¡Más que un derecho!

Muchos hemos dedicado algún esfuerzo a defender el “derecho a la vida”, sin embargo cuando lo hacemos, podemos quedarnos cortos en cuanto a la verdadera dimensión de lo que defendemos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 3 dice que “todo individuo tiene derecho a la vida…”. De igual forma lo hace la Constitución política de la República de Guatemala que también en su artículo 3 establece que “el Estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción…”. 

Todo suena bien, quizá alguno diga que hace falta incluir una frase en la que se haga explícita la protección de la vida hasta la muerte natural y quedarse satisfecho con eso.

Pero no es así, de verdad nos estamos quedando cortos defendiendo la vida como un derecho. La vida es mucho más que un derecho, es la condición esencial que debe existir para que cualquier persona en cualquier lugar pueda exigir y ejercer sus derechos.

Nadie puede ser libre e igual a otros ante la ley si antes no está vivo, nadie puede asociarse con otro ni reunirse si antes no está vivo, nadie puede emitir libremente lo que su pensamiento le dice o seguir a alguna religión si antes no está vivo.

La vida como condición para el ejercicio de cualquier derecho es innegociable pues sin ella no puede ni siquiera pensarse en otras cosas que favorezcan al individuo para cumplir algún fin. Por ello es que la vida debe defenderse a toda costa y ponerse siempre por sobre cualquier otra cosa, porque la vida es más que un derecho.

Imagen cortesía radio.uchile.cl