Por Pablo Ortíz
La mujer dentro de la familia es irremplazable y aunque no siempre sea reconocido, como madre tiene un papel importante en la creación, formación y mantenimiento de los valores que la integran. Con el don de la maternidad no solo dará vida y esperanza pero también encontrará su mayor responsabilidad. Ahí forjará el futuro, construirá ciudadanos, formará a los futuros arquitectos, ingenieros, abogados, doctores y gobernantes, educará a futuros padres y madres.
Con su paciencia y ternura les enseñará pautas de comportamiento, con su creatividad estimulará sus habilidades naturales. Con su fortaleza sentará las bases para que puedan llevar una vida íntegra, que se base en el respeto y la verdad, enseñándoles a afrontar la realidad con valentía sin tomar el camino fácil. En ella encontrarán la guía para hacer lo correcto y ser responsables, no huir de las consecuencias de sus actos. Aprenderan de su esfuerzo a valorar los sacrificios, a tomar el camino correcto, a decir que no a la violencia, los vicios y al engaño.
Ama de casa, artista, empleada, ejecutiva… madre, eres el pilar sobre el que se levanta al futuro. Ella siembra la semilla en sus hijos, con las que ellos darán frutos al formar sus propias familias; su éxito trasciende de generación en generación.
Existe un verso que dice: El que educa a un hombre, educa a un individuo; el que educa a una mujer, educa a una familia. ¡No hay nada mas cierto! Si la familia es el pilar de la sociedad, la mujer es el pilar de la familia. Y si el día de hoy hay hombres de éxito, no solo económico o profesional, sino en la sociedad y en la familia, han sido influenciados por sus madres. Luego la estafeta ha sido entregada por la madre a la esposa, quien continuará en esa labor de apoyar y guiar en los valores y el amor incondicional.
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