Por Marcia García.
Bajo la excusa que es un tema tabú se discute en la radio, en la televisión y en las escuelas, sin la información apropiada. Veo que en todos lado la palabra sexo está implícita y explícitamente.
Quiero resaltar la importancia de hablar de sexualidad -pero de una manera responsable- y de la insistencia que hay sobre el uso del condón en la sociedad como si se tratara de uno de los inventos más importantes de la historia.
Al otro lado del salón, los niños aprendiendo que el uso del condón era la mejor manera de protegerse en una relación sexual para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, y la mejor manera de satisfacer su placer cuando quisieran sin ningún compromiso ni miedo a dejar embarazada a una chica.
Me asombra saber que este tipo de educación no solo es lo más común que existe, pero además que lo que enseñaban en mis clases era bastante menos escandaloso que lo que llegaron a escuchar otros en sus escuelas. Como jóven puedo decir que hubiera sido tan feliz si alguien me hubiera dado -en lugar de una charla sobre las funciones genitales y pastillas para prevenir un embarazo-, una charla sobre el valor de ser mujer y sobre el valor de las relaciones sexuales, pero eso parecía ser un tema para las personas “cuadradas, las monjas, etc.”
Me hicieron creer que el sexo era una simple manera de demostrar cariño, una manera de que “valieras la pena” y que te quisieran de vuelta, al final la famosa frase “una prueba de amor”, y sobre todo una manera de diversión como lo pintan las series y películas en la televisión, asegurando que mientras utilices un condón no hay problema, estarás 100% seguro/segura. Pero de amor verdadero, dignidad, pudor y respeto por mi propio cuerpo ¡de eso nada!
A los jóvenes nos hacen ver como animales, urgidos por las relaciones sexuales y necesitadas de un método que nos prevenga de nuestros grandes enemigos en el sexo, ¡el embarazo! y el ¡SIDA!. Nos repiten entre líneas que no somos capaces del autocontrol y que las grandes necesidades de la juventud son el acceso a anticonceptivos y preservativos, olvidando que lo que realmente necesitamos es educación, centros de salud abastecidos con medicamentos, empleo, dialogo político, seguridad, erradicación de la desnutrición, la pobreza y la violencia y, certeza de castigo a quienes no cumplen la ley, etc.
He pasado años leyendo, informándome e incluso estudiando bioética para aprender del tema y la importancia que tiene el hombre y la mujer fuera de un mundo en el que el sexo es el fin y el condón el medio para satisfacer esta “necesidad” sin compromisos. Y despues de informarme puedo decir que me opongo absolutamente a que sea el Estado quien decida qué educación es la que debo recibir, que me diga cuantos hijos debo tener con la excusa del “crecimiento poblacional”. Si el Estado no es capaz de satisfacer mis necesidades básicas y sociales para brindarme educación, salud y seguridad, ¿como van a encontrar una solución viable para “educar” en sexualidad?. Puede que me den acceso a condones, pero ¿qué me dicen del acceso a la verdad sobre los preservativos, sobre el cuidado de mi integridad física y psicológica o inclusive mi autoestima?
Es totalmente falso decir que utilizando preservativos y anticonceptivos se disminuyen las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA. Es un error repetirle a un jóven que tener relaciones sexuales no conlleva riesgos, que el condón no es 100% seguro. Es que si no estamos listos para asumir responsabilidades como padres a temprana edad ¡el condón no es la solución! La verdad empodera y se gastaría mucho mejor el dinero empleandolo en políticas públicas que nos ayuden a suplir las necesidades primarias de salud, empleo, educación a que se gastaran millones en preservativos porque ni el condón ni los anticonceptivos solucionan nuestros problemas.
El sexo no es como un parque de diversiones en el que podemos subirnos a un juego luego bajarnos y escoger otro para probar si nos gusta más. Es un acto no instintivo sino racional porque no es una necesidad básica como el respirar, el comer, el dormir, es un acto que a través de nuestra razón y voluntad decidimos cuando lo hacemos. La sexualidad si es una cosa natural, pero necesita ser vivida de forma íntegra e inteligente.
En Guatemala según los datos del Ministerio de Salud, en septiembre del 2015, se encontraron 34 mil casos de VIH en el país y acá les dejo unos datos científicos que me ayudaron aclarar muchas dudas y a ver el preservativo como lo que verdaderamente es (ver sexoseguro.mx):
- El condón nunca es 100% seguro para prevenir el SIDA ni otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Su efectividad varía según la consistencia en su uso y únicamente protege de algunas ITS entre el 60 y 80%(1), es decir que en cada 1 de cada 3 relaciones te infectas (2).
· Usando en todas las relaciones sexuales el condón, este solo protege un 30% contra la infección sexual causada por el virus del herpes, es decir que de 10 relaciones sexuales te pueden infectar en 7 (3).
· Las ITS se contagian piel con piel en áreas donde el condón no protege, como el virus del papiloma humano (VPH), el virus del herpes simple(4), sífilis, linfogranuloma venereo o chacroide (5).
· El condón tiene un gran porcentaje de ruptura, del 12% al 30%; y ha habido reportes de hasta 35% (6).
- La Organización Mundial de la Salud informa que el preservativo tiene un 15% de fallos para evitar los embarazos.
- Dado que el preservativo no es 100% eficaz, la posibilidad de acabar infectándose va siendo mayor cuantas más relaciones se tengan. Es decir, una persona puede acabar infectándose a pesar de usar siempre un preservativo.
- Hace cincuenta años había sólo dos enfermedades de transmisión sexual: la sífilis y la gonorrea. Ahora hay cerca de 35 a 50 diferentes enfermedades de transmisión sexual.
- Con el preservativo quedan embarazadas aproximadamente un 10% de las mujeres al cabo de un año de uso. Si no es una barrera infranqueable para los espermatozoides, menos aún lo será para el virus del SIDA, que es 500 veces más pequeño.
El sexo casual es muy común en nuestra cultura. Hemos llegado al punto en que hablamos de un embarazo accidental o de contraer enfermedades por accidente, y pareciera justificable, pero si alguien queda embarazada a través de un acto de relaciones sexuales voluntario significa que algo ha salido bien, no es que algo ha salido mal (causa y efecto). Es por eso que se ha caído en el error de promover el condón como el método mágico de nuestra sociedad para prevenir el SIDA y toda enfermedad de transmisión sexual, incluyendo el embarazo. Porque aunque sea triste, es cierto, el embarazo es visto ahora como una enfermedad, como algo independiente de las relaciones sexuales, convirtiéndose en el eterno enemigo de quienes ven el sexo como un medio de placer.
Hace unos días escuche el ejemplo que al poner al condón como la solución para el sexo seguro, es igual a que nos dijeran que utilicemos el cinturón de seguridad olvidando las señales, el semáforo y el resto de normas de tránsito
El riesgo de infectarse de VIH/SIDA en una relación sexual sin preservativo es el mismo que si se tienen 5 relaciones con preservativo. A pesar de la gran difusión del condón, las cifras de personas infectadas con el VIH/SIDA en todo el mundo siguen en aumento.Tampoco hay que olvidar que existen otras infecciones de transmisión sexual, algunas de las cuales no se curan, y que se contagian con más facilidad que el VIH/SIDA a pesar de usar preservativos.
Por último, solo quiero resaltar una de las mejores estrategias en el mundo para revenir el VIH/SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual. Una solución que no se trata de ser conservador, cuadrado o religioso, solamente se trata de ser racional, inteligente y preventivo- la estrategia ABC.
El investigador de la Universidad de Harvard Edward Green que ha trabajado durante más de treinta años la epidemia del sida, sobre todo en África, en su libro, Broken Promises. How the AIDS Establishment has Betrayed the Developing World, demuestra con datos científicos como es que algunas estrategias equivocadas que renuncian a cambiar las conductas sexuales de riesgo han fallado para prevenir el SIDA y otras enfermedades. En 1993 visitó Uganda y observó el éxito de la estrategia conocida como ABC para reducir las infecciones: abstinencia o retraso en el inicio de las relaciones sexuales de los jóvenes (A), la fidelidad a una sola pareja (B) y el uso de condones (C) solo en último caso.
Pero lo que sucede actualmente en el mundo es que se ha puesto como solución número uno el condón, suponiendo que la fidelidad y abstinencia no sirven ni que los jóvenes somos capaces de practicarlos. Green también menciona que la experiencia de países como Zimbabue indican que el principal factor del descenso de la tasa de infección por VIH/SIDA ha sido el aumento de la fidelidad matrimonial y la reducción del número de parejas sexuales: Green dice que las campañas que presentan el uso de preservativos como equivalente a “sexo seguro” pueden generar un comportamiento desinhibido. Es lo que se llama “compensación de riesgo”, que lleva a asumir riesgos mayores en la conducta sexual cuando uno se cree protegido.
¡La distribución de preservativos no soluciona el problema! No caigamos en la equivocación de pensar que podemos vivir una vida sexual como nos plazca y con cuantas personas queramos y que ello no tendrá consecuencias negativas. Sin una conducta sexual educada, informada y sana, no podremos cambiar la situación en el que vivimos de promiscuidad e infecciones de transmisión sexual. No sólo es el SIDA, son también otras enfermedades mortales como el cáncer cervical por papiloma virus, donde el condón no sirve. O el creciente número de abortos, porque el preservativo está fallando.
La propuesta de muchas políticas del país, iniciativas de ley y programas de prevención que promocionan el condón como la solución a los problemas de la juventud solo evitan que se implementen soluciones verdaderas para evitar el problema tan grave como lo es el SIDA- el condón se ha vuelto una propuesta riesgosa. El condón es solo un paliativo no la solución.
Referencias
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- [1] Winer RL, Huges JP, Qinghua F, O´Reilly BS, Kiviat NB, Holmes KK, et al. Condom use and the risk of genital human papillomavirus infection in young women. N Eng J Med 2006 Jun 22;354 (25):2645-54.
- Martin ET, Krantz E, Gottlieb SL, Magaret AS, Langenberg A, Stanberry L, et al. A Pooled Analysis of the Effect of Condoms in Preventing HSV-2 Acquisition. Arch Intern Med 2009; 169(13): 1233-40.
- Rana RK, Pimenta JM, Rosenberg DM, Tyring SK, Paavonen J, Cook SF, et al. Demographic, behavioral and knowledge factors associates with herpes simplex virus type 2 infection among men whose current female partner has genital herpes. Sex Transm Dis 2005; 32(5): 308-13.
- Workowski KA, Levine WC. Sexually transmitted diseases treatment guidelines 2002. Centers for Disease Control and Prevention. MMWR Recomm Rep 2002; 5(RR-6):1-78.
Genuis SJ, Genuis SK. Managing the sexually transmitted disease pandemic: a time for re-evaluation. Am J Obstet Gynecol 2004; 191:1103-12.
Fitch JT, Stine C, Hager D, Mann J, Adam MB, Mcilhaney J. Condom effectiveness. Factors that influence risk reduction. Sex Transm Dis 2002; 29(12): 811-17.
Genuis SJ, Genuis SK. Primary prevention of sexually transmitted disease: applying the ABC strategy. Postgrad Med J 2005; 81:399-301.
- Ahmed G, Liner EC, Williamson NE, Schellstede WP. Characteristics of condom use and associated problems: experience in Bangladesh. Contraception 1990; 42(5):523-33.
Crosby R, Yarber WL, Sanders SA, Gram CA, Arno JN. Slips, breaks and “falls”: condom errors and problems reported by men attending an STD clinic. Int J STD AIDS 2008; 19(2):90-3.
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Crosby R, Sanders S, Yarber WL, Graham CA. Condom-use errors and problems. A neglected aspect of studies assessing dcondom effectiveness. Am J Prev Med 2003; 24(4):367-370.
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Crosby R, DiClemente RJ, Holtgrave DR, Wingood CM. Design, measurement, and analytical considerations for testing hypotheses relative to condom effectiveness against non-viral STIs. Sex Transm Inf 2002; 78:228-31.
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La verdad está oculta por el lobby abortista, pues quien sino ellos se benefician por cada embarazo “no deseado” debido a una falla del preservativo.