Este año tuve la dicha de participar en el Sexagésimo período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW60 por sus siglas en ingles). El evento se lleva acabo todos los años y es organizado por la Organización de Naciones Unidas
Por Marcela del Cid.
Por Marcela del Cid.
El tema principal de este año fue “El Empoderamiento de la Mujer” y su vinculación con el desarrollo sostenible. Durante diez días nos reunimos en la sede principal de la ONU, ubicada en Nueva York, donde participamos varios grupos representantes de ONGs de todo el mundo, al igual que líderes y delegados de los países miembros de la ONU. Todo esto con la intención de tratar temas relacionados con la mujer con el propósito de buscar medidas para mejorar su situación actual.
Cada evento tanto dentro como fuera de la sede, era una oportunidad para conocer e interactuar con personas de distintas culturas y por lo mismo, de mucha actividad por parte de todos los participantes.
“Conservador” fue un concepto de gran apoyo para declarar y expresar mi postura. No fue hasta el primer día en la CSW que entendí el sentido que ser “conservadora” ha tomado, cuando alguien ésta defiende la vida desde la concepción y cuando promueve la familia como la estructura más importante dentro de una sociedad que -aunque motivo de orgullo para muchos- en estos eventos algunos lo utilizan con sentido peyorativo.
Por sorpresa me topé con una percepción del mundo distinta a la que usualmente tenía durante el desenvolvimiento de este evento. Ésta contemplaba un mundo en donde la familia no es prioridad, en donde el placer sexual es una de las cosas más importantes, y en donde el bienestar propio sobrepasa el común. Un mundo en donde la religión es un estorbo y la Iglesia un gran enemigo, un mundo en donde se busca la igualdad a toda costa, aunque se critica cualquier tipo de comunismo.
La idea de un mundo “liberal” era muy vaga para mí, pero a pesar de encontrarme con todas estas ideas y realidades, para nuestra fortuna, también me encontré con muchas personas que iban a luchar con fe a favor de la naturaleza humana.
A pesar de estar en contra de algunas posturas, entendí que es necesario el empoderamiento de la mujer para lograr un verdadero desarrollo. Hay que reconocer que las mujeres son igual de capaces que los hombres por lo que hay que luchar por lograr que todas alcancemos la igualdad en oportunidades, nuestra voz como mujer cuenta y es muy importante que sea escuchada. Pero es sumamente importante encontrar un verdadero balance entre machismo y feminismo radical, que está tan de moda. Ambos somos seres distintos, pero complementarios por naturaleza por lo que ambos roles juegan un papel muy importante en la sociedad y no se le puede dar prioridad a uno.
Un punto importantísimo que nos diferencia de los hombres es la maternidad, por lo que hay que promoverlo y valorarlo en vez de tratar de evitarlo o incluso eliminarlo como sugieren en la actualidad.
Es importante acabar con cualquier tipo de esclavitud y de violencia contra la mujer, con la pobreza, garantizar la salud por medio de los servicios médicos necesarios, y promover la educación. Pero así mismo debemos defender las libertades de credo y a la mujer de vida religiosa.
El último día de la CSW participé en un evento muy peculiar, porque tuvimos que actuar (expresar con gestos) lo que nosotros creíamos que era la imagen de un mundo ideal. Me agruparon con dos feministas para realizar la actividad, por lo que pensé que el ponernos de acuerdo iba a ser imposible. Sin embargo, no fue así, llegamos a la conclusión que lo que le falta a este mundo para ser un “mundo ideal” es el amor. Esto me causo mucha impresión porque nunca pensé que fuéramos a tener algún punto en común y menos que ese punto fuera el amor. Lo que representamos fue un círculo en donde todas estábamos viendo a una distinta dirección pero estábamos unidas con nuestras manos.
Esta representación es real, es cierto que nuestras realidades son distintas, pero nos tomábamos de la mano representando una unión en la búsqueda del amor.
¿Entonces por qué tanta separación? La diferencia es que algunos han encontrado la maravilla del amor en la verdad, y otros la siguen buscando y en muchos lugares equivocados. Encontré excepcional la declaración de una delegada de sobre el SIDA y VIH que proclamó “la solución a todos estos problemas de desigualdad y violencia es el amor. Hay que entender que el daño ya está hecho y hay que brindar ayuda después de la violencia y el tipo de ayuda que se necesita es el de brindar apoyo por medio del amor”.
Todas estas experiencias me permitieron ver y entender la gran necesidad que hay de defender la verdad, aun cuando nos consideren “conservadores” –de manera negativa- y defender el papel de la mujer en el desarrollo pero entendiendo la importancia de su autenticidad, no robándosela
Cada evento tanto dentro como fuera de la sede, era una oportunidad para conocer e interactuar con personas de distintas culturas y por lo mismo, de mucha actividad por parte de todos los participantes.
“Conservador” fue un concepto de gran apoyo para declarar y expresar mi postura. No fue hasta el primer día en la CSW que entendí el sentido que ser “conservadora” ha tomado, cuando alguien ésta defiende la vida desde la concepción y cuando promueve la familia como la estructura más importante dentro de una sociedad que -aunque motivo de orgullo para muchos- en estos eventos algunos lo utilizan con sentido peyorativo.
Por sorpresa me topé con una percepción del mundo distinta a la que usualmente tenía durante el desenvolvimiento de este evento. Ésta contemplaba un mundo en donde la familia no es prioridad, en donde el placer sexual es una de las cosas más importantes, y en donde el bienestar propio sobrepasa el común. Un mundo en donde la religión es un estorbo y la Iglesia un gran enemigo, un mundo en donde se busca la igualdad a toda costa, aunque se critica cualquier tipo de comunismo.
La idea de un mundo “liberal” era muy vaga para mí, pero a pesar de encontrarme con todas estas ideas y realidades, para nuestra fortuna, también me encontré con muchas personas que iban a luchar con fe a favor de la naturaleza humana.
A pesar de estar en contra de algunas posturas, entendí que es necesario el empoderamiento de la mujer para lograr un verdadero desarrollo. Hay que reconocer que las mujeres son igual de capaces que los hombres por lo que hay que luchar por lograr que todas alcancemos la igualdad en oportunidades, nuestra voz como mujer cuenta y es muy importante que sea escuchada. Pero es sumamente importante encontrar un verdadero balance entre machismo y feminismo radical, que está tan de moda. Ambos somos seres distintos, pero complementarios por naturaleza por lo que ambos roles juegan un papel muy importante en la sociedad y no se le puede dar prioridad a uno.
Un punto importantísimo que nos diferencia de los hombres es la maternidad, por lo que hay que promoverlo y valorarlo en vez de tratar de evitarlo o incluso eliminarlo como sugieren en la actualidad.
Es importante acabar con cualquier tipo de esclavitud y de violencia contra la mujer, con la pobreza, garantizar la salud por medio de los servicios médicos necesarios, y promover la educación. Pero así mismo debemos defender las libertades de credo y a la mujer de vida religiosa.
El último día de la CSW participé en un evento muy peculiar, porque tuvimos que actuar (expresar con gestos) lo que nosotros creíamos que era la imagen de un mundo ideal. Me agruparon con dos feministas para realizar la actividad, por lo que pensé que el ponernos de acuerdo iba a ser imposible. Sin embargo, no fue así, llegamos a la conclusión que lo que le falta a este mundo para ser un “mundo ideal” es el amor. Esto me causo mucha impresión porque nunca pensé que fuéramos a tener algún punto en común y menos que ese punto fuera el amor. Lo que representamos fue un círculo en donde todas estábamos viendo a una distinta dirección pero estábamos unidas con nuestras manos.
Esta representación es real, es cierto que nuestras realidades son distintas, pero nos tomábamos de la mano representando una unión en la búsqueda del amor.
¿Entonces por qué tanta separación? La diferencia es que algunos han encontrado la maravilla del amor en la verdad, y otros la siguen buscando y en muchos lugares equivocados. Encontré excepcional la declaración de una delegada de sobre el SIDA y VIH que proclamó “la solución a todos estos problemas de desigualdad y violencia es el amor. Hay que entender que el daño ya está hecho y hay que brindar ayuda después de la violencia y el tipo de ayuda que se necesita es el de brindar apoyo por medio del amor”.
Todas estas experiencias me permitieron ver y entender la gran necesidad que hay de defender la verdad, aun cuando nos consideren “conservadores” –de manera negativa- y defender el papel de la mujer en el desarrollo pero entendiendo la importancia de su autenticidad, no robándosela
Nota Editorial: AFI además de enviar un grupo de representantes, también co-patrocinó un evento paralelo en el que se presentó el documental “The War on Children: exposing the comprehensive sexuality education agenda” en el cual se expone la realidad de los programas de educación sexual “integral” (EIS) y los efectos que generan en niños y jóvenes. (Se advierte que el documental contiene material gráfico)
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Me impactó la actividad que relata Marcela al cierre del evento y como con dos participantes “no conservadoras” encontraron en EL AMOR el punto en común
Marce, un orgullo para las mujeres!! La felicito y en nombre de mi familia le doy las gracias por defender lo que somos.
Me lleno de esperanza en las nuevas generaciones. Conocí a Marcela en primer grado, a los 7 años. Ahora es una líder con formación y criterio que sabe defender con valentía la verdad. Felicitaciones desde Lo más hondo de mi corazón.
Confirmó que la educación es la llave a un mundo mejor.
Me encanta ver a jovenes actores y no espectadores. Felicidades Marcela tenes un gran potencial, excelentes concluciones
Marcela: ojalá tuviera tu edad para trabajar al lado tuyo por la familia. Anima a muchas jóvenes a salir de su superficialidad y a implicarse en causas que son importantes. Enhorabuena.