El Congreso de la República de Guatemala declara el 20 de mayo de 1999 el día 25 de marzo como Día nacional del niño no nacido (Acuerdo número 21-99)con el objeto de fomentar la cultura de la vida desde la concepción.
POR MARCIA GARCÍA
POR MARCIA GARCÍA
El Acuerdo establece en su parte considerativa que el Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia, promoviendo la paternidad responsable, considerando que el Estado garantiza la vida humana desde la concepción, en congruencia con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de la cual la República de Guatemala es signataria, que establece en el Artículo 4.1 que toda persona tiene derecho que se respete su vida desde el momento de la concepción.
Pensando en ello me pregunté, ¿cómo a través de un simple artículo se puede llegar profundizar en lo que representa este día internacional? Por ello, decidí escribir sobre los derechos que todos tenemos y que promueven la maternidad, la vida y la paternidad responsabile.
En distintos momentos de la vida he pensado en formar una familia, por lo que deseo y busco una mejor Guatemala para mis futuros hijos. Siendo mujer me afectan doblemente los altos índices de violencia contra la mujer, de embarazos en niñas y adolescentes, el femicidio y la violencia sexual que existe en nuestro país. El cambio de esta situación me ha llevado a apasionarme sobre los derechos humanos. Sin embargo, algo que aprendí hace unos años estudiando el tema, es que no son nada si no existe un Estado de derecho respaldado por una sociedad civil virtuosa. Al decir “virtuosa”, no me refiero a ningún tipo de concepto con carga ideológica, simplemente a la virtud a la que todo ser humano debería aspirar para construir una sociedad anhelada, sin corrupción, violencia, delincuencia, inseguridad, pobreza, desnutrición, analfabetismo, en fin, la falta de esos valores necesarios para mantener el orden social.
Para lograrlo nos hacen falta familias, políticos, educadores que cumplan con sus responsabilidades, con su rol paterno y materno, hombres que resguarden el orden cívico y político, y maestros capacitados en su materia. Hago mención de esto, ya que la búsqueda del bien y de la justicia, es un proceso que como guatemaltecos debemos retomar si deseamos tener una sociedad digna en donde vivir. Grandes filósofos como Sócrates, identificaban la virtud con el conocimiento, él decía que no podemos hacer lo justo si no lo conocemos, pero también decía que era imposible dejar de hacer lo justo una vez que lo conocemos. Por lo tanto, según lo que él nos transmite, hace falta enseñar lo que es la virtud, sin la que no podemos ser felices.
Se preguntarán qué relación tiene esto con el día del no nacido, la relación es que debemos buscar la justicia para todos, recordar que tenemos derechos pero también obligaciones y entre nuestras obligaciones está la de proteger la vida en todo momento –osea incluso desde la concepción-.
Es necesario reconocer las consecuencias de nuestros actos, pues aunque por un lado exigimos del Estado justicia, seguridad, educación, implementación de nuevas reglas para nuestros intereses individuales, por otro, buscamos la libertad sin reglas y anteponer nuestros intereses y vida privada sobre el bienestar común, que la sociedad esté a nuestro servicio, creando derechos que solamente nos benefician a nosotros mismos. Con ello me refiero a que una madre invocando su potestad, limite y elimine la vida desde su inicio, desde el vientre.
Por lo general cuando se habla de la vida del no nacido, la discusión se desvía hacia los derechos de la mujer, acceso a la educación sexual, derechos sexuales y reproductivos, alejando totalmente la atención de los derechos del padre del bebe en el vientre materno pero sobre todo, se olvidan de los derechos de no nacido. Se busca justicia y se rige a favor de que a las mujeres se nos brinde el derecho al aborto porque se cree que eso resolverá los problemas que enfrentamos: la muerte materna y la violencia sexual. Sin embargo para obtener oportunidades, seguridad e igualdad no tenemos que escoger entre el respeto a la vida del no nacido y la violencia contra la mujer, porque una no resuelve la otra, y aunque se quiera ocultar, el aborto la daña física, emocional y psicológicamente.
Como mujer entiendo la situación tan vulnerable en la que nos encontramos, una sociedad con injusticias, pero también entiendo que mayor desigualdad no resolverá nuestra situación, digo desigualdad porque exigimos derechos femeninos a los que el hombre jamás tendría acceso. Al exigirle al Estado conferirnos más derechos abrimos una gran brecha de diferenciación en lugar de mayor igualdad con el hombre, Con ello, estamos arriesgándonos a que a cambio de mayores derechos nos resten mayor libertad, porque a cambio de derechos -sexuales y reproductivos- cedemos a una sociedad individualista y arbitraria, que se nos regulará nuestra vida privada -nuestra sexualidad- a que las leyes decidan que niño en nuestro vientre tiene el derecho a nacer.
El embarazo no es el enemigo, y si los embarazos tempranos fueran una preocupación, no son la más importante del país, en cambio la seguridad, las oportunidades laborales y un sistema de salud pública fallido si. Como mujer sé que la violencia sexual jamás se resolverá promoviendo “derechos” sexuales y mucho menos con el aborto, que solo demuestra que los mas débiles pagan la cuenta de los mas fuertes En Latinoamérica 1 de cada 5 muertes maternas ocurren por hemorragia en el mundo y en Guatemala esos casos suman 54% lo cual demuestra que el problema es la atención hospitalaria, no el embarazo, . Se imaginan un mundo en donde el aborto fuese aceptable, ¿realmente ese derecho nos empoderaría, evitaría que ocurrieran más muertes maternas, nos protegería de las violaciones y desigualdades laborales? Definitivamente no, pero entonces por qué medir los derechos humanos de la mujer según su capacidad de abortar.[1]
Las mujeres no necesitamos acceso al aborto, pero si mejor control materno, no necesitamos una revolución sexual sino responsabilidad paterna, no necesitamos derechos sexuales, pero si un Estado responsable de brindar las necesidades básicas y de acceso a las instituciones de salud. Y sumándole a todo ello, las madres y las potencialmente madres no necesitamos que el Estado nos arrebate la vida de nuestro hijo, necesitamos que cumpla las leyes que ya están establecidas y protegen a todo niño no nacido cuya dignidad es intrínseca e inalienable desde el momento de su concepción (Artículo 3.- Derecho a la vida. El estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona)[2].
La vida humana es la razón de la existencia de los demás derechos y deberes, y el poner en peligro la vida no se justifica en ningún caso. Sin el derecho a la vida no habría base sólida para el respeto a los demás, la sociedad se coinvertiría en una anarquía amoral en la que todo el mundo tendría una justificación de por qué no respetar la vida de otros. La importancia de la protección del no nacido es esencial para defender a la humanidad, el embrión, primera etapa del desarrollo humano, merece protección. Si nuestro país no protege la vida de la persona desde su concepción, ¿que garantía habrá que proteja el resto de nuestra vida?
El niño no nacido tiene el derecho a la educación, a la vida, a la familia, al trabajo, a la salud, a la seguridad y a la no discriminación. Mujeres no olvidemos que el embarazo y la maternidad sonun don único que tenemos solo nosotras. Claro, el ser madre no es un derecho u obligación, es un acto de amor. La reproducción es un don natural que debe ser protegido pero no controlado, es decir, no es el Estado quien decide la cantidad de hijos e hijas que un matrimonio debe tener. Lo que si es una obligación es proteger a sus hijos y brindarles las necesidades básicas que como ser humano merecen ya cuando se ha converitido en madre.
¡Toda vida es digna de ser vivida, defendamos la vida! ¡celebremosla! ¡El día internacional del no nacido es un día para celebrar a todas aquellas madres que han dicho si a la vida de sus hijos, porque merecen ser protegidos!
Pensando en ello me pregunté, ¿cómo a través de un simple artículo se puede llegar profundizar en lo que representa este día internacional? Por ello, decidí escribir sobre los derechos que todos tenemos y que promueven la maternidad, la vida y la paternidad responsabile.
En distintos momentos de la vida he pensado en formar una familia, por lo que deseo y busco una mejor Guatemala para mis futuros hijos. Siendo mujer me afectan doblemente los altos índices de violencia contra la mujer, de embarazos en niñas y adolescentes, el femicidio y la violencia sexual que existe en nuestro país. El cambio de esta situación me ha llevado a apasionarme sobre los derechos humanos. Sin embargo, algo que aprendí hace unos años estudiando el tema, es que no son nada si no existe un Estado de derecho respaldado por una sociedad civil virtuosa. Al decir “virtuosa”, no me refiero a ningún tipo de concepto con carga ideológica, simplemente a la virtud a la que todo ser humano debería aspirar para construir una sociedad anhelada, sin corrupción, violencia, delincuencia, inseguridad, pobreza, desnutrición, analfabetismo, en fin, la falta de esos valores necesarios para mantener el orden social.
Para lograrlo nos hacen falta familias, políticos, educadores que cumplan con sus responsabilidades, con su rol paterno y materno, hombres que resguarden el orden cívico y político, y maestros capacitados en su materia. Hago mención de esto, ya que la búsqueda del bien y de la justicia, es un proceso que como guatemaltecos debemos retomar si deseamos tener una sociedad digna en donde vivir. Grandes filósofos como Sócrates, identificaban la virtud con el conocimiento, él decía que no podemos hacer lo justo si no lo conocemos, pero también decía que era imposible dejar de hacer lo justo una vez que lo conocemos. Por lo tanto, según lo que él nos transmite, hace falta enseñar lo que es la virtud, sin la que no podemos ser felices.
Se preguntarán qué relación tiene esto con el día del no nacido, la relación es que debemos buscar la justicia para todos, recordar que tenemos derechos pero también obligaciones y entre nuestras obligaciones está la de proteger la vida en todo momento –osea incluso desde la concepción-.
Es necesario reconocer las consecuencias de nuestros actos, pues aunque por un lado exigimos del Estado justicia, seguridad, educación, implementación de nuevas reglas para nuestros intereses individuales, por otro, buscamos la libertad sin reglas y anteponer nuestros intereses y vida privada sobre el bienestar común, que la sociedad esté a nuestro servicio, creando derechos que solamente nos benefician a nosotros mismos. Con ello me refiero a que una madre invocando su potestad, limite y elimine la vida desde su inicio, desde el vientre.
Por lo general cuando se habla de la vida del no nacido, la discusión se desvía hacia los derechos de la mujer, acceso a la educación sexual, derechos sexuales y reproductivos, alejando totalmente la atención de los derechos del padre del bebe en el vientre materno pero sobre todo, se olvidan de los derechos de no nacido. Se busca justicia y se rige a favor de que a las mujeres se nos brinde el derecho al aborto porque se cree que eso resolverá los problemas que enfrentamos: la muerte materna y la violencia sexual. Sin embargo para obtener oportunidades, seguridad e igualdad no tenemos que escoger entre el respeto a la vida del no nacido y la violencia contra la mujer, porque una no resuelve la otra, y aunque se quiera ocultar, el aborto la daña física, emocional y psicológicamente.
Como mujer entiendo la situación tan vulnerable en la que nos encontramos, una sociedad con injusticias, pero también entiendo que mayor desigualdad no resolverá nuestra situación, digo desigualdad porque exigimos derechos femeninos a los que el hombre jamás tendría acceso. Al exigirle al Estado conferirnos más derechos abrimos una gran brecha de diferenciación en lugar de mayor igualdad con el hombre, Con ello, estamos arriesgándonos a que a cambio de mayores derechos nos resten mayor libertad, porque a cambio de derechos -sexuales y reproductivos- cedemos a una sociedad individualista y arbitraria, que se nos regulará nuestra vida privada -nuestra sexualidad- a que las leyes decidan que niño en nuestro vientre tiene el derecho a nacer.
El embarazo no es el enemigo, y si los embarazos tempranos fueran una preocupación, no son la más importante del país, en cambio la seguridad, las oportunidades laborales y un sistema de salud pública fallido si. Como mujer sé que la violencia sexual jamás se resolverá promoviendo “derechos” sexuales y mucho menos con el aborto, que solo demuestra que los mas débiles pagan la cuenta de los mas fuertes En Latinoamérica 1 de cada 5 muertes maternas ocurren por hemorragia en el mundo y en Guatemala esos casos suman 54% lo cual demuestra que el problema es la atención hospitalaria, no el embarazo, . Se imaginan un mundo en donde el aborto fuese aceptable, ¿realmente ese derecho nos empoderaría, evitaría que ocurrieran más muertes maternas, nos protegería de las violaciones y desigualdades laborales? Definitivamente no, pero entonces por qué medir los derechos humanos de la mujer según su capacidad de abortar.[1]
Las mujeres no necesitamos acceso al aborto, pero si mejor control materno, no necesitamos una revolución sexual sino responsabilidad paterna, no necesitamos derechos sexuales, pero si un Estado responsable de brindar las necesidades básicas y de acceso a las instituciones de salud. Y sumándole a todo ello, las madres y las potencialmente madres no necesitamos que el Estado nos arrebate la vida de nuestro hijo, necesitamos que cumpla las leyes que ya están establecidas y protegen a todo niño no nacido cuya dignidad es intrínseca e inalienable desde el momento de su concepción (Artículo 3.- Derecho a la vida. El estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona)[2].
La vida humana es la razón de la existencia de los demás derechos y deberes, y el poner en peligro la vida no se justifica en ningún caso. Sin el derecho a la vida no habría base sólida para el respeto a los demás, la sociedad se coinvertiría en una anarquía amoral en la que todo el mundo tendría una justificación de por qué no respetar la vida de otros. La importancia de la protección del no nacido es esencial para defender a la humanidad, el embrión, primera etapa del desarrollo humano, merece protección. Si nuestro país no protege la vida de la persona desde su concepción, ¿que garantía habrá que proteja el resto de nuestra vida?
El niño no nacido tiene el derecho a la educación, a la vida, a la familia, al trabajo, a la salud, a la seguridad y a la no discriminación. Mujeres no olvidemos que el embarazo y la maternidad sonun don único que tenemos solo nosotras. Claro, el ser madre no es un derecho u obligación, es un acto de amor. La reproducción es un don natural que debe ser protegido pero no controlado, es decir, no es el Estado quien decide la cantidad de hijos e hijas que un matrimonio debe tener. Lo que si es una obligación es proteger a sus hijos y brindarles las necesidades básicas que como ser humano merecen ya cuando se ha converitido en madre.
¡Toda vida es digna de ser vivida, defendamos la vida! ¡celebremosla! ¡El día internacional del no nacido es un día para celebrar a todas aquellas madres que han dicho si a la vida de sus hijos, porque merecen ser protegidos!
[1] http://www.theguardian.com/global-development/ng-interactive/2014/feb/04/womens-rights-country-by-country-interactive
[2] Constitución Política de la República de Guatemala
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