Una visión antropológica correcta ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo. Ahí ya hay discriminaciones. Porque hay discriminaciones, y no precisamente de minorías.