Existen generaciones que piensan en un cambio positivo puesto en la familia, núcleo social y educativo por excelencia.
Por Oscar Pineda
Hace pocos días tuve la oportunidad de participar en un foro con estudiantes de último año bachillerato (ya pre universitarios), quienes compartían con mi persona la preocupación actual en cuanto al tema de la delincuencia y el panorama político actual.
Durante el foro los 11 bachilleres presentaron su ponencia y uno a uno disertaba su opinión y respuesta a la problemática actual en cuanto a la delincuencia. Casi al finalizar, entre los últimos 2 participantes, pensé en compartir con ellos ¿qué podemos hacer, qué plan emergente podemos hacer para combatir la delincuencia y los problemas políticos actuales? Para ello me dejaron sorprendido cuando me respondieron que hay que pensar en un sistema preventivo y que este tenía su raíz en la familia.
¡Sorpresa! Como educador me pareció una participación esperanzadora ya que en la disertación de estos muchachos agregaban que ellos educarían con amor y respeto a sus hijos. Lo tenían muy claro y lo argumentaban con el hecho de que estaban terminando sus estudios de educación media con apoyo siempre de sus padres.
Si, si hay esperanza. Existen generaciones que piensan en un cambio positivo puesto en la familia, núcleo social y educativo por excelencia. Esta vivencia con los graduandos de este año me ha llenado de alegría, ya que al saber que a su corta edad y en plena juventud donde se proyectan los ideales a seguir en la vida, ellos se plantean un proyecto educativo familiar. Que bien por ellos y por todos los que construyen día a día un mejor país.