Con que ser mamá te roba la vida, ¿cómo así?
Muchas veces he escuchado que la maternidad hace que una mujer se realice plenamente. Esta aseveración ha sido expresada dando a entender que, si una mujer no es madre, no llega a tener una vida plena. Generalmente, la he escuchado de mujeres que son madres y ensalzan ese rol, aunque también lo he escuchado de mujeres que no han logrado ser mamás.
Cuando era más joven me burlaba internamente de quienes afirmaban semejante cosa y pensaba en mis planes de estudio, de trabajo, de viajes, de múltiples experiencias, etc. Con los años, he madurado un poco y ya no me burlo, pero sigo pensando en mis planes de estudio, de trabajo, de viajes, de inversiones, de emprendimientos y de aún más experiencias que antes. La diferencia es que ahora estoy casada, tengo hijos, más responsabilidades y menos tiempo. La principal diferencia es que ahora quiero hacerlo todo con ellos.
Definitivamente la maternidad/paternidad le da caravuelta a la vida que uno llevaba previamente. Podría decir que quita y añade, pero básicamente modifica. Para algunas personas, el efecto es mayor que para otras. Hay quienes están más preparadas y otras menos. Pero lo que si me parece cómico es ver cómo NADIE está preparado para todo.
A lo largo del camino las cosas siguen cambiando o revelándose diferentes a lo que pensábamos que iban a ser, y tenemos que renovarnos y aprender. La adaptación al cambio y la flexibilidad son herramientas indispensables para la supervivencia de cualquier especie; el ser humano definitivamente no es la excepción. La mujer o el hombre que tiene un hijo necesariamente tiene que adaptarse, incluso si desistiera de la labor.
He observado durante algunos años que se ha utilizado una especie de didáctica escolar mediante la cual se pretende enseñar a los adolescentes la dificultad de cuidar a un bebé. Les dan un muñeco bebé que llora, al cual hay que alimentar, cambiarle pañales, arrullar, y dar cuidados básicos. También están los Tamagotchis, que son lo mismo, pero no parecen bebés. No se si sirve o no para el objetivo pedagógico, tampoco estoy atacando el método en lo absoluto. Sin embargo, he escuchado a muchos adultos comentar que “es una excelente idea para que los jóvenes se asusten y no quieran tener hijos a edades tempranas”.
¡Ups! Mensaje incorrecto, al estilo robot. Esta ambigüedad de mensajes confunde a cualquiera. Si soy padre o madre de familia, ¿por qué voy a desear que mis hijos se asusten y no quieran tener hijos? Entiendo que la idea es posponer los embarazos, pero el mensaje es ambiguo. ¿En realidad es tan mala la paternidad? ¿En realidad te pierdes a ti misma debido a la maternidad? ¿Acaso tus hijos son una carga tan pesada para ti que no le deseas a nadie más tener los propios? Si no es ese el caso, es mejor cambiar de mensaje.
Definitivamente no queremos promover los embarazos en adolescentes, ni tampoco los embarazos fuera de matrimonio, ni mucho menos la promiscuidad. Sabemos que las personas que obtienen logros académicos y laborales previo a tener hijos tienen en general, mejores ingresos y por lo consiguiente, un mejor nivel de vida. Pero eso es una curva de crecimiento limitado, e incluso, puede transformarse en una pendiente negativa con el pasar de los años. Además, la maternidad y la paternidad son en sí mismas otra carrera, que también tiene una ventana de tiempo para concretarse.
Hagamos algunas preguntas al respecto. ¿Se puede ser feliz con hijos? ¿Se puede tener una vida plena con hijos? ¿Se dificulta estudiar con hijos? ¿Se dificulta desempeñarse profesionalmente con hijos? ¿Se dificulta viajar y tener aventuras con hijos? ¿Se encarece la vida con hijos? ¿Qué respuestas tengo para cada una de estas y de muchas otras preguntas relacionadas? Cada persona tiene una experiencia diferente y, por lo tanto, respuestas diferentes.
Lo que no me agrada es esa difusión de creencias limitantes, que nos hacen pensar que la maternidad/paternidad nos va a robar la vida. Nada ni nadie puede hacerlo. Claro, puede haber circunstancias que nos dificulten muchísimo salir adelante y lograr nuestros objetivos. Pero más puede un pensamiento negativo en nuestra mente que todo el mundo en nuestra contra.
Recientemente celebramos el Día de la Madre. Yo feliz, con mis dos hijitos en el confinamiento. Me encantó lo que nos relató Alex Cabrera la semana pasada sobre su primer embarazo. Y es que el empoderamiento real de una mujer no es hacerse superior, simplemente es hacerse más fuerte. Mi competencia soy yo misma, no el resto de la humanidad, mucho menos mis hijos. Así que decidí encuestar a mis amigas sobre cómo la maternidad las había empoderado. Les diré: estoy encantada de sus respuestas.
M: Como tía y maestra: acompañarlos en su crecimiento, ver sus logros y cómo van adquiriendo autonomía; lo #1 el amor incondicional que te dan.
A: Mis hijos han sido mis mejores maestros. Me han enseñado más de lo que me imaginé. Tenemos la romántica idea de que nosotros les “enseñaremos”, y es todo lo contrario. Yo lo llamaría una capacitación de habilidades singulares…más como una maestría.
B: La maternidad me dio el valor para enfrentarme a las situaciones de la vida y el deseo de ser una mejor persona. Fue algo intrínseco que sentí desde que supe que sería mamá. Fue como una fuerza interna que no había sentido, tal vez como un instinto de protección que cambió mi forma de ser. Tal vez no un “puedo con todo”, pero sí lo intento todo por su bienestar.
W: Este rol me ha ayudado a desarrollar nuevas habilidades y herramientas que ahora me sirven para mi vida personal. Es increíble, ahora me sirven en el cumplimiento de otros roles.
B: Es un aprendizaje mutuo, nacimos como mamás y ellos como hijos el mismo día.
C: Los niños son mi motor para tratar de seguir siempre, no importa qué pasa en la vida o qué complicaciones uno enfrente. Para ellos todo el esfuerzo vale la pena. Ellos le enseñan tanto a uno cada día.
P: Jugamos un papel cocreador y codirector en la vida junto con Dios para llegar a Dios nosotras y nuestros hijos. Aún Él confía en la humanidad. A pesar de todo…Él sigue viendo en nosotros Su imagen y Su semejanza. Si Él sigue amándome y confiándome a uno de los suyos, yo tengo que sentirme empoderada.
P: Nos toca tomar decisiones por y para el bienestar de nuestros hijos en muchos aspectos importantes de su vida: alimento, salud, seguridad, educación, valores, fe, etc. De nuestras decisiones pequeñas o grandes formamos una vida, una persona, un ser humano. Dios nos empodera para tomar decisiones.
F: Entrega, al dar amor, dar de tu vida, tu tiempo, darlo todo para sacar adelante a la siguiente generación. Trascendencia.
N: He sido capaz de llevar una vida más saludable, he explotado mi creatividad como nunca, mis habilidades relacionales mejoraron, y mi espiritualidad también, y todo a raíz de ser mamá.
S: Ser empática con otras mamás y con otros seres humanos. El poder y la voluntad para lograr un bien común. Cuando un sacrificio deja de serlo porque le hace bien a tu bebé. Valorar y reconocer el esfuerzo de quiénes influyeron en nuestra crianza. Defender lo que creemos mejor para nuestros hijos. Creer en el instinto materno. Sentir y reconocer la conexión que se tiene con un hijo. Empoderarme para darles un mundo mejor. Hacer que mis hijos sean agentes de cambio. Sentir paz y amor infinito por el simple hecho de que estén allí. Querer ser mejor por ellos y para ellos.
Ese crecimiento personal, ese desarrollo de empatía y humildad, esa entrega y amor incondicional, ese aprendizaje, ese motor para seguir luchando, esa flexibilidad para cambiar de roles, ese cambio de paradigmas, ese explotar mis habilidades adormecidas, todo eso es empoderarse. Empoderarse es “agarrar al toro por los cuernos” cuando toca, incluso cuando lo que toca es quedarse callada y quieta.
Empoderarse es descubrir que las circunstancias no me definen ni han de limitarme, es dejar fluir mi creatividad para encontrar soluciones alternativas. Empoderarme es conocer la verdad y actuar responsablemente en torno a ella, buscando el bien propio y el de los que me rodean.
Te invito a promover en los niños y jóvenes una visión amorosa y esperanzadora del rol de los padres. Claro que es un trabajo, muchas veces agotador. Pero si has tenido y tomado ese llamado, envía el mensaje correcto, porque la retribución es mayor. Por mis hijos, doy la vuelta al mundo al derecho y al revés. Ese es mi papel.
Las opiniones expresadas en este blog son propiedad del autor.
One Comment
Muy lindo, expresivo, ilustrador que reflejan los bellos sentimientos que nacen en la mentalidad de cada madre. Cada mujer trae en su estructura molecular, la impregnación de la maternidad, con la que completa su total desarrollo bio-psico-social-espiritual. Los hijos son un “don” de Dios, quien los regala a sus hijos según Su Santa Voluntad.