POR KARLA DE RODRÍGUEZ
Recientemente, un periódico nacional publicó un artículo titulado: “¿Dudas de la masturbación?” No salía de mi asombro al leerlo. Una tras otra fueron planteadas ideas acerca de la sexualidad totalmente egocéntricas, enfocadas en la autocomplacencia, en la genitalidad, en vivir un episodio fuera de la realidad y en poner etiquetas a quienes estamos convencidos que no solamente es “posible” una sexualidad ordenada sino además es lo “más inteligente”. Prueba de que en “pleno siglo XXI”, como suelen vociferar algunos, es esto posible es que hay millones, jóvenes y adultos, ¡que viven así!
La masturbación es un acto intrínsecamente desordenado que tiene efectos no solamente en quien lo realiza sino en otras personas. Con esa práctica el ejercicio de la facultad sexual queda despojado de toda referencia afectiva con otro, la persona se vuelve a sí misma y deja fuera la esencia misma del amor, que implica, necesariamente, el encuentro con el otro.
Existen evidencias clínicas que la masturbación distorsiona de modo significativo las actitudes y percepciones sobre la sexualidad, cualquiera puede encontrar esta información a la velocidad de un clic. Es posible que quien la practique busque saciar el hambre sexual de una forma anormal y viciosa (porque el hábito repetitivo bueno es una virtud y el hábito repetitivo malo es un vicio) y podría llegar a provocar la repelencia por el acto natural, lo cual es muy peligroso, tanto así que podría entrar en el campo de la incapacidad sexual psicológica. Es lógico, por tanto, que lo esclavice y produzca desequilibrios nerviosos y lo incapacite para amar a otra persona.
Hace poco escuchaba, incrédula, el terrible caso de un hombre con una adicción tan fuerte a la masturbación que confesaba, aterrado y pidiendo ayuda, que no podía ver que le cambiaran el pañal a su hija sin tener una erección. Nos han hecho creer que es inofensivo, que no hace daño a nadie. ¿Podemos proyectar los graves riesgos que implica una sexualidad desordenada? ¿Podemos negar el peligro de abuso que existe en un hogar donde alguno de los miembros tiene estos problemas?
No se necesita un gran esfuerzo para conocer que la que ahora llaman “autoexploración” podría convertirse en la catapulta para la pornografía y con eso convertirse en una droga que inicie el camino hacia la adicción sexual. Está comprobado que puede tener efectos patológicos porque puede llegar a ser algo obsesivo e incluso conducir a la neurastenia1. Con todo lo planteado es evidente que las consecuencias podrían ser graves para quien la practica pero también puede afectar las relaciones conyugales.
Sin irnos a un caso extremo, en el hombre se conoce que provoca la eyaculación precoz, situación que le impedirá acomodarse al ritmo de la mujer que es más lento, por naturaleza y, por consiguiente, será causa de problemas en la armonía sexual matrimonial. Y en la mujer podría provocarle frigidez, es decir la pérdida del apetito sexual. Es lógico concluir que provocará problemas sexuales entre la pareja, lo que elevará los índices de separaciones y/o divorcio, situación que numerosos estudios indican eleva los índices de pobreza.
Es preocupante que quieran plantear que somos como animales, que “tenemos” que responder a nuestros instintos, como si fuésemos incapaces del ejercicio de la voluntad para el dominio de sí. Somos libres y eso implica una gran diferencia: somos capaces del autogobierno.
Finalmente, cara a la violencia que es uno de los grandes problemas que enfrenta Guatemala, alarma que desde un medio de comunicación importante se promueva deliberadamente la masturbación como una práctica inofensiva cuando se sabe que quien la practica tenderá a poseer un consentimiento mayor hacia los comportamientos sexuales anormales.
Muchas veces el origen de la violencia contra las mujeres, incluyendo la violación, es el desorden en la sexualidad. La masturbación es el presupuesto de la pornografía, la gran droga del milenio y caldo de cultivo para que no se valore a la mujer como persona. No podemos esperar que quien tiene una apreciación egoísta acerca de la sexualidad tenga una actitud generosa y respetuosa hacia la intimidad sexual. Es lógico que fácilmente pueda conducir a percibir a las mujeres como objetos que se usan. Si se desea combatir la violencia sexual, ¡éste sería el camino directo a conseguir lo contrario!
Nos urge que dejemos de poner parches a los problemas sociales y que los guatemaltecos volvamos la mirada a lo que nos ayude a vivir de acuerdo a nuestra dignidad, nuestro inmenso valor como seres humanos. Indudablemente no conducirnos con la dignidad ética que nos corresponde es uno de los graves problemas de este gran país.
Ayudemos a la familia, escuela de virtudes y gran educadora de la voluntad para el buen uso de la libertad, a hacer lo que le corresponde. La prensa en este sentido tiene un gran aporte que hacer.
1. Neurastenia: Trastorno neurótico que se caracteriza por un cansancio inexplicable que aparece después de realizar un esfuerzo físico o mental.
5 Comments
Creo en la familia y su concepción a traves del matrimonio entre un hombre y una mujer.
Felicitaciones por sus conceptos claros!!! Gracias
¿Por qué sospecho que este artículo está fuertemente influenciado por principios judeo-cristianos?
No me parece que tenga muco fundamento científico. Bueno respeto su opinión, pero estoy en desacuerdo total.
Este artículo llegará a miles, y muchos de ellos no querran creer, pero más allá de el artículo, nosotros los hombres sabemos que es verdad.
Excelente artículo. De todos los seres vivos el ser humano es el ÚNICO que tiene la potestad de RAZONAR, distinguir entre lo bueno y lo malo y tomar decisiones, y sin embargo insiste en obedecer solamente a sus instintos naturales sin razonar (al menos en lo que le conviene). Entonces, ¿cual sería la diferencia entre los seres humanos y los animales?