Por Leonel Valenzuela / AFI Joven
La Real Academia Española define la palabra noviazgo de la siguiente manera: 1. Condición o estado de novios. Nos deja casi en el mismo lugar; pero al buscar la palabra novios, encontramos ese concepto que ha sido tan desatendido. 1. Persona que mantiene relaciones amorosas con otro con el fin de casarse. Es decir, el propósito de una relación de noviazgo es conocer a la persona con quien se tiene la intención de compartir el resto de la vida.
No tiene como finalidad demostrar el ingenio para cortejar. Tampoco es un estímulo para llenarnos de felicidad y aprender a superar todas nuestras carencias como personas. Algunos, de manera inconsciente. lo plasman como un medicamento para la depresión y ansiedad. El noviazgo se aleja de la búsqueda del placer y del ejercicio genital en soledad. No es el momento para satisfacer al otro, sino para compartir la satisfacción que hay en sí mismos. Debe existir un leve contacto físico con mucho respeto y cautela.
Si aspiramos a un matrimonio, las bases principales se forjan durante esta etapa para dar forma a una arquitectónica puesta de amor entre hombre y mujer. Esto implica compromiso y razón; paciencia para tomarse el tiempo de descubrir aquello que nos asemeja; mientras somos capaces de recrear momentos perdurables y de agrado.
En esta transición nos tomamos el tiempo de conocer a esa persona. ¿Cuáles son sus objetivos de vida? Y más importante, ¿son compatibles con los míos? Si bien, existen muchas responsabilidades y compromisos, también es el momento adecuado para exponer nuestras metas y sentimientos de manera transparente.
Una relación debe confirmar que esa persona es la adecuada para forjar un futuro. Comprendiendo que no existe alguien capaz de llenar todas las posibles expectativas, es la perseverancia en el compromiso prudente y aceptación lo que da un resultado positivo, sosteniendo dicho amorío.
La claridad debe ser primordial para trazar una ruta, en donde la compatibilidad será de mucha importancia porque mostrará lo enriquecedor de ser el uno para el otro. Muchas diferencias a veces pueden convertirse en peones que generan conflictos, aunque no quiere decir que no pueda existir una relación con una disparidad de gustos, pero se debe abundar aún más en comprensión y perdón.
Un buen noviazgo disfruta el presente, se adapta a las circunstancias con la mirada puesta en el futuro, comprendiendo que solo a través de la diligencia en este proceso se puede llegar a un matrimonio sólido. No se trata únicamente de pensar “cuánto le quiero” o “qué bien estamos”, sino de decidir acerca de un proyecto común e íntimo de la vida futura, al mismo tiempo que maduran los sentimientos se aprende a querer y ser querido.
En caso te llegué a interesar una relación verdadera y perdurable, debes identificar si realmente estás en el momento para contraer un matrimonio, acto que requiere de mucha madurez e independencia, como de recursos económicos, ya que es una empresa que también tiene como objetivo formar una familia.
Si estás dispuesto y aspiras a un noviazgo, estos consejos te pueden ayudar en la elección de pareja:
Profundiza en ti
Esto te permitirá saber qué buscas en otra persona y cuál es tu ideal para llegar a complementarse.
Selección personal cuidadosa
Puedes elaborar una lista y apuntar las preferencias y valores que buscas en una personas. Escribe tus negociables y no negociables. ¿Qué cosas quieres que no estés dispuesto a negociar (metas, religión,valores, etc.) y en qué otras eres más flexible (físico, etc.)? Hazlo de manera cautelosa, con inteligencia y total sinceridad. Luego, pregúntate cuántas de esas características que buscas las tienes tú mismo. Trabaja en ser esa persona que a ti te gustaría encontrar también es parte de este proceso.
Analiza tu afinidad
Hay factores que son de mucha importancia para encontrar una buena afinidad como: valores, personalidad, educación, resolución de conflictos y carácter. No prestarle la atención que corresponde a estos puede afectar los proyectos de vida.
Aceptación
Todos tenemos defectos, lo importante es saber qué cualidades y valores son los más importantes para ti, reconociendo hasta dónde estas dispuesto a dar tu brazo a torcer. Recuerda, no se trata de aceptar violencia o una renuncia total a tus valores, sino de trabajar juntos en corregir sus defectos.
No pretendas cambiar a alguien
Pretender cambiar a alguien manipulando o anularla de alguna manera, es algo absurdo. Hay que tener el juicio muy claro para saber a quién tienes enfrente; lo que quieres muchas veces no es lo que congeniará de la mejor manera contigo.
Respeto propio
El respeto hacia ti mismo te demostrará tu valor como tal y, al mismo tiempo, podrás notar la calidad de persona que eres. Sólo de esa forma lo verás en los demás. Las adversidades vendrán y observar cómo actúa la otra persona ante cada situación es muy importante. Dentro del matrimonio, se presentará la escasez, en otros casos la enfermedad y el fracaso, también abundarán los buenos momentos, por ello nada debe ausentarse en pareja, porque fortalecerá los lazos para un futuro. La capacidad para extender perdón, sanar, resolver desacuerdos y pugnas, debe llegarse a conocer.
Es necesario un tiempo prudente. Debe existir el conocimiento mutuo para encontrar la apertura para decidir dar ese gran paso o al menos considerarlo. De excluirse, se desvirtúa el verdadero significado de un noviazgo y da lugar a una “amistad” que demuestra poca madurez por parte de ambos. Esta debe superarse para llegar a un objetivo, de lo contrario, acomodarse a los hábitos, ideas y costumbres puede convertirse en un proceso difícil, si no hay un verdadero amor con responsabilidad y madurez.
Para llevar un buen noviazgo se deben tomar en cuenta muchos aspectos, reconociendo con humildad, el desconocimiento que muchas veces podemos tener. A continuación, te presento algunos a considerar:
Conocimiento previo
Está es una tarea que debes hacer de la mejor manera posible, debes conocer muy bien: sueños, debilidades, alegrías, disgustos, desde aquel mínimo detalle hasta el más grande, si eso te parece aburrido entonces no estas listo para asumir un compromiso.
Buena comunicación
Conversar de cualquier cosa: proyectos a futuro, situaciones personales, creencias, pasatiempos, etc. Eso proyectará la visión de vida de ambos y podrás ir sabiendo si es la persona adecuada.
Abstinencia y cuidado de la afectividad
La entrega total llegará en su momento cúspide: el matrimonio. Respetarse el uno al otro ejercita el autodominio y refleja transparencia. Es complicado revelar nuestra verdadera forma de ser si la desnudez se ha dedicado a cubrirnos.
Pasar tiempo con otros
Estar en distintos ambientes y pasar tiempo con diferentes personas permite que nos observemos de otra manera. La cordialidad, los gustos y las expresiones salen a flote en la diversidad de actividades y solo así podremos ir comprendiendo de mejor manera a nuestra pareja.
Opiniones
Esto nos permitirá observar la situación desde otra perspectiva, siempre y cuando las opiniones vengan de personas cercanas que realmente te aprecien (padres, hermanos, amigos…). Si son personas que nos estiman nos dirán la verdad por nuestro propio bien, más que por la aceptación. Aunque no es determinante para una relación, es importante tomar en cuenta qué opinan quienes nos aman sobre la otra persona. Quizá hay algo que no estamos viendo por estar muy “enamorados”.
Escucha activa
Al momento de tomar decisiones de mucha importancia, cada uno debe tomar en cuenta la opinión del otro escuchando atentamente, no con la finalidad de refutar o contradecir, sino con el respeto de hacer ver su opinión. Esto generará confianza al momento de hablar sobre diversas situaciones.
Si bien pareciera una victoria llevar a esa persona al altar, es solo el inicio de todo. Ningún atleta se prepara para correr y al llegar el día la competición, celebra la victoria estando en el punto de inicio. Cuando llega el momento de poner en práctica todo aquello que se dijeron el uno al otro, las circunstancias se vuelven adversas y toca poner a prueba los principios y valores de cada uno, se obtienen esas pequeñas victorias muy significativas para ese matrimonio.
Es necesario que cada uno vea a su propio corazón y que el orgullo no sea quien tome el juicio de nuestras decisiones, más cuando nuestra vida puede verse alterada de alguna manera y puede repercutir en el fondo de nuestra alma. Rodearnos de personas que aporten y tomarnos el tiempo necesario para conocer a quien puede convertirse en esa persona con quien veremos cómo naturalmente se marchita nuestra vida, dejando frutos de amor verdadero, es algo que vale la pena, vale el tiempo, vale todo, porque el noviazgo y el matrimonio jamás han sido un juego, porque puede marcarnos a nosotros y al mundo, para bien o para mal.
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