidad y socialización siendo parte de un hogar funcional  Por supuesto, no todos tienen la oportunidad de tener tan perfectas condiciones pero el primer paso es hacer de su familia una prioridad. 

Encuentre más tiempo para pasar juntos como una familia, hable de la familia con su familia. El proceso puede ser lento y con altibajos, pero las recompensas de ver brillar los tesoros ¡son enormes!.

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