#BuzónDeMamá: Maternidad es libertad

Este artículo pertenece a #BuzónDeMamá; una serie de reflexiones escritas por madres para madres sobre lo que significa tan loable labor. 


Se acerca el día de la madre y aquí comparto mi experiencia como una.

Para mí ser madre es muchas cosas, pero cuando se trata de reflexionar a fondo sobre mi propia experiencia, no puedo dejar de pensar en  la libertad. Cuando tuve en mis brazos mi primer bebé, me recuerdo perfectamente que pensé: “De esto se trata la vida… de cuidar a alguien más para que ese alguien puede algún día valerse por sí mismo y dar vida a alguien más… quiero cuidarlo yo misma, porque es lo más hermoso que me está pasando en la vida y no quiero perdérmelo”.

Meses más tarde me di cuenta que mi bebé era diferente y a los 4 años tuve un diagnóstico certero, mi hijo era un niño con necesidades especiales debido a una enfermedad genética llamada Síndrome del Cromosoma (X-Frágil). Para ese entonces ya teníamos otro bebé y  mi esposo y yo éramos un matrimonio de jóvenes profesionales que habíamos pasado por la angustia que conllevó durante varios años no saber qué es lo que pasaba con nuestro hijo y cómo lo podíamos ayudar.

Con un título profesional, un niño especial que necesitaba terapias caras, lo que se esperaba de mí era naturalmente era que trabajara como abogado que era mi profesión y también era algo que yo quería hacer. Era uno de mis sueños, así que trabajé por varios años. Llegué a ocupar el puesto de gerente legal en una compañía de telecomunicaciones transnacional. Sé lo que es estar en un lugar lejos de casa, cumpliendo una labor profesional y tener el corazón partido, pendiente de mis niños chiquitos que gracias a Dios estaban en un lugar seguro con abuelos que los aman, pero consciente de que me estaba perdiendo momentos únicos en sus vidas. Todo mi respeto a las madres que trabajan jornadas largas y llegan cansadas a sus casas para seguir trabajando y pasar aunque sea un momento corto con sus niños antes de que se duerman.

Es aquí cuando viene el tema de la libertad en dos aspectos.

Primero, mi esposo y yo, sabiendo que soy portadora del gen SXF y que es hereditario – es decir que las portadoras del gen del X-Frágil como yo, en cada embarazo tenemos 50% de probabilidades de que el niño nazca con discapacidad mental – en un acto de fe decidimos tener un tercer bebé. Nació nuestro tercer hijo. Dios no quiso que tuviera discapacidad mental pero hubiera podido pasar y con mi esposo lo hubiéramos amado igual que al primero que sí la tiene. Todo mi respeto y admiración a las madres que tienen 2 o 3 hijos con discapacidad y viven llenas de amor y alegría.

Segundo, con tres niños varones en crecimiento, el mayor con discapacidad mental y mi marido, me di cuenta de forma clara, que no los atendía como yo quería. En casa, cuatro personas me necesitaban más que las actas notariales y los contratos. Lo hablamos con mi esposo y con toda la libertad tomé la decisión de dejar de ser abogado para ser madre y esposa de tiempo completo. Estoy clara que no todas las madres pueden tomar una decisión como la mía y doy gracias a Dios por permitírmelo a mí. En poco tiempo caí en la cuenta de lo grande de mi decisión, ahora podía estar verdaderamente pendiente de ellos. Podía ver sus caritas al salir del colegio y saber solo de verlos cómo había sido su día. Podía cuidarlos si se enfermaban, llevarlos yo misma al doctor, tenía todo el tiempo y la disposición para acompañarlos a piñatas y actividades escolares, resolver sus dudas y sus pequeños contratiempos. ¡Podía cocinarles! Antes no había tiempo ni verdadero interés porque equivocadamente me consideraba intelectual y simplemente no era capaz de ver lo que me estaba perdiendo. Esa decisión es y sigue siendo un gran bien para mi familia, no me arrepiento en lo absoluto.

Diez años después sigo trabajando fuera de casa, con un trabajo que me permite estar tiempo con ellos, ya no en materia legal pero sí en educación y a la vez puedo ayudar a otras familias que también pasan por la experiencia del SXF. La gente me pregunta o comenta que no trabajar como abogado es un desperdicio después de tantos años de estudio. ¿Desperdicio? Yo no lo miro así de ningún modo, se llama libertad y me he dedicado al mejor trabajo de una madre: formar a mis hijos. 


Selina Palmieri de Molina es esposa y madre de tres. Abogada y Notario, también es asesora académica. Además, funge como presidente de la Fundación X- Frágil de Guatemala, una de las organizaciones aliadas de AFI. 

 

 


3 Comments

  1. Sophia de Moguel-
    9 mayo, 2019 at 4:05 pm

    Además de todo Selina es una inspiración para mi por ser mi guía espiritual y una esposa ejemplar que con amor a Dios me ayuda en mi matrimonio y a conocer como ser una buena esposa y en el futuro una buena madre!

  2. Claudia Dardón de Monroy-
    9 mayo, 2019 at 6:12 pm

    Que valentía, felicitaciones por ser una madre valiente.

  3. Lorena-
    9 mayo, 2019 at 6:50 pm

    No solo los impactas a ellos 4 sino a toda tu familia también. Tu ejemplo me ha hecho gozarme mucho a mi bebé, apreciando que puedo cuidarla. Aprendo mucho de tus experiencias.