¿Dejas que tus hijos se ensucien?

Con las manos llenas de polvo y con cansancio  se han logrado construir las mejores obras de la humanidad.
Por Oscar Pineda
​Todo padre de familia espera que sus hijos alcancen su proyecto de vida, sus anhelos, sus inspiraciones, sus éxitos. Pero ¿qué papel jugamos los padres de Familia en la realización de los mismos?
En el reciente III Congreso Inspirando Familias, la Doctora María Solano, que visitó Guatemala desde España, nos subrayaba que hay dejar que nuestros hijos aprendan a resolver sus problemas, que hay que dejar que si caen, se levanten para quitarse el polvo y sigan adelante.

Como docente, con más de 20 años de dedicación, he visto dinámicas familiares de todos los tipos. Desde padres aprensivos, que les resuelven la vida a los niños, hasta padres sumamente ausentes, que por querer dejar que sus hijos sean independientes, cruzan esa línea que los deja totalmente desprotegidos. Y es que la labor de padres es sumamente delicada, trabajosa y muchas veces confusa, pero no imposible, mucho menos sabiendo cuanto somos capaces de amar a nuestros hijos.

Al escuchar sus palabras, recordaba claramente los casos de esos padres sobreprotectores, que aunque quizá con buenas intenciones, no permiten que sus hijos formen su propio criterio, refuercen sus habilidades y relaciones con otros, tomen decisiones certeras y mucho menos, que sepan hacerse responsables de sus problemas y de encontrar soluciones para los mismos. ¡Cuantas oportunidades perdidas! ¡cuánto daño estamos haciéndoles sin siquiera darnos cuenta!

La verdadera riqueza de nuestra tierra radica en el valor de la persona que se esfuerza, del guatemalteco que sale a primeras horas del día y regresa con el jornal ganado. Ese padre de familia tiene el poder de inculcar y ejemplificar ese ingrediente mágico que es la Voluntad. Voluntad que se fundamenta en el sacrificio, en el saber que si puede y que sueña y sus sueños son nobles, tan nobles que le motivan a dar más del 100% cada día, esto lo llena de alegría y lo pone cada vez más cerca de sus metas.

¿Y qué podemos hacer? ¿Cómo empezamos?

  • Transmitir a los hijos y familia nuestros sueños, metas y proyectos.
  • No limitar los sueños de nuestros hijos sino mas bien motivarlos a encontrar los recursos para poder cumplirlos.
  • Dar el ejemplo desarrollando los medios para alcanzar nuestras metas con libros, cursos etc.
  • Ser realistas que a veces los objetivos pueden ganarse centímetro a centímetro.
  • Lo que cuesta alcanzar en la vida es lo que más satisfacción nos da.
  • Que en familia todos pertenecemos al mismo equipo.
  • El trabajo cooperativo nos llevará más pronto a nuestras metas .
  • Hablar de proyectos siempre que se pueda.
  • Aprovechar los espacios de sobremesa o una conversación en familia para hablar de los sueños en común.
  • Felicitar y promocionar los logros, reforzándoles que son capaces alcanzar todas sus metas.
  • No solucionar los tropiezos, sino mas bien motivarlos a encontrar las alternativas para solucionarlos.

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