La Misión de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas (ONU) rechazó un acuerdo de supuesta ayuda humanitaria para emergencias, entre ellas, la pandemia de COVID-19. Este plan incluía una cobertura a las agencias de la ONU para la promoción del aborto.
“Estados Unidos no puede aceptar los términos ‘servicios de atención de salud sexual y reproductiva’ y ‘salud sexual y reproductiva’. Hacemos hincapié en que la atención médica debe centrarse en la promoción y prevención de la salud, de conformidad con la legislación y las políticas nacionales”, se lee en un comunicado emitido por diplomáticos estadounidenses el 2 de junio y que fue compartido por la organización ProVidaC-Fam.
La embajadora Kelly Craft dirigió la declaración explicando por qué el gobierno estadounidense no puede aceptar un borrador del acuerdo anual sobre el supuesto trabajo humanitario de la ONU, que solamente velaba por su agenda antivida. Además, lamenta que las preocupaciones de la administración sobre los términos ambiguos utilizados por las agencias de la ONU para promover el aborto, haya sido ignoradas por el diplomático de Marruecos que dirigió las negociaciones.
“En la ONU y en otros lugares, Estados Unidos continuará su trabajo para lograr un consenso sobre una terminología clara que promueva mejor la salud de las mujeres sin promover el aborto”, explica el documento. Agrega que los ciudadanos estadounidenses contribuyeron con más de USD$11 mil millones para planes de emergencia y de respuesta a la crisis del coronavirus en el mundo.
“Estados Unidos rechaza cualquier interpretación de los derechos humanos internacionales para exigir a cualquier Estado Parte que brinde acceso al aborto. En resumen, no existe el derecho internacional al aborto, ni los Estados tienen el deber de financiar o facilitar el aborto”, prosigue el texto.
Agrupaciones ProVida y ProFamilia tomaron este rechazo como una batalla más ganada por la defensa de la vida y agradecieron al presidente Donald Trump y demás funcionarios por no dejarse engañar por los intereses antimujer y antivida de organismos internacionales.
Esto se da luego de la petición clara y contundente que John Barsa, administrador interino de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) de Estados Unidos, expresó en una carta a Antonio Guterres, secretario general de la ONU, en la cual menciona que Estados Unidos reconoce el derecho a la vida del niño y le solicita que deje de promover el aborto en planes y políticas destinadas al enfrentamiento de la pandemia.
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