Educar el tiempo libre

«Para muchos el timbre escolar ha marcado el final e inicio de una nueva etapa en la que los buses y aulas esperan un nuevo año escolar».


Para los padres de familia se convierte en un desafío el hecho que los hijos en este tiempo no desperdicien el ocio cosas vanas o sin sentido como lo es, por ejemplo, el uso de redes sociales. A la vez de cómico, me ha resultado preocupante que en cualquier lugar donde nos encontremos, el ambiente virtual prevalece. La comunicación verbal se limita a gestos y el chat se convierte en esencial herramienta de comunicación familiar y social.

Todos recordamos aquella actividad escolar en la que los profesores nos preguntaban: ¿qué hicieron en las vacaciones? Y varios podíamos responder; bueno jugamos béisbol, competimos en bicicleta, terminamos un rompecabezas, ganamos un torneo, fuimos a nadar a un centro turístico, fuimos de paseo, etc.

El riesgo de la situación es que, hoy en día, hemos perdido interés, fuerza y valor para fomentar y educar en una educación del tiempo libre que inspire y dejar esta tarea educativa a los medios digitales como la alternativa de entretenimiento por excelencia.

El juego y las aficiones

El juego, por ejemplo, permite al niño la satisfacción de la necesidad de movimiento y de una sana diversión sin apartar la competitividad y el desarrollo de relaciones sociales. Por otro lado, las aficiones permiten explorar y desarrollar habilidades que todo niño posee. “Todo niño tiene que jugar y hacer jugar a los demás con su alegría”.

Durante las vacaciones, la práctica de un deporte debe de ser la mejor opción, ya que deja mucho beneficio educativo y saludable.

“El tiempo libre, si no es educativo, afecta los hábitos positivos en la familia”. En la década de los años 90, surge una nueva corriente opción de vivir en ocio y es el Internet. En esta columna ya hemos hablado de lo positivo y del peligro del mismo, pero cabe mencionar que navegar puede absorber un buen porcentaje de nuestras actuales vacaciones.

Algunas sugerencias

  • Velar por un horario en vacaciones
  • Promover y crear actividades de convivencia familiar
  • Poner en cargos en casa
  • Regular el uso de Internet en el hogar
  • Conocer los programas y videojuegos que ven los hijos
  • Practicar algún deporte
  • Tocar algún instrumento
  • Realizar proyectos en familia, como armar un rompecabezas o una actividad de servicio social en tiempo de Navidad

Oscar Pineda Escobar es padre de familia. Tiene un Master en Asesoramiento Educativo Familiar (Universidad Complutence), un Diplomado en Educación Integral (Universidad Panamericana de México) y un Diplomado en Pedagogía de la Fe (Universidad de Navarra de España). Actualmente es maestro en Colegios APDE  y columnista para Blog AFI. 


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