La luz llega al hogar.

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En el marco del día de la Familia hemos leído mucho acerca de la importancia de la familia como núcleo social y educativo por excelencia, totalmente de acuerdo pero surge una interrogante, ¿cuál es el combustible de una familia? ¿Cuál es la Chispa de luz que enciende el amor único familiar? Hemos escuchado la expresión de que cuándo una madre tiene a su hijo, se dice que ella: “Dio a LUZ”. Entiendo que por esa razón un niño recién nacido es continuidad de los conceptos de vida, luz, alegría, ya que el nacimiento de un niño llena de luz y alegría a cuanto le rodea, empezando con sus padres y también la sociedad.

La familia está situada en un punto estratégico para energizar el desarrollo integral de las futuras generaciones, una tarea enorme y compleja convirtiéndose en una tarea esencial que vale la pena.

En las familias acostumbramos a festejar con la noticia de que se espera un integrante más, “felicitaciones acá y allá” que en nueve meses tendremos el nacimiento de una personita que llenará de alegría y luz nuestros corazones.

En una rápida visita en el altiplano del país, conocimos una aldea en la cual se acostumbra como parte de la idiosincrasia del lugar, a que cuándo se espera otro miembro en la familia, luego del nacimiento del bebé, toda la  familia salen al bosque a sembrar un árbol en agradecimiento Dios Creador y a la naturaleza. Me llamó la atención que caminaron hacia el bosque cosa de 15 minutos y tardaron 30 en ponerse de acuerdo en el lugar donde sembrar dicho arbolito. Motivos…..Buscaban un lugar con unas condiciones óptimas para el arbolito; suelo fértil, donde la luz del sol pudiera proveer lo necesario para el crecimiento del arbolito etc. La idea es que al paso de los años una persona puede visitar el árbol sembrado con la edad en que nació.

Esta anécdota me llevó a la reflexión de que cuando nos enteramos de la llegada de un nuevo miembro de la familia es en primer lugar una muestra de que Dios aún cree en nosotros, ya que Él ha preparado el terreno fértil y con las condiciones necesaria para el  bebé.

Un niño desde el momento de su concepción es luz. Luz que transmite el milagro de la vida, es por ello que desde su concepción adquiere todos los derechos indelebles que por ser persona única e irrepetible trae consigo.

Por ello debemos de crear un ambiente óptimo para la llegada de ese nuevo ser que traerá sin duda alguna Luz y Alegría a todo el hogar. Que buena es la noticia de que tendremos un bebé, así como saber qué haremos lo posible por que nazca en un ambiente óptimo lleno de amor.

Estamos en una cultura en la que se atenta contra vida de las personas desde su concepción, por ello incluir en nuestro lenguaje y en nuestra ideología el hecho de que un niño es Luz y alegría es un buen comienzo para armonizar a una sociedad que atenta contra la vida.  “Un niño es un regalo de Dios”.

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