La súper mamá de ayer, hoy y siempre

“El ruiseñor, a distancia sin que lo sepa, admira la belleza de toda madre de allí su belleza y alegría, porque el que aprecia lo bello sabe de la belleza de la vida”
POR OSCAR PINEDA
Ella no espera riquezas ni tronos sólo la mirada de amor que desde el primer momento de vida le ha dado su retoño tan amado. En esta sociedad llena de materialismo y consumismo, los centros comerciales se abarrotan consiguiendo el mejor detalle para ese ser que aprendimos a balbucear; MAMA, pero olvidamos que la mejor manera de agradarle será un abrazo sincero y beso de agradecimiento a ese ser que con su regazo nos arrulló desde nuestros primeros días, ella estará siempre a nuestro lado de forma incondicional. Allá va el ruiseñor alegre en este día tan especial porque se renueva con intensidad el amor a nuestra madre cada 10 de mayo.

Cuando el ruiseñor está listo para partir, la bella lo despide con una mirada de amor que dice “no quiero que te vayas pero así es la vida, los hijos se van” y esa tierna mirada no deja al ruiseñor hasta que dobla la esquina. Si, porque mamá nos ama y no nos quiere siempre a su lado hasta cuando nos regaña!!!.
Mucho leeremos sobre la madre en estos días pero he querido transmitir un sentimiento más que nos lleve a valorar al ser que nos dio la vida sin componendas, sin límites, sin condiciones.

Se fuerte y bueno, nos decía y nos dice, y nos lo dice con su ejemplo, en nuestro lindo país esas Súper Madres nos dan ejemplo de disciplina, constancia, amor a los demás etc. No basta sólo con decirlo; hay que demostrarlo con amor, con una llamada, con una visita, con un abrazo y si ese abrazo sube hasta el cielo sepamos que como buena madre está cuidando nuestro caminar.

En esta columna he tratado de trasmitir el amor a la vida y el contraste económico que vivimos y en esta oportunidad les comparto una conmovedora escena que vi hace tiempo; en las afueras de un hospital público veía a una madre con su hijo de unos 8 años, con las monedas que tenía en mano compró una bolsa de papalinas, el niño feliz, feliz comió y al ver a su mamá le compartió la bolsa, ella como buena madre hizo el ademán de tomar papalinas pero en realidad no tomó nada, dejó que su hijo comiera toda la bolsa, lo más lamentable es que por la hora esa bolsa significaba el desayuno.

Nosotros tenemos la bendición de poder compartir con ese ser al que le llamamos mamá más que una papalina, amigos compartamos amor, que es lo que una súper mamá espera en realidad en esta celebración tan especial.

Feliz día querida Súper Mamá.

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