“Detonaron dos bombas que dejaron víctimas mortales y daños a personas indefensas y trabajadoras.”

POR OSCAR PINEDA

​Mi Querida Guatemala llora, y ante este clima de alta delincuencia me detengo a pensar sobre los atentados contra las vidas de guatemaltecos trabajadores que se ganan el pan de cada día con su labor. Han ocurrido recientemente  detonaciones de dos bombas que dejaron víctimas mortales y daños a las personas trabajadoras, sin dejar de lado los casos de femicidio y los múltiples atentados contra la vida de los no nacidos.

Constantemente en nuestro país, denotan la crisis en la que se halla la sociedad. Problema que va más allá de los crímenes  diarios que podemos ver en los noticieros, que se extiende a todos los estratos de la sociedad y como una epidemia, se convierte en psicosis colectiva “con peligro de salir de casa “.
A mi parecer la degradación de los valores humanos en nuestra sociedad es el detonante de estas conductas violentas, la criminalidad, la corrupción y otros.

La decadencia de valores éticos afecta enormemente a toda la realidad humana, a la vida familiar, social, económica, política y cultural. Por ello recalco la importancia de reivindicar el valor de la FAMILIA como el valioso núcleo social educativo por excelencia. ¿Educamos para la paz o educamos para la violencia?
No entraré en política pero si quisiera hacer un llamado a la reflexión sobre el precepto que muy bien nos describe David Isaac (experto en Valores) menciona; “no pensemos en que mundo les espera a nuestros hijos, sino que Hijos le daremos a este mundo”, Educar para la Paz es educar para la vida, y el lugar idóneo para hacerlo es en el hogar. La escuela puede enseñar a sumar y a restar, pero donde de aprende la honestidad en las cuentas es en casa. El colegio puede enseñar el funcionamiento del cuerpo, pero los padres son quienes educarán en el valor de la persona.

Los pequeños deben comprender la importancia de formarse y educarse para ayudar a los demás, no para destruir. Atendiendo siempre el ejemplo, que es el método de enseñanza por excelencia. Que sepan que su profesionalidad abrirá nuevos caminos y podría constituir nuevas soluciones a  problemas que nos aquejan hoy en día.

El Respeto cobra un papel primordial en este tema por ello debemos de enseñar a respetar a los demás y sobre todo a amar el servicio aún cuando implique renuncia. Aceptar a los demás con sus diferencias, empezando con los que componen el núcleo familiar y escolar, esto les ayudará a solucionar conflictos a través del diálogo, sin criticar ni atacar, ni mucho menos dar ejemplo de desprecio o hipocresía hacia las personas.

Ser positivos ante todas las circunstancias de la vida es fundamental, así como transmitir alegría y afecto siempre que se pueda. Aprovechando las reuniones familiares para hablar de las características positivas de las persona y sembrar optimismo.

Comments are closed.