Este lunes 4 de marzo, Francia hizo historia al convertirse en el primer país en incorporar el derecho al aborto en su Constitución.
El Parlamento votó a favor de modificar la Constitución de 1958 para garantizar la «libertad asegurada» de las mujeres para interrumpir el embarazo.
Antes de la votación, el primer ministro, Gabriel Attal, advirtió al Parlamento que el derecho al aborto estaba «en riesgo», lo que justificó el esfuerzo del gobierno para protegerlo. A pesar del apoyo a esta medida, el presidente Emmanuel Macron enfrentó críticas por presuntamente usar la Constitución con objetivos electorales.
Esta aprobación representa un riesgo para las demás democracias, los más vulnerables y la defensa de los Derechos Humanos universales.
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