Hermosa crianza, un buen remedio ante el aislamiento social

Sin entrar en el debate de trabajar fuera o dentro de casa, si hombres o mujeres quisiera hacerme un tanto al costado y mencionar que durante estas casi dos semanas de “asislamiento social” que se han vivido en Guatemala, al igual que en decenas de países debido al famoso COVID-19, he visto tanta información que hasta me siento “desinformada”.

Se escucha y lee mucho sobre cómo protegerse, estrategias para hablar del tema con los niños, actividades para hacer en casa, ideas para relajación, el ABC que nos permite disminuir peleas conyugales, ideas para prepararte para el futuro. Uf, es una barbaridad de información.

Nunca me preparé justo para esto, creo que nadie, pero hace seis años decidimos sembrar tiempo en casa, ver a esos ojitos, poner límites, comer en casa juntos, tratar, en la medida de lo posible, de ser intencionales en familia, poner tiempos fuera, hacer predecibles las consecuencias tras un mal comportamiento irrespetuoso, etc. Y saben, nos está ayudando a todos para esta temporada.

Mis maestros favoritos (mis dos hijos) creo que me han estado enseñando mucho. No importa tanto lo aterrador que parezca el panorama, si en casa se sienten amados y protegidos, esta será una experiencia curiosa y amigable. Mi hija de ocho años me dijo: «Wow, mami, esto es como escuela en casa y como iglesia en casa, y ustedes no salen». Su sonrisa era enorme.

Claro que nos preocupa la economía, la salud de otros, la situación nacional e internacional, nos peleamos por momentos y nos aburrimos de lo lindo, pero es increíble cómo en la medida que los niños nos vean respirar tranquilos, mesurar nuestra propia exposición a noticias, conectar con ellos, mantener estructuras, disciplina, ocio y reírnos en casa, esto será una mejor experiencia.

Sé que cada familia tendrá su propia experiencia, pero quiero animar a mamás, papás, tías, abuelitos que me leen a dedicar tiempo a los chicos en casa, hacer helados juntos, jugar plasticina, responder sus preguntas curiosas, verles a los ojos, enseñarles a hacer tareas del hogar. Todo eso suma para la base emocional y su capacidad de respuesta ante la crisis, entendiendo que a lo largo de su vida tendrán muchas y no siempre tendremos el lujo de estar encerrados con ellos.

Si pasas por un momento difícil emocionalmente y tienes a cargo chicos, dejo a la orden mi correo electrónico. Quizás no tenga todas las respuesta, pero podemos hacernos las preguntas juntos.

claudialujants@gmail.com



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