¿Quieres amor que dure?

¿Cómo saber si es la persona correcta para mí? ¿Me ama de verdad? ¿Será mi alma gemela? ¿Algún día encontraré a mi verdadero amor? ¿Es el momento correcto para entregarme?

​Por Ligia Briz
Estas son algunas preguntas que nos invaden la mente a los jóvenes que, sedientos de amor, lo buscamos en los lugares incorrectos y con los medios incorrectos, porque muchas veces no sabemos qué es lo que estamos buscando.
 
Las películas, los [malos] libros, la publicidad y hasta los memes nos bombardean con una idea fantástica, irreal y hasta burda del amor. Nos engañan diciendo que el sexo es igual al amor. Buscamos entregarnos en una relación sexual para sentirnos completos, amados y satisfechos; pero terminamos sintiéndonos vacíos, incompletos y frustrados. ¿Qué es lo que pasa?
 
Nuestro corazón busca complementarse, entregarse, servir, dar, en pocas palabras, amar, que es muy diferente a usar, disfrutar y desechar. El verdadero amor es libre, total, fiel. Y este amor, el verdadero, no puede existir en otra realidad más que en la del matrimonio, donde el sexo sí es amor, donde ambos asumen el mismo compromiso.
 
Entonces, ¿cómo puedo amar de verdad en un noviazgo? A través de la castidad. Ya se que se han afanado por hacer que esta palabra suene a sinónimo de retrógrada ¡pero no te asustes! La castidad no es una lista interminable de lo que no puedes hacer y de lo que no puedes tener. La castidad es un gran sí al verdadero amor, porque te da libertad para conocer y amar, sin ilusiones, ni inquietudes, ni vacíos, ni espejismos. Gracias a la castidad descubres expresiones de amor, de ternura, de delicadeza, distintos al sexo, que será la mayor expresión de amor en el matrimonio.
 
Me podrás preguntar para qué sirve esperar si estás seguro que tu pareja es tu verdadero amor, con quien te vas a casar y pasar el resto de tus días. Yo te respondo cuestionando a cuántas personas conoces que han pensado lo mismo y ahora no están con esa persona, y además, si estás 100% seguro que tu cerebro no te está engañando. La glándula pituitaria libera un neuropéptido llamado oxitocina, el cual se libera durante el parto, la lactancia y las relaciones sexuales. La oxitocina provoca un vínculo emocional, disminuye las habilidades de pensamiento crítico, desvirtúa la memoria, disminuyendo los recuerdos de experiencias negativas,  y aumenta la confianza. Si estás en una relación de noviazgo “sexualmente activa”, ¿estás seguro que lo que sientes es un amor verdadero o la consecuencias de los efectos de la oxitocina en tu cerebro?
 
Un día tuve la oportunidad de platicar con una amiga sobre este tema. Me preguntó qué significaba la castidad, por qué había decidido vivirla y si era posible. Le expliqué en qué consistía, lo que me motivó a decidirme por este estilo de vida y le dije que, si bien no es fácil, vale la pena y es posible. Su respuesta me dejó atónita y al día de hoy me conmueve mucho. Me dijo: “yo nunca me he sentido amada sin antes tener sexo y, cuando lo tengo, me siento más vacía que antes de hacerlo”.
 
Mujeres, si no han experimentado lo que se siente ser amadas en lugar de deseadas, ¡no saben lo que se pierden! El hombre que te ame de verdad, te ayudará a que juntos vivan una relación llena de pureza, ternura y honestidad. Encontrarán tentaciones, habrán momentos difíciles, pero estará a la par tuya luchando con una recta intención. No buscará tus puntos débiles para hacerte caer, ni te dirá que te ama con tal de llegar un poco más lejos contigo. 
 
Hombres, si no han experimentado lo que se siente ser amado en lugar de usado, ¡no saben lo que se pierden! La mujer que te ame de verdad no te verá como un trofeo que puede presumir, al contrario, será tu motivación para vivir una de forma más pura y honesta. Será tu compañera de batalla, estará orgullosa de ti pero no bajará sus estándares, porque sabe que tú los puedes cumplir y sobrepasar. 
 
Todos merecemos ser amados de verdad. Solamente viviendo la castidad podremos conocer al otro como realmente es, descubrir sus virtudes y sus defectos, sus fortalezas y sus debilidades, sus buenos momentos y también los malos. Podrás ver si tú eres capaz de construir cosas buenas en su vida, en lugar de destruir. Porque al final, de eso se trata el verdadero amor: buscar incondicionalmente el bien del otro, apoyándonos mutuamente para ser la mejor versión de nosotros mismos. En la siguiente ocasión hablaremos sobre cómo vivir, en la práctica, una relación casta. Por ahora, ¡recuerda que mereces vivir un amor verdadero!

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  1. Monica de Obiols-
    22 julio, 2016 at 2:39 pm

    Como siempre, bien dicho!!! Claro y conciso. Buen articulo.