“Cómo vencí mi adicción a la pornografía”

Al igual que la mayoría de los adictos, mi primer encuentro con la pornografía fue en mi adolescencia. Estaba recogiendo basura en celebración del “Día de la Tierra” y entre la maleza encontré una revista pornográfica.

Resumen de la traducción por 
Oscar Cerda Zamorano, del artículo original  para el sitio hopeandhealinglds.com, escrito por el esposo de la autora de “Porqué acepté felizmente casarme con un adicto”. 
Sabía que estaba “mal” mirar, pero lleno de curiosidad escogí verla y luego verla otra vez. La escondí en mi bolsillo, con cuidado para que mis padres no la descubrieran, la lleve a mi casa, la escondí en mi habitación y cuando estuve solo, miré una vez más.
 
No pasó mucho tiempo antes de que la culpa se apoderara de mi, así que decidí quemar la revista. Sentí asco por lo que tenía en mi mano y con todas mis fuerzas trataba de evitar que se colaran en mi cabeza las imágenes que había visto. Enterré las cenizas, jurando que nunca vería pornografía otra vez, pero lo hice. Estaba enganchado.
 

Busqué pornografía ocasionalmente a través de mi adolescencia, pero fue a principios de mis veinte que la adicción realmente se asentó. Afectó todos los aspectos de mi vida. Pasé tiempos difíciles tratando de estudiar para la escuela, no solo porque la pornografía nubla tu mente, sino porque también el ambiente perfecto para estudiar – un ambiente de paz en el que no puedes ser interrumpido y con acceso a internet – es también el ambiente perfecto para ver pornografía. Evitaba tener relaciones amorosas porque no quería engañar ni herir a la otra persona y tenía miedo de no poder sentirme satisfecho. Tuve problemas con mi disciplina financiera, lo que incurrió en un enorme cargo de datos en mi teléfono. Estaba en un profundo problema; lo sabía, y me aterraba. Un día dije ¡no más! No podía permitirme seguir en este estado de depresión y sin tener el control sobre mi propia vida.
 
Con el tiempo, busqué ayuda de diferentes fuentes y aunque fueron alentadores y amables, la mayoría de ellos no entendía lo que significaba una adicción a la pornografía. Busqué desesperadamente librarme de este problema y encontré muchas herramientas; algunas me ayudaron mucho, y otras no.
 
Intenté asistir a un programa de doce pasos donde la mayoría luchaba contra la pornografía. Escuché y compartí, pero no sentí apego a la gente que me rodeaba ahí, y como la mayoría de ellos estaban sumidos mucho más profundo en sus adicciones de lo que yo estaba, me daba ansiedad pensar que acabaría igual. Muchos eran hombres de familia que estaban ahí porque sus matrimonios estaban en peligro como resultado directo de la pornografía. No dudo que el miedo haya ayudado, pero veces salía más estresado de lo que llegaba, aún así recibí en esas reuniones el primer consejo que quiero compartir.
 
Llevar un diario de recuperación.
“Escribir en un diario de manera regular te ayudará a ordenar tus pensamientos y a ser mas consciente de las cosas buenas que tienes en la vida”, me dijeron. Y para mi fue un respiro de aire fresco el poder desenfocarme de la desesperación de mi adicción, de lo aislado que me sentía y en la montaña de cosas que tenía que cambiar.

Escribir diariamente, especialmente sobre las cosas por las cuales estás agradecido puede ser de mucha ayuda. Además, este diario puede servirte para registrar tu progreso y determinar los factores desencadenantes de la conducta, lo cual me lleva al segundo consejo.
 
El análisis de provocación
Esta es una herramienta muy común en la recuperación de adicciones y puede ser muy útil para prevenir futuros problemas. En otras palabras, es examinar la situación en la cual estabas justo antes de una recaída, preguntándote cosas tales como: ¿Cuál era mi estado emocional?, ¿estaba aburrido?, ¿frustrado?, ¿solitario? ¿qué fue lo que me detonó?¿algo que me apareció en internet? ¿cuál fue el último pensamiento que tuve? Luego entonces puedes preguntarte ¿Cómo puede cambiar mi comportamiento para no ser provocado otra vez?
 
Como es evidente, la utilidad de esta herramienta es limitada pero es un ejercicio que  vale la pena, especialmente cuando se lleva un registro en un diario de recuperación con el fin de hacer seguimiento a lo que más te provoca y aprender a evitarlo.
 
La orientación adecuada
Intente tener orientación profesional, un paso que considero crítico para la recuperación. Estuve viendo a tres diferentes consejeros, dos eran especialistas en terapia de comportamiento cognitivo y sin duda fueron de mucha ayuda en su propias maneras de tratar el problema. Pero creo que lo que más me ayudó fue que hice un compromiso real.
 
Para encontrar la ayuda adecuada debes primero ser sincero contigo mismo y segundo, aunque pueda ser tentador buscar un consejero que sea blando en su trato, debes entender y agradecer que un buen orientador o consejero puede ser duro contigo pero será para empujarte a cumplir tus metas.
 
Reúne tus herramientas
Algunos de los más útiles descubrimientos que encontré fueron en el sitio web “Feed the Right Wolf”. En su página de inicio, hay un curso gratis de recuperación que cubre algunos aspectos básicos y da detalles de un proceso llamado  “Prevención de Respuesta y Exposición (o ERP en inglés). Me pareció que es una herramienta muy poderosa cuando se usa constantemente. Ésta se volvió una práctica que empleo hasta ahora cuando soy provocado por alguna imagen de algún letrero o aviso publicitario. Una explicación completa está más allá del alcance de este artículo, pero puedo decir qué es una herramienta que ayuda a mantener el autocontrol en momentos de decisiones críticas después de que has sido estimulado.  
 
Los estímulos para un adicto a la pornografía, tienen una fuerte respuesta fisiológica: se liberan hormonas, la respiración se incrementa, la presión sanguínea aumenta – el cerebro se enfoca en una sola cosa. La ERP puede ser un medio efectivo para revertir estos efectos, restaurar la calma al cuerpo para que se pueda tomar una sabia decisión basada en tus convicciones.
 
El apoyo y la confianza
Busque cualquier cosa que pudiera ayudar a liberarme de mi adicción, pero aún seguía luchando fuertemente cuando conocí a la joven con la que posteriormente me casaría. Nos conocimos durante mis vacaciones. Nos volvimos rápidamente buenos amigos y pronto ella mencionó que le gustaría venir a visitarme. Me sentí feliz y triste a la vez por la oferta. Yo quería verla, pero estaba reacio a que ella hiciera tal esfuerzo sin que tuviera un conocimiento completo de la situación en que se estaba metiendo. Luego de un momento de reflexión, de respiración profunda para calmar mis nervios y de un momento para ordenar mis pensamientos, comencé: “Me encantaría que vinieras a visitarme, pero hay algo que necesitas saber…”   
 
No mencioné detalles, pero deje muy claro que estaba enfrentando una adicción a la pornografía, que era algo muy difícil para mí, que había sido difícil por un largo tiempo, y que no sabía cuánto tiempo iba a tomar para recuperarme. Fui muy honesto; sin endulzar nada. Fue terriblemente difícil para mi. Quería asegurarme de que ella entendiera claramente en qué se estaba metiendo si entablaba una relación conmigo.
 
Ella tomó un tiempo para considerar la situación pero contrario a lo que esperaba, decidió que estaba dispuesta a verme, a pesar de mi adicción, motivada por mi honestidad y el deseo que notó en mi de hacer el cambio. Esa decisión ha bendecido mi vida inmensamente. Empezamos a salir y era una alegría estar cerca de ella. Disfrutamos mucho conociéndonos, coqueteando, descubriendo más y más cosas uno del otro. Mientras más descubría, más me gustaba, aunque el temor de convertirme en uno de los de mi grupo de los doce pasos siempre estaba en mi cabeza.
 
Al principio no mencionábamos el tema, y continúe con mi lucha en privado, a veces iba bien, y otras no. Cuando estaba con ella había mucha luz y felicidad en mi vida que no quedaba espacio para la adicción, además nos teníamos mucho respeto y ella siempre se dio su lugar. Pero cuando no estábamos juntos, era otro asunto. Debido a nuestra relación de larga distancia no podíamos vernos tan a menudo y tuve algunas –o varias- recaídas que me decepcionaban muchísimo. Ella quería saber como estaba, pero era terriblemente incómodo preguntar, entonces encontramos una solución que resultó invaluable para nosotros. Cada semana yo le enviaba una captura de pantalla de mi progreso de recuperación de la aplicación “Brainbuddy” y eso me funcionaba como sistema de supervisión.
 
Después, cuando empezamos a tomar la relación más en serio decidí que tendría que ser honesto con todo lo que incluía mi pasado con el fin de que ella no tuviera sorpresas desagradables en el camino. Fueron conversaciones bastante difíciles para ambos, tanto que por un momento pensé que se iría. Gracias a Dios no lo hizo, y tener su confianza fue una bendición enorme para mi. Esta confianza fue fortalecida por el constante y consecuente compromiso de tener una comunicación abierta y honesta, aún en las malas. Me ayudó a convertirme en una persona confiable, al principio por ella, pero después por mi mismo.
 
Uno de los círculos viciosos de la adicción es el de la soledad y aislamiento. Cuando una persona se siente sola y triste es más posible que haya una recaída. Este círculo perpetuo es un aspecto de la adicción que puede ser interrumpido si se tiene alguien honesto, que busque tu recuperación, con quien haya confianza y que te motive.
 
Fuimos enamorándonos más profundamente a medida que el tiempo pasaba y continué poniendo en práctica las herramientas que aprendí a usar y descubrí que el tiempo entre recaídas era cada vez más largo. Puse especial atención a mis pensamientos. Por ejemplo, cuando sentía provocación y todas mis hormonas estaban enfurecidas, note que estaba creyendo cosas que no eran verdaderas. Que “Sin la pornografía, nunca tendré una vida sexual realizada”, era absurdo, pero realicé que la entrega en la intimidad me parecía fuera de alcance. Y tuve que readaptar mi cerebro con el propósito de cambiar la creencia de manera emocional y psicológica, reconociendo que la plenitud sexual proviene de una mujer de la vida real, no de una pantalla.
 
Fue un camino tumultuoso, pero llego el día en que decidí comprometerme con ella, cumpliendo la promesa de que no lo haría hasta estar “curado”, – y como soy de fe Cristiana, pertenezco a la Iglesia Mormona- hasta que fuera digno de entrar al templo para contraer matrimonio. Este fue el principio de nuestra historia, una de esas con un final feliz, aunque el principio haya sido difícil. Fue el fin real de mi larga lucha, pero ahora puedo decir ¡si se quiere, se puede!
 
Es un proceso y debe ser honesto.
Viendo hacia atrás puedo decir que la clave para vencer la adicción es un compromiso continuo para recuperarse. Si me hubiese dado por vencido después de las primeras cien veces que fallé, ahora estaría solo y miserable en vez de estar felizmente casado con una sorprendente compañera.
 
Sigue adelante. Sigue buscando. Recoge todo lo útil que puedas de una fuente antes de pasar a la siguiente. No te desesperes si pierdes la práctica con tu diario de recuperación. Si ya no lo necesitas para combatir la depresión, celebra el hecho que hayas ganado la batalla y dirígete hacia la siguiente victoria. El proceso de aprendizaje es continuo.

Yo todavía uso ERP cuando es necesario, aunque ya no use mi diario, aun soy cuidadoso con mis pensamientos y la manera en cómo enfrento el estrés. Estos son hábitos que espero tener conmigo por el resto de mi vida, pero también hay herramientas que ya han cumplido su función y ya no las utilizo. Haz lo que a ti te funcione, se persistente, y nunca pierdas la esperanza de que un futuro libre de pornografía valdrá totalmente la pena. Puedo testificarlo.

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