Costa Rica se rinde ante la ideología de género y reconocerá legalmente las uniones civiles entre personas del mismo sexo

Costa Rica es el primer país de Centroamérica en atentar contra la familia.


Desde la madrugada del martes 26 de mayo de 2020, Costa Rica se convirtió en el primer país de Centroamérica en aceptar el mal llamado “matrimonio igualitario”, es decir, el reconocimiento legal de uniones civiles entre personas del mismo sexo. De esta forma, se convierte en el primer país centroamericano en atentar contra la familia.

La disposición entró en vigencia luego de un fallo de la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia en 2018. Este declaró inconstitucional la norma del Código de Familia que protegía el matrimonio, entendido como la unión entre un hombre y una mujer.

La instancia judicial dio a la Asamblea Legislativa un plazo de 18 meses para legislar sobre el tema y en caso de no hacerlo, la norma sería anulada el 26 de mayo. Esta decisión es resultado de una opinión consultiva por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de enero de 2018. Esta determinaba que las parejas del mismo sexo “tenían los mismos derechos matrimoniales que las heterosexuales”. Aunque las opiniones consultivas no son sentencias, las agrupaciones antivida las han tomado como tal. 

La medida fue celebrada por agrupaciones del colectivo LGTBI, feministas y antivida, que la aplaudieron como un “avance en materia de derechos humanos”. Celebridades y activistas antifamilia también festejaron la medida, entre ellas, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, quien se ha caracterizado por su postura favorable hacia el aborto y contraria a la protección de la familia y la libertad.

Dunia Araya y Alexandra Quiros fueron las primeras mujeres en ser reconocidas como pareja legalmente después de la entrada en vigencia. El evento fue transmitido en vivo en redes sociales. Costa Rica es el octavo país del continente americano en aceptar el mal llamado “matrimonio igualitario”, el primero en Centroamérica y el 29º en el mundo.

Un golpe a la familia

A pesar del aplauso de la comunidad internacional, esta medida representa un duro golpe a la familia y un peligroso primer paso en la dictadura de la ideología de género en dicho país. El mismo presidente Carlos Alvarado Quesada reconoció que existe un porcentaje significativo de la población que se ha pronunciado a favor de la familia, lo cual implica que este cambio legal no representa el deseo de la mayoría de costarricenses.  Alvarado expresó en un mensaje que esta legislación transformará la cultura y sociedad del país centroamericano.

Diputados como Nidia Céspedes también rechazaron el cambio legal. “Se trata de “un día triste para la familia costarricense. La entrada en vigencia del ‘matrimonio igualitario’ golpea el alma de generaciones de costarricenses, que cimentaron las bases de un gran país apegado a la familia y la vida”, expresó la funcionaria en un video en sus redes sociales.

“No hay nada que celebrar, la objeción de conciencia está en peligro. Con la imposición del ‘matrimonio homosexual’, en Costa Rica se dejó de lado la democracia”, expresó el diputado Harllan Hoepelman. 

Otros congresistas y ciudadanos denunciaron y repudiaron el uso de la televisora del Estado y de recursos públicos para promocionar y difundir la nueva medida.

Fabricio Alvarado, secretario general del Partido Nueva República, también manifestó su rechazo a la imposición de la medida, la cual no ha sido votada por el Parlamento. Además, explicó cómo los diputados de su partido hicieron lo posible por presentar una iniciativa que diera solución al tema dentro del plazo de los 18 meses.

 

¿Cuál es el peligro de la equiparación?

Aunque estas medidas parezcan inofensivas e “igualitarias”, abren un camino peligroso para la imposición de leyes mordaza, entre otras cosas. Este tipo de leyes no solo son contrarias a la persona, a la niñez, al matrimonio y a la familia, sino que constituyen una violación a la libertad de expresión, libertad religiosa y la objeción de consciencia, ya que usualmente, cualquier pronunciamiento en contra de ellas se toma como “discurso de odio” o “discriminación” y debe ser penalizado.

“El mal llamado ‘matrimonio igualitario’ (o ‘matrimonio homosexual’) poco tiene de igualitario y mucho de totalitario. Y es que a primera vista parece que al aprobar esta práctica somos ‘tolerantes’. Si se aman y se quieren: ¿quién soy yo para oponerme? Pues no, y justamente ahí está el meollo del asunto: equiparar el matrimonio a las uniones de personas del mismo sexo, no solo tiene consecuencias en los ‘amantes’, tiene consecuencias en toda la sociedad”, mencionó José Estuardo Córdova, director jurídico de AFI en un tuit.

Conoce cuáles son los peligros de un reconocimiento así en este tuit:

 

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