“¿Por qué la familia importa para la promoción de la paz? Continuamente escuchamos: “la familia es la base de la sociedad”, pero en la práctica no siempre se la protege ni se le da la importancia que merece. Muchas veces parece que se desconoce la trascendencia que tiene esta institución. No obstante, la familia es la institución social más importante para el verdadero progreso, ya que cumple funciones biológicas, económicas, sociales, morales y culturales insustituibles.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Año Internacional de La Familia, estableciendo a su vez, que a partir de 1994 se celebraría cada 15 de mayo el “Día Internacional de la Familia”. Este día nos ofrece la oportunidad para reenfocar el rol que tiene la familia en el desarrollo integral de la persona y de la sociedad, siendo a la vez, ocasión propicia para promover un mejor conocimiento de los procesos políticos, sociales, culturales y económicos que la afectan como núcleo primario de la sociedad.
Las familias fuertes y saludables son el suelo fértil del que crecen sociedades fuertes y saludables. Estas contribuyen al desarrollo humano y económico de las naciones, por ser la fuente primaria del capital humano y moral que sostiene dicho desarrollo. La familia es un bien necesario para las naciones, y como tal debe ser promovida y protegida si buscamos alcanzar un desarrollo verdaderamente sostenible.
El bienestar de la familia se ve directamente afectado por el reconocimiento que los Estados hagan de los derechos y obligaciones que le son inherentes. El papel propio del Estado guatemalteco, es respetar la naturaleza de esta institución, sin interferir innecesariamente en su dinámica natural y en el papel que desempeña cada uno de sus miembros. Es de interés público la salvaguarda de los valores que se viven, enseñan y transmiten en la institución familiar, porque las familias son la reserva moral de nuestro país. En este sentido, es primordial obligación de nuestro gobierno preservar y promover la normativa que reconoce que el estado se funda sobre la familia, ya que sin familia, no hay sociedad.
Tanto desde las Instituciones de Gobierno, como desde las de la sociedad civil, hemos de anunciar que la familia importa por ser la primera comunidad de la que una persona forma parte y en la que aprenderá los valores de justicia, equidad, solidaridad y libertad -entre otros-, valores que Guatemala necesita para construir una verdadera cultura de la paz.
Cuando la familia se enferma, la sociedad y el país se enferman. Su debilitamiento a todo nivel incide directamente en aquellos amargos frutos sociales que todos conocemos: desintegración social, corrupción a todo nivel, incremento en toda forma de criminalidad, violencia -de todo tipo-, especialmente en contra de los más débiles y desfavorecidos -enfermos, mujeres, niñas y niños, ancianos-, tasas altas de adicciones, alcoholismo, migración.
Creemos firmemente que la familia unida es el ámbito idóneo y la mejor base para la promoción de la dignidad de la persona humana. Sabemos que es allí donde se enseña al ciudadano a cumplir sus deberes y defender sus derechos, a aportar a su comunidad y a trabajar en la construcción del país. Por esto nunca nos cansaremos de anunciar que el futuro de una sociedad depende de la familia. Donde no llegan gobiernos o iniciativas privadas, llega la familia. AFI trabaja -muchas veces contra corriente- para darle a la institución familiar la importancia que merece.
Hoy manifestamos nuestro reconocimiento y apoyo incondicional a aquellas familias que sufren. Aquellas familias luchadoras, valientes, que conscientes de su importantísimo papel, dijeron sí a la vida en circunstancias adversas; familias en que hay una madre soltera, un padre o hijos abandonados, viudas y viudos, familias separadas por la migración, matrimonios rotos en donde también se lucha por el futuro de los hijos. ¡Tantas otras circunstancias duras que se nos escapan y que sería imposible enumerar! Esos padres siguen siendo padres y esos hijos siguen siendo hijos; son familia. Debemos reconocer también el esfuerzo de la mayoría de familias guatemaltecas, familias en las que padre y madre trabajan largas horas, en cansadísimas jornadas, buscando salir adelante y dar a sus hijos, los hijos de Guatemala, un futuro mejor.
En una ocasión, preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de La Paz “¿Qué podemos hacer para promover la paz mundial?” A lo que ella respondió “Vete a casa y ama a tu familia”.
¡Hoy es un día de fiesta! Durante esta celebración internacional de la familia queremos recuperar y difundir lo importante que es defender y fortalecer a la familia ante los terribles desafíos que enfrenta en la actualidad. ¡El futuro de nuestra sociedad y de la Guatemala en paz que todos anhelamos se juega en la familia!”
¡Apostémosle a la familia, porque la familia al centro es la solución!
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