Iniciaré diciendo que  la familia importa, haciendo un reconocimiento especial a la asociación guatemalteca, con este nombre, que recientemente conocí, aglutina más de 40 organizaciones y está encaminada justo a dar a conocer, promover la importancia de la familia y procurar su protección.

​POR MSC. CLAUDIA LUJAN, Trabajadora Social
Diariamente es evidente en nuestra sociedad el irrespeto, la violencia, la falta de límites, etc. Para ejemplo,  el o la conductora quien se parquea en cualquier lugar y obstaculiza el paso de otros muchos vehículos, sin aparentar ni la menor empatía, el niño o niña golpeador y quien humilla a los demás en el colegio y quien tristemente tiende a ser el reflejo de padres con serios problemas de agresividad, el político corrupto, el adolescente inmerso en diferentes vicios y así es posible enumerar un sinfín de situaciones del día a día que desencadenan desde leves incomodidades, hasta actos violentos con víctimas humanas.

​¿Dónde iniciaron esos comportamientos?, ¿quién debe poner límites? La respuesta es evidente: la familia.
Claro, la comunidad y sociedad en general inciden en la formación de todo individuo, sin embargo, es en el seno de la familia, en la intimidad del hogar, donde se forman o “deforman” esos pilares fundamentales de todo hombre y toda mujer.

Los patrones de crianza, entendidos como conductas transgereneracionales de manera consciente o inconsciente con los que se va guiando a los niños, la forma en la que se les trata, escuchar sus opiniones, ayudarles a enfrentar sus miedos, procurar la confianza en sí mismos, la empatía, el respeto y tantos otros principios y valores que en la práctica diaria van dibujándoles huellas imborrables.

Cada vez hace más sentido el enunciado del principio, ¡La familia importa!, pero no es un tema de moda, de hecho, pareciera ir en detrimento, hasta se le hace sonar retrograda a quien habla de la familia tradicional, de la importancia de los roles en el hogar – obviamente sin caer en machismo-, del hábito del servicio entre esposo y esposa, entre los mismos hijos. Y es que, la familia es el escenario ideal donde en un espacio íntimo, por y con amor debiéramos “servirnos mutuamente”.

Considero, como profesional de las Ciencias Sociales, como madre y como persona con principios, valores y vivencias propias, que se debe retomar esa raíz, procurar el bienestar, fortalecimiento, unión y protección de la familia. ¿Cómo cambiaría la sociedad guatemalteca si existiera una instancia que procurara educar a los padres y madres en la crianza de los hijos, sobre todo las familias donde los menores de edad están o en conflicto con la ley penal o en hogares de abrigo y protección?

¿Cómo estarían las familias guatemaltecas si hubieran campañas en los medios de comunicación que festejaran la unión de las familias?, ¿y si los gobiernos municipales diseñaran más espacios recreacionales, culturales, lúdicos para las familias? Como beneficiaría a la sociedad actual si las Universidades públicas y privadas impulsarán  movimientos, iniciativas, teoría, proyectos, etc. en pro de la familia.

¿Y si empezamos en el entorno inmediato?, celebrando el matrimonio, siendo defensores de la fidelidad conyugal, apoyando la lactancia materna, animando a las madres o padres que deciden permanecer en el hogar para el cuidado de los hijos, formando a los hijos en valores y principios de manera intencionada.

Extiendo una invitación especial a festejar, procurar, homenajear y luchar por la familia, porque definitivamente la familia importa.

No Comments

  1. Elsa hegel-
    21 mayo, 2016 at 4:26 pm

    Definitivamente! La familia es la base de la sociedad y por supuesto requete cuenta. Los valores se enseñan en el hogar .

  2. karla barreda-
    26 mayo, 2016 at 10:22 am

    Buenas tardes aca en Peru hemos formado una organizacion no gubernamental que se llama Salvemos a la Familia tiene ya 10 años y se ha replicado en mas de 20 paises de todos los continentes.
    Nos encantaria estar en contacto.