Por Marcia García
El mundo necesita de políticas que sean efectivas y apropiadas a sus contextos nacionales y locales y por ello, el documento nos ayuda a dar una respuesta al problema desde la persona misma, para evitar así, el riesgo de transmisión, y promover tratamiento, cuidado y el apoyo necesario a las personas afectadas. Explora también la importancia de las estrategias de intervención y el éxito de la terapia antirretroviral y otros métodos para reducir efectivamente la transmisión del VIH. Finalmente, realiza un análisis de los éxitos y fracasos de las grandes estrategias de intervención internacional.
Las estadísticas muestran lo lamentable de la situación; actualmente, más de 35 millones de personas viven con VIH: más de 3 millones son menores de 15 años (2012) y más de 36 millones han muerto de SIDA (2012). Entre las causas del VIH/SIDA, es la transmisión a través de medios totalmente prevenibles: relaciones sexuales con una persona seropositiva, uso de agujas/jeringas contaminadas con VIH, transmisión de una madre seropositiva a su hijo a través del embarazo, parto o lactancia; y por último, por transfusión de sangre contaminada con VIH.
Epidemias generalizadas y concentradas. Menciono esto, porque tener conocimiento del tipo de epidemia que enfrenta cada país es necesario para que podamos intervenir de acuerdo a las necesidades de cada contexto. Por un lado, las epidemias del VIH/SIDA son concentradas sí la transmisión se produce principalmente entre grupos vulnerables tales como trabajadores sexuales, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y consumidores de drogas inyectables. Por el contrario, las epidemias son generalizadas sí la transmisión está principalmente fuera de grupos vulnerables, y se da principalmente a través de relaciones sexuales heterosexuales.
Sin embargo, me parece oportuno mencionar que, generalmente, el problema del VIH/SIDA se nos transmite socialmente (en medios de comunicación) y especialmente a través de las Organizaciones internacionales como la Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una epidemia generalizada y meramente sexual, y proponen soluciones mediante la distribución de preservativos, pero la realidad es otra. El uso del preservativo ha mostrado ser insuficiente para prevenir el VIH/SIDA. (Ver: Prevención de la infección por el VIH bajo la lupa. Un análisis desde la perspectiva del sector de la salud en América Latina y el Caribe, 2017).
Un ejemplo de ello, es el caso conocido de Uganda que, en 1988 tuvo el mayor porcentaje de infecciones por VIH en el mundo y como resultado de esta epidemia, inició un programa conocido como ABC (pos sus siglas en inglés) – abstenerse (abstinence), ser fiel (be faithful), condones (condoms) como última alternativa. Este programa redujo la tasa de SIDA en dos terceras partes, del 15 por ciento a 5 por ciento entre 1991 y 2004, antes de que los preservativos fueran ampliamente disponibles en el país. Sin embargo, a pesar de ser un programa que solucionaba el problema desde 1990, se empezó a promocionar la distribución de preservativos como la única alternativa provocando así, un aumento en los indicies de VIH para el 2000.
El programa ABC de Uganda consistió en: principalmente la promoción pública de la fidelidad y el retraso de la primera relación sexual, participación de la comunidad, debates cara a cara sobre el SIDA, participación de las personas que viven con VIH, educación sobre el SIDA en las escuelas primarias; y orientación especial de las mujeres y juventud.
Debemos tener en cuenta que es esencial resaltar lo que el documento propone: soluciones que conllevan un cambio de comportamiento a través de la reducción de parejas sexuales múltiples y concurrentes y retraso de la primera relación sexual como la mejor manera de prevenir la transmisión de VIH/SIDA. Debemos tener en cuenta que el reducir el número de parejas sexuales evita crear redes sexuales incrementando el riesgo a contraer el virus; ante ello, WYA afirma que la fidelidad mutua estrecha las redes, contiene el VIH y previene nuevas transmisiones sexuales.
No olvidemos tener presente la importancia de informarnos sobre este gran problema que representa el VIH/SIDA en nuestra sociedad; puesto que muchos gobiernos y organismos internacionales se han equivocado al tratar el problema, como lo ha hecho ONUSIDA, promoviendo estrategias de reducción de daños, como la promoción del uso de preservativos y agujas esterilizadas para prevenir el VIH/SIDA y enfermedades de transmisión sexual, en vez de estrategias de prevención del riesgo que buscan cambiar las conductas de fondo que exponen a las personas a un alto riesgo de contraer el VIH.
Para más información, descargue el documento completo en inglés y la nota descriptiva en español.
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