Psicopatología intrafamiliar: la violencia como amenaza a la familia – Parte I

Psicopatología intrafamiliar – Aspectos clínicos

Un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, forman, con sus hijos, una familia. Los hijos pueden ser naturales o bien vinculados al matrimonio a través de la adopción. La característica esencial de la familia es la de ser una unidad interpersonal estable y armónica, facilitadora de todas las posibilidades de desarrollo de sus miembros. Es la mejor escuela de las virtudes humanas. Se le reconoce como la principal fuente de la salud mental. Se le ha llamado la célula de la sociedad.

No obstante lo anterior, la estabilidad natural de la familia puede verse afectada por un fenómeno psicopatológico expresado por el maltrato o violencia entre sus miembros. Es una situación muy difícil de definir, ya que abarca muchas categorías. Se podría decir que son interacciones psicopatológicas entre los miembros de una familia y que difieren en tipo, impacto y causa.

Por conveniencia didáctica, legal y estadística, se le ha denominado como abuso en términos genéricos: se habla de abuso infantil, abuso de esposos, abuso de ancianos y abuso de padres. El concepto de abuso familiar (maltrato, psicopatología, violencia o severa disfunción), significa un conjunto de acciones que se producen entre los miembros de la familia y las cuales son consideradas como gravemente dañinas (física y/o emocionalmente).

Tipos de abuso intrafamiliar

El maltrato psicológico (o abuso emocional) se define como cualquier acto que lesione la dignidad de la persona y que afecta el normal desarrollo o estabilidad de la personalidad. Se presenta, o bien se manifiesta en conductas activas como rechazar, ignorar, aterrorizar, aislar, retener a través del chantaje afectivo, creando co-dependencia, realizando la infidelidad conyugal o adulterio. Este tipo de abuso también se expresa en conductas derivadas de la omisión como la privación de sentimientos de amor, afecto o seguridad, la indiferencia, etc.

El maltrato físico se define como cualquier acto intencional que implique o que pudiera llevar consigo lesiones físicas (producidas con o sin instrumentos, enfermedades o intoxicaciones). La violencia física entre los miembros de la familia incluye desde el hecho de golpear, lo cual es generalmente ignorado por los clínicos y a veces considerado como parte de la relación familiar normal, hasta las formas letales de violencia (parricidio), lo cual es un acto criminal.

La prioridad del clínico es evitar que el abusador continúe ejerciendo violencia contra los miembros de la familia.

El abuso sexual es un tipo de maltrato que implica tanto el maltrato físico y el emocional. Puede definirse como la participación de la víctima en actividades sexuales que no puede comprender, para las que no está preparada por su desarrollo o en las que no otorga su íntimo consentimiento y es obligada a realizar. La sodomía y el estupro son ejemplos psicopatológicos de este tipo de abuso.

La violencia familiar es, entonces, una seria patología que demanda con urgencia un diagnóstico clínico, indistintamente de la forma en que ocurre. En cuanto al tratamiento, está ampliamente documentado que es necesario tratar a la familia (psicoterapia familiar). La prioridad del clínico es evitar que el abusador continúe ejerciendo violencia contra los miembros de la familia. Como se sabe, no se deben aceptar racionalizaciones como por ejemplo: “yo no controlo mi carácter”, “tengo un problema de alcohol”, etc. ya que esto puede disminuir el impacto del significado real de la responsabilidad del abusador.

La incidencia estimada de violencia familiar, en cualquier forma que se de, varía, ya que depende de la perspectiva de quién hace el diagnóstico; esto es debido a definiciones imprecisas y variables, asociado a que los estimados de incidencia se basan en los casos que consultan o que son denunciados porque han llamado la atención pública. En países como Estados Unidos esto ha mejorado al instaurar una ley de reporte obligatorio, lo cual ha aumentado la sensibilidad de los clínicos con respecto a la posibilidad de que algunas lesiones en niños o adultos pueden ser causadas por los padres o por el cónyuge.

Otro problema ha sido el etiquetar ciertas lesiones que pueden ocurrir a ciertos tipos de personas en ciertos tipos de familia, las cuales se podrían catalogar como abuso. Se ha reportado que en Estados Unidos, por ejemplo, familias pobres, de raza negra o latinos, que hablan otro idioma que no sea el inglés y socialmente marginadas, se encuentran susceptibles de ser acusadas de abuso, en cambio, las familias de padres de raza blanca, profesionales y mejor ubicados socioculturalmente, estas mismas lesiones son identificadas como accidentales o transitorias.

Se puede asumir que cuando hay abuso en las familias, las personas que lo cometen, en general, piensan que su accionar no está mal o que es mal comprendido, que se ha exagerado su acto o que se está hipertrofiando la comprensión de su consecuencia intrafamiliar.

Continuará.


Comments are closed.