¿Qué es la psicoterapia? Conoce sus aspectos clínicos y bioéticos

Por: Dr. Edgar Hernández

Etimológicamente, la palabra “psicoterapia” se deriva de los vocablos griegos que significan tratamiento psíquico o tratamiento psicológico. Apartándonos de la etimología y adoptando un criterio comprensivo del vocablo, con una clara adaptación a la clínica, el término puede comprenderse como el uso de los métodos o técnicas, con sentido curativo, empleando como recurso la palabra hablada. Esta acción exige la relación interpersonal, con sentido profesional, entre el paciente (quien padece o sufre) y el terapeuta (quien ejerce la acción curativa).

La psicoterapia, sin duda alguna, constituye un recurso fundamental en la práctica de la psicología clínica, la orientación familiar, la psicopedagogía y la psiquiatría. Resulta inconcebible, en esta época, un programa docente en las áreas mencionadas, que no fortalezca a sus alumnos con la enseñanza y supervisión de un sólido programa de psicoterapia. Más adelante aclararemos qué modelo de psicoterapia es el idóneo, si queremos realmente formar profesionales que la empleen con un auténtico sentido de bienestar para sus pacientes.

Estas iniciales consideraciones básicas corren el peligro, en un trabajo como este, de simplificar la comprensión del proceso psicoterapéutico que, obviamente, es más complejo que un simple concepto de consejería o coaching transformacional. Recordemos que la persona humana es un conjunto integrado de aspectos psicológicos, biológicos, sociales y espirituales, sujeto, por lo tanto, a influencias no solo personales, propias o intrapsíquicas, sino, también existen influencias ambientales, físicas o externas, denominadas extra-psíquicas. El Yo, por lo tanto, resulta ser una unitas multiplex.

Aunque el origen de un trastorno mental sea primariamente orgánico-funcional, como por ejemplo un episodio maníaco dentro del contexto de un trastorno afectivo bipolar, su repercusión en el aspecto psíquico-ambiental (familiar y laboral), resulta evidente e inevitable. Lo mismo sucede con una crisis emocional (psicógena), resultante de una relación de adulterio por alguno de los cónyuges.

Los efectos psíquicos no serán solamente personales sino implicarán directamente al otro cónyuge, a los hijos y a la familia en general. La implicación ética y espiritual resultará también gravemente afectada. Los ejemplos anteriores pretenden ilustrar la complejidad de un trastorno psíquico con el cual debe enfrentarse el psicoterapeuta en su práctica clínica diaria. Es, por lo anterior, que cuando se habla de una intervención psicoterapéutica, sea esta individual-personal o bien conyugal o familiar, siempre debe considerarse que el curso que se le dé al proceso de psicoterapia dependerá, en gran medida, del concepto antropológico que posea el terapeuta y, obviamente, será sobre el cual se asiente la escuela o modelo de psicoterapia en que este se haya formado.

El criterio mencionado de la posición doctrinal-antropológica que posea el psicoterapeuta ha sido señalado y puntualizado como fundamental e importante por documentos orientadores en este particular campo profesional. Tal es el caso del documento “Nueva carta a los agentes sanitarios”, la cual recuerda que debe tenerse en cuenta que toda forma de psicoterapia tiene una visión antropológica propia, que formula hipótesis sobre el origen de las perturbaciones psíquicas, propone al paciente tanto su modelo teórico como una terapia que normalmente requiere cambios del comportamiento y, en algunos casos, del sistema de valores.

Por tanto, dice, la psicoterapia puede afectar a la personalidad del paciente y provocar su cambio. La condición de dependencia del paciente respecto del terapeuta y la esperanza de mejora o de curación lo exponen al riesgo de aceptar principios contrarios a su sistema axiológico o de valores. Las nuevas formas de esclavitud, como las adicciones y la consecuente desesperación, en las que caen tantas personas, tienen una clara explicación no solo sociológica o psicológica, sino esencialmente espiritual. El vacío en el que el alma se siente abandonada, dice la Carta, aun contando con numerosas terapias para el cuerpo y para la psique, hace sufrir. No hay desarrollo pleno ni un bien común universal sin el bien espiritual y moral de las personas, consideradas en su totalidad de alma y cuerpo.

Los conceptos anteriores, que se derivan de una visión humanista de la psicoterapia, han sido confirmados clínicamente por autores como Viktor Frankl y Elizabeth Lukas, desde la psicoterapia fundamentada en la logoterapia lo que ha permitido desarrollar el criterio explicativo de las neurosis noógenas. Llegados a este punto, debemos considerar también que se han escrito muchos trabajos, a lo largo de los años, por autores y clínicos tanto a favor como en contra de los argumentos antes mencionados y las posiciones divergentes han sido, casi siempre, las imperantes.

Con el afán de dar a los clínicos, docentes y pacientes, un criterio que resulte sólido y aclarador y que confirme, con criterios de medicina basada en evidencia, lo antes señalado, se ha realizado un muy valioso trabajo de investigación que ha estudiado varias escuelas de psicoterapia y ha llegado a la conclusión que muchos modelos de psicoterapia que se ofrecen, en el basto mundo de la salud mental, resultan verdaderas charlatanerías y que encubren intereses económicos y comerciales por quienes las practican, publicitan y promocionan. A este basto grupo de modelos de psicoterapias se les ha denominado pseudopsicoterapias.

El estudio en referencia ha sido realizado y publicado, recientemente, tanto por el Ministerio de Sanidad como el Ministerio de Ciencias y Universidades de España. Entre las principales pseudopsicoterapias que no han demostrado ninguna evidencia científica y que, por lo tanto, no lograrán mejorar la salud mental de los pacientes, se encuentran:

  • Análisis transaccional
  • Análisis somato emocional
  • Biocibernética
  • Coaching transformacional
  • Constelaciones sistémicas y familiares
  • Cristales de cuarzo
  • Digitopuntura
  • Feng Shui
  • Gemoterapia Gestalt
  • Hipnosis Ericksoniana
  • Iridología
  • Magnetoterapia
  • Metaloterapia
  • Método Grinberg
  • Numerología
  • Orinoterapia
  • Plasma marino
  • Programación neurolingüística
  • Radiestesia
  • Psicoterapia transpersonal
  • Sofronización
  • Reflexología
  • Terapia Tantra
  • Terapia bioenergética
  • Terapia floral de Bach
  • Terapia de renovación de memoria celular
  • Terapia regresiva a vidas pasadas
  • Terapia de movimientos oculares rápidos

Entre otras…

Continuará.


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