Los despertadores cambian de dígitos, los horarios y dinámica en el hogar se preparan para una nueva etapa del año.
Los despertadores cambian de dígitos, los horarios y dinámica en el hogar se preparan para una nueva etapa del año, los hijos se llenan de emoción mientras los padres se afanan por los prioridades y detalles para que los hijos estén listos para empezar con pie derecho el nuevo año escolar.
Todos esperamos que sea un buen inicio. Es momento propicio de reflexionar sobre la importancia de acompañar a los hijos en este proceso educativo y en el proyecto que cada uno se ha propuesto. Ahora lo interesante es plantearnos ¿cuántas veces hemos hablado con nuestros hijos de su futuro? ¿de sus sueños? ¿En serio… que quieren ser cuando sean profesionales? ¿cuándo fue la última vez que hablamos con cada uno sobre sus metas?
No es solo de mandarlos con mochila llena al colegio, es de fijarse y plantearse como grupo familiar nuevas metas, propósitos nobles y de esta manera moldear el proyecto personal de vida en cada uno de los hijos, de allí la importancia de la comunicación.
Debemos de tener presente que la familia es el núcleo social educativo por excelencia y que estamos en un lugar estratégico para marcar la diferencia en nuestra sociedad.
Recientemente tuve la oportunidad de dirigirme a un grupo de alumnos que iniciaban su carrera profesional y no pude contenerme en decirles que eran afortunados porque en nuestro país la mitad de los jóvenes no tienen acceso a educación y que son oportunidades que se deben de aprovechar al máximo, ya que detrás de una matrícula hay un costo de oportunidad, un esfuerzo enorme que hacen los padres por proveer la educación escolar y profesional.
Sueños hay muchos, pero deben ser sueños acompañados por la sabia orientación de los padres los consejos nunca están de más, ya que un “sí puedes”, “tú tienes la capacidad” y un “nosotros te apoyamos” marcará una gran diferencia. Un nuevo año escolar es un peldaño más en la escalera del éxito y en alcanzar la felicidad.
Sugerencias:
- Los hijos necesitan reforzamientos positivos: “tu puedes”, “muy bien hijo”, “te felicito”, etc.
- Motivarlos a nuevos retos: todos somos únicos e irrepetibles con aptitudes diferentes.
- Los hijos necesitan acompañamiento: saber que tareas o proyectos tienen.
- Apoyarlos siempre, involucrarse en las actividades escolares.
- Proponer anhelos nobles, compartir experiencias de emprendedurismo y solidaridad.
- Diálogo: buscar los momentos idóneos para hablar a solas con los hijos sobre sus metas.
- Siempre positivos. Ante los fracasos alentarlos a buscar otra oportunidad.
- Fomentar la voluntad: establecer horarios y rutinas con hábitos saludables en casa.
Oscar Pineda Escobar es padre de familia. Tiene un Master en Asesoramiento Educativo Familiar (Universidad Complutense), un Diplomado en Educación Integral (Universidad Panamericana de México) y un Diplomado en Pedagogía de la Fe (Universidad de Navarra de España). Actualmente es maestro en Colegios APDE y columnista para Blog AFI.
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