Ideología de género, un delirio inmoral

Por Leonel Valenzuela / AFI Joven

La ideología de género tiene como pilar cuatro nociones sobre las cuales se sostiene toda una quimera de pensamientos para hacerle frente a los valores de Occidente. Estas son: el mal llamado «matrimonio» entre personas del mismo sexo, la adopción homoparental, el aborto y la identidad de género. Ocupémonos de esta última sin el afán conservador, extremista de derecha, anti derechos. Vayamos a la realidad.

El 21 de marzo del 2016, el Colegio Americano de Pediatras, a través de un comunicado oficial, manifestaba su postura netamente científica sobre el daño que genera orientar de manera equivocada la sexualidad de los niños (entiéndase niño, niña) y las graves repercusiones que esto genera en la vida de aquellas personas que pasan por estos procedimientos. Expongo mi síntesis sobre el comunicado.

El diseño natural del ser humano se sustenta bajo la causalidad biológica binaria XY y XX, la cual es una predisposición genética y totalmente saludable que tiene como finalidad la reproducción de nuestra especie. Nadie nace con un género. Nacemos con un sexo biológico, la psicología del desarrollo comprende el ciclo vital, el cual define como un constructo social el proceso por el cual moldeamos nuestra personalidad y la adaptamos a la realidad que conocemos. Sin embargo, no hace referencia a un punto intermedio o un tercer sexo.

El manual de criterios diagnósticos (DSM V) es muy preciso en indicar que, cuando un niño sano física y mentalmente se considera del sexo opuesto, a tal grado de generar un desgaste social y emocional, este presenta disforia de género, un trastorno psicológico que debe ser atendido por un profesional de la salud mental.

Los bloqueadores hormonales inhiben el crecimiento y la fertilidad en un niño que antes era biológicamente sano. La testosterona y los estrógenos son un grave peligro para la salud ya que puede generar hipertensión, coágulos de sangre, derrame cerebral y cáncer. Las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo, incluso en Suecia, país que respalda positivamente el lobby LGBT.

Esos son, de manera simple, los principales argumentos de un grupo de médicos y profesionales de la salud mental que velan por el bienestar completo de las personas y sustentan cada uno de sus estudios en la evidencia. Obviamente, fueron ignorados y tratados de “transfobicos” e incitadores al odio.

Retomemos el año 2016. The New Atlantis publica un informe titulado “Sexualidad y género: Hallazgos de ciencias biológicas, psicológicas y sociales”. Presento una síntesis del informe desde una visión científica.

Existen pruebas que hay factores genéticos y hormonales asociados con ciertos comportamientos y la atracción sexual, pero no hay un sustento netamente biológico para la orientación sexual. En la neurología se han identificado mínimas diferencias en la actividad cerebral entre individuos homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, existe una dicótoma entre lo innato y adquirido.

Los estudios longitudinales que se realizaron con adolescentes varones demostraron que un 80% de quienes han sentido atracción por el mismo sexo, dejan de sentirla de adultos. Las personas con atracción al mismo sexo presentan índices dos y tres veces superiores de haber sufrido abuso sexual en su infancia. Con respecto a la salud mental, tienen un riesgo de padecer situaciones que ponen en peligro su integridad.

Se estima que también tienen un riesgo 1,5 veces mayor de padecer trastornos de ansiedad, doble probabilidad de depresión, 1,5 veces mayor probabilidad de consumo de sustancias toxicas y 2,5 veces más riesgo de suicidio. La población transgénero también está en la tendencia de padecer problemas que atentan contra su salud mental. Un dato alarmante son los intentos de suicidio a lo largo de su vida: se estima que tienen un 41% más de probabilidades de suicidio, siendo menos del 5% de la población estadounidense.

No existen realmente pruebas solidas que indiquen que, sea debido a factores sociales como la estigmatización y discriminación contribuyan a la mala salud mental de esta parte de la población. Para poder identificar las principales variables son necesarios estudios longitudinales que determinen factores concretos y luego, emitir un juicio más apegado a la ciencia.

Decir que la identidad de género se desliga totalmente de los factores biológicos no tiene ningún sustento científico. Estudios comparativos entre personas transgénero y no- transgénero muestran una débil correlación entre la estructura cerebral con la identificación con el género contrario, lo que demuestra que, al momento de identificarse al sexo opuesto, la base neurobiológica no juega papel alguno.

Ahora bien, los adultos que se han sometido a cirugías de cambio de apariencia de sexo (conocidas como «de reasignación de sexo») carecen de una buena salud mental. En el estudio se revela que los individuos con sexo «reasignado» tienen una probabilidad 5 veces mayor de intento de suicidio y 19 veces más índices de muerte por suicidio.

Para terminar expondré un caso muy conocido: el insólito caso de Bruce Reimer. En 1960 nacieron los gemelos Bruce Peter Reimer y su hermano gemelo Brian en un hospital de Winnipeg, una pequeña cuidad canadiense de casi un millón de habitantes. A los 7 meses de su nacimiento, sus padres notaron que ambos tenían una molestia al momento de orinar. Fueron llevados al médico, quien dio un diagnostico muy común: fimosis.

La recomendación fue circuncidar a los pequeños, pero la operación de Bruce falló y su pene quedó completamente dañado. Después de varios meses, contrataron al,en ese entonces, prestigioso psicólogo y sexólogo del Hospital Johns Hopkins de Maryland, John Money. Money alardeaba de las cirugías de «reasignación de sexo» que se practicaban en dicho hospital. El «experto» había trabajado con personas intersexuales, sin embargo, sostenía la hipótesis de que la crianza podía invalidar a la biología.

Los padres vieron esto como una oportunidad de oro y quedaron a la disposición del psicólogo. Primero, a Bruce le construyeron un vulva para reforzar cada argumento expuesto por parte de los padres. Segundo, debían tratarle como una niña. Tercero, nunca debían decirle la verdad. Al llegar la pubertad, era necesario construirle una vagina completa de manera quirúrgica. Por último, fue sometido a tratamiento hormonal para lograr una apariencia de mujer.

Según Money y su familia esto haría a Ben feliz, por lo que decidieron ponerle el nombre de Brenda. Por testimonio de los mismos padres, Brenda tenía todos los comportamientos de un niño, jugaba como tal, quería practicar las mismas actividades que realizaba su hermano, incluso al momento de elegir los juguetes. La infancia de Bruce, convertido en Brenda, fue un martirio para el pequeño, no solo por el rechazo constante que recibía de los otros niños, sino también por las visitas tediosas a la clínica de Money.

En la pubertad, Bruce fue obligado a tomar la medicación, para adquirir la apariencia femenina. Durante su adolescencia trató de encajar de alguna manera sin embargo, esto fue una tarea imposible por presentar gustos siempre opuestos al sexo «asignado». Todo parecía llegar a su fin, cuando Brenda les dijo que si insistían con la cirugía iba a quitarse la vida.

En ese momento, los padres decidieron contarle la verdad. Reimer comenta haber sentido un gran alivio. Cambió su nombre a David y empezó a tratar de revertir de alguna manera su condición física e incluso contrajo matrimonio. En el 2002, su hermano murió de una sobredosis debido al medicamento que tomaba por la esquizofrenia y en el 2004, luego de atravesar una depresión, David decidió quitarse la vida con una escopeta.

Las personas nacen con la libertad de poder hacer lo que mejor consideren con su vida, mientras esto no perjudique a otros con las decisiones que tomen. Cuando una persona camina en línea recta a un precipicio es de humanos el avisarle del peligro que corre su vida, es absurdo el permanecer indiferente. Pareciera que la verdad, sustentada en principios científicos y evidentes ante cualquier ojo, se ha convertido en algo tan nocivo para la sociedad actual. Sin embargo, hay aquellos que la vociferan sin miedo, pues corren el riesgo de perderlo todo, incluyendo el futuro.

Fuentes consultadas:
1) El niño que fue criado como niña. (2006). https://www.bbc.com Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias/2010/11/101125_cambio_genero_sexualidad_men

2) La verdadera ideología de género (2017). https://www.nytimes.com/es Recuperado de https://www.nytimes.com/es/2017/07/11/espanol/opinion/la-verdadera-ideologia-de-genero.html

3) Ávila, Y (2019). Ideología de género, un término para desinformar sobre derechos de las mujeres y personas LGBTI+. Recuperado de https://www.animalpolitico.com/elsabueso/ideologia-de-genero- desinformacion-derechos-mujeres-lgbti/

4) Joaquín. D (2016). INFANCIA E IDEOLOGÍA DE GÉNERO: Comunicado del Colegio Americano de Pediatría. Recuperado de https://diazatienza.es/2016/03/infancia-e-deologia-de-genero-comunicado-del-colegio-americano-de-pediatria/

5) Lawrence, S Paul. R. (2016) Sexuality and Gender. https://www.thenewatlantis.com/publications/number-50-fall-2016

6) Neil W. Whitehead, “Is Transsexuality biologically determined?”, en Triple Helix, otoño de 2000, págs. 6-8; véase también Neil W. Whitehead, “Twin Studies of Transsexuals” (descubre discordancias)

7) American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5a edición, Arlington (Virginia), American Psychiatric Association, 2013 (págs. 451-459). Véase a partir de la página 455 los índices de persistencia de la disforia de género. (La cita se refiere a la edición norteamericana.)

8) Eva Moore, Amy Wisniewski y Adrian Dobs, “Endocrine treatment of transsexual people: A review of treatment regimens, outcomes, and adverse effects”, en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 2003; 88(9), págs. 3467-3473.

One Comment

  1. Isaac-
    26 enero, 2021 at 7:29 pm

    Excelente ensayo, Felicitaciones. Chesterton escribió : «llegará el día que tendremos que empuñar la espada por defender que el pasto es de color verde».