COLUMNA :::A CONTRACORRIENTE:::
Estar enamorado es algo bonito, pero amar es otra historia
San Agustín, en su libro Confesiones, dijo: “Ojalá hubiera habido alguien que me ayudara a salir de mi miseria, alguien que hubiera encauzado mi deseo de amar, que hubiera orientado mi ansioso deseo de placer para que mis embravecidas olas rompiesen en la playa del matrimonio”.
El noviazgo es una de las etapas más fascinantes y atractivas de la vida. Aunque actualmente se ha ido perdiendo la verdadera misión de esta fase, es una etapa preparativa (desde los primeros años, aunque suene exagerado) para el matrimonio.
Vemos hoy en día que se habla bastante de una crisis matrimonial; Actualmente muchas parejas deciden nunca ser novios, y hay novios que deciden nunca casarse. También existen aquellos que se casan sabiendo que se van a separar, fracasando desde antes de haber empezado. ¿Pero es realmente el matrimonio el que está en crisis? Considero que lo que hace falta hoy en día es ponerle el énfasis adecuado al noviazgo, porque quien realmente está en crisis es su fuente: el amor.
Los desequilibrios matrimoniales están causados por ¡noviazgos frívolos y superficiales! Un noviazgo al estilo: ¡mientras me caso!, diría Juan López Padilla. Estar enamorado es algo bonito, pero amar es otra historia – un tema que cada vez se pierde más en esta sociedad que busca complicarse menos y desechar más.
Amar, más allá de la teoría de los sentimientos, es un acto de la voluntad – de querer el bien para el otro, más allá de mi propio beneficio. Toda persona aspira a la felicidad, y, ésta pasa – para quienes están llamados al matrimonio -, a través del noviazgo; La felicidad es una consecuencia del bien que amamos, del bien que hacemos (JLP). Juan Pablo II solía decir que una persona sólo puede realizarse en la medida en que se olvida de sí misma, en que no se mira a sí misma. Este es un punto importante para la preparación al matrimonio que se vive en el noviazgo, es un espacio de tiempo que le permite a la pareja – y a cada persona de manera individual – entrenarse de manera concreta en virtudes que le permitirán vivir de una mejor manera su vida conyugal. El noviazgo es momento de conocer a la otra persona, aprender a convivir como pareja y practicar virtudes que eleven los sentimientos a decisiones.
Cuando se pretende formar una familia, hay que pensar bien quién puede ser el compañero o la compañera de vida, y esto es algo que se decide en el noviazgo, por ello la importancia de esta etapa de la vida en pareja. El vivir noviazgos sanos repercute de manera directa en formar matrimonios estables, familias unidas y sociedades fuertes, no es algo que se deba decidir al azar o por pasiones desenfrenadas.
2 Comments
Me encanto que fasinante
pues esta padre lo que hay dise y bonito:3