La violencia sexual es un flagelo que afecta a muchas personas. Las víctimas pueden ser hombres o mujeres, así como de cualquier edad o condición socioeconómica. La niñez no escapa de ella tampoco. La violencia sexual infantil se refiere a la utilización de un niño o adolescente en una actividad sexual que no entiende, para la cual no tiene la capacidad de dar consentimiento ni preparado física, emocional y cognitivamente.
Además de trabajar por atender las necesidades educativas, de salud y seguridad de la persona, la prevención del abuso también requiere de un involucramiento activo por parte de la familia, especialmente de los padres de familia.
Diversos estudios comprueban que el matrimonio y la familia son determinantes en la reducción de índices de violencia y abuso. El Estudio “Broken Homes and Battered Children, Family Education Trust”, revela que “un niño que convive con solamente uno de sus padres biológicos, tiene 33 veces más probabilidades de sufrir abuso físico que un niño que vive con ambos padres biológicos unidos en un matrimonio estable”.
Por ello, compartimos algunos consejos que todo padre de familia debe aplicar en su hogar para prevenir el abuso a tiempo:
- Fomentar una comunicación efectiva entre todos los miembros de la familia, incluyendo a los más pequeños. Este diálogo constante debe ser abierto para que se genere un ambiente de confianza entre todos, de modo que los niños sientan que pueden confiar en sus padres y contarles todo sin miedo.
- Trabajar por la participación activa y responsable por parte de ambos, padre y madre, en el cuidado y la educación de los hijos. Esto se debe hacer desde que son pequeños, para que el niño crezca y viva en un ambiente familiar sano.
- De forma creativa y adecuada para la edad, los padres deben enseñarle a los niños a identificar y diferenciar situaciones que les hacen sentir incómodos. Esto incluye enseñarles a conocer los límites que existen en cuando a la privacidad de su cuerpo y sus zonas íntimas. Al conocer esto sumado a la confianza, los niños podrán comunicar a los padres sobre cualquier situación que involucre un contacto o situación desagradable para ellos.
- Enseñar a los niños a decir la verdad y a practicar valores como la honestidad hará que estos no guarden secretos o digan mentiras. El abuso sexual se prolonga porque se mantiene en secreto debido a la manipulación por parte del abusador, por ello es clave que los niños compartan con honestidad todo lo que les sucede.
- Enseñar a los niños a utilizar correctamente la tecnología, así como sobre los riesgos de la navegación en Internet o comunicaciones. Los niños y adolescentes deben tener claro que no deben hablar con desconocidos, compartir datos personales o fotografía íntimas con otras personas.
- No subestimar, dudar o burlarse de algún comentario que el niño pueda decir sobre el tema, especialmente si se trata de algún familiar o amigo. El abusador puede ser cualquier persona. Si el niño comenta algo relacionado con su cuerpo o expresa miedo hacia una persona, es una señal de que potencialmente está siendo víctima de abuso sexual.
- Hacerle saber que sus padres harán lo necesario para protegerlo.
- Contactar de inmediato a las autoridades y promover una cultura de denuncia dentro del hogar.
- En caso de abuso sexual, consultar a un profesional competente para dar seguimiento psicológicamente al caso en familia.
- Reconocer que estos límites y enseñanzas no son sobreproteger al niño o medidas extremas, sino aspectos necesarios y obligatorios para prevenir cualquier tipo de abuso o violencia infantil. En el caso de los menores, es mejor que crean que sobreproteges al niño a lamentar una situación de estas en el futuro.
El ambiente familiar seguro reduce la posibilidad de una situación como estas, por ello también es importante que todos nos involucremos en la formación y fortalecimiento del matrimonio y la familia.
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#TodaVidaImporta
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