#FertilidadIntegral: Recuperando el lenguaje

Fertilidad y lenguaje: ¿y esto cómo me puede servir?

Desde que estamos en el vientre de nuestra madre empezamos a conocer el lenguaje. Este, forma parte de nuestra identidad, nuestras raíces, nuestra cultura. Es algo que nos da pertenencia, nos construye y, nos permite relacionarnos. Primero, percibimos su ritmo, su cadencia, su entonación, para más adelante empezar a discernir más claramente los fonemas y las palabras.

Conforme crecemos, nuestros padres se encargan de enseñarnos el lenguaje de manera natural y espontánea, mientras que cada niño va desarrollando las habilidades necesarias para comprenderlo y expresarlo de manera efectiva. Primero lo entendemos, y mucho después lo podemos expresar. Y así, vamos afinándolo cada día.

Después vienen los libros y la escuela, para lograr un desarrollo pleno del mismo. En ese ínterin, no faltan los momentos en que se nos enseña que hay “malas palabras”; esas palabras y expresiones que, por su origen, contenido o intención, no es apropiado utilizar en nuestras conversaciones.

Podemos apreciar que tales “malas palabras” varían según la región y la cultura local. Lo que para mi sociedad es algo soez, puede ser algo del diario vivir en otro grupo social. Lo mismo sucede con el lenguaje y la simbología utilizada por algunos grupos que no comparten nuestra visión ProVida. Mencionemos algunos ejemplos:

1) Pro-elección: se llama así a quienes se ufanan de “elegir un aborto” (asesinato del no nacido) como única solución. El aborto no soluciona nada, eso ya lo tenemos claro. ¿Acaso no es mucho más «proelección» quien tiene la posibilidad de dar vida, dar a un hijo en adopción (si fuera el caso), cuidar su vida, cuidar su salud, buscar soluciones a su situación?

2) Progresistas o Modernos: promueven estos términos haciendo sentir inadecuadas a las personas que no les siguen. Pero nada puede ir más en contra del progreso y la modernidad que matar inocentes indefensos. Además, la creencia y la práctica de usar una “pastilla mágica” que disimule todo problema de salud hormonal de la mujer ha limitado y ocultado el progreso real de la medicina.

3) El arco iris: ¿a cuenta de qué se lo han apropiado? Yo he usado el arco iris en infinidad de ocasiones toda mi vida. Entiendo que quieran dar una impresión de belleza en la «diversidad». Pero el arco iris no es suyo. Sólo si dejamos de usarlo por temor a ser confundidos con esos grupos entonces si se vuelve suyo. No falta mucho para que lo quieran hacer una marca registrada.

4) Salud Reproductiva: este me encanta. Por supuesto que lo mal usan, más parece que dijeran Métodos para Arruinar el Sistema Reproductor.

5) Planificación Familiar: ¿Por qué tenerle miedo al término? Entiendo que se ha usado incorrectamente y no queremos que nos malinterpreten. Pero el término es adecuado: se hace un plan de acción para formar una familia a través de una paternidad responsable. Las motivaciones y los métodos para utilizar el término son otro tema. Pero analicémoslo: si no queremos usar el término, no vamos a lograr cambiar las políticas de salud reproductiva a nivel gubernamental.

Mi opinión es que hay que seguir usando el lenguaje de manera correcta. No porque otros muy influyentes lo usen mal, significa que el resto, que somos mayoría, cedamos ante ellos. Eso sería ceder ante el bullying.

Debemos recuperar los términos y símbolos públicamente haciendo buen uso de ellos. Podemos crear términos nuevos, claro, pero no ceder los otros. Podemos y debemos ponernos de acuerdo en una agenda que unifique y amplifique nuestros esfuerzos. Esto del lenguaje y la simbología no es una cuestión aislada, es parte de un todo que nos atañe.

Hablemos claro, de manera correcta, sin miedo y sin ceder ante las presiones o temores. Así como otros grupos han logrado meterse en la mente y en la cultura de manera insidiosa con sus ideologías erradas, asimismo, nosotros podemos ser proactivos e ir recuperando y ganando nuevos terrenos para lograr nuestros objetivos en pro de la Vida y el Bien.

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