¿Importa la abstinencia sexual?

Por: Skarlett Girón / AFI Joven

El pasado 13 de febrero, diversas organizaciones celebraron el Día Internacional del Condón, festividad que busca promover el uso del preservativo como el método «más efectivo» para la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Como parte de la actividad, en Guatemala se realizaron campañas para entregar condones gratuitos e información sobre el «sexo seguro«, ya que se supone que «es necesario hacer conciencia en la juventud de nuestro país sobre el uso adecuado del preservativo y evitar riesgos». (Gutierrez, 2022).

El objetivo de la campaña es «proteger a aquellos que a temprana edad comienzan a tener una vida sexual activa», por lo tanto será importante mostrarles los medios adecuados de protección e incentivarlos al uso del mismo para evitar consecuencias a futuro. Pero, ¿es realmente este el mejor camino? ¿Será el condón una forma de «protección»? ¿Qué mensaje se le da a la juventud?

Si bien es importante destacar que lo que se busca es la protección a las personas por el riesgo a enfermedades de transmisión sexual, o bien, embarazos a temprana edad, ¿por qué esta es la única opción que se presenta? ¿Por qué solo se habla sobre disfrutar la sexualidad con un método preventivo para evitar consecuencias por enfermedades o embarazos, pero no hablamos sobre la importancia de las relaciones sexuales matizadas en el amor y la dignidad? (Sarráis, 2015).

En la actualidad, los temas de la abstinencia sexual y castidad parecieran algo del pasado, algo que no es para la juventud. Pocos entienden su verdadero significado y eso provoca una idea distorsionada de lo que realmente significan. Incluso, solo mencionar la palabra «castidad» para algunos es punto de partida para las burlas.

Quizá nosotros mismos, en medio de tanta confusión y las nuevas tendencias sobre la falsa libertad sexual, también ignoramos su verdadero significado y no terminamos de entender bien qué es la abstinencia sexual y castidad. Por eso es importante aclarar su significado y sus implicancias, para tener las cosas claras y mostrar a otros la importancia para todos. (Daum, 2013).

Todos estamos invitados a vivir la virtud de la castidad y debemos tomar en cuenta que este no es un algo que se abrace solamente por el temor a las enfermedades de trasmisión sexual o evitar un embarazo; las motivaciones que nos deben conducir al disfrute de una existencia y sexualidad en castidad son buscar la entrega al ser amado que nos colme, prepararnos hacia el disfrute de una vida sexual plena y aprender que amar no significa tener intimidad sexual con tu pareja.

Pero, primero lo primero, ¿qué es la castidad? Comencemos hablando de su etimología:

La castidad es una virtud relacionada a la templanza. Alguien que es casto se abstiene de la actividad sexual. Las palabras casto y castidad provienen del adjetivo en latín castus (“cortado”, “separado”, “puro). Casto significa “virtuoso”, “pureza (sexual)”. (Wikipedia, 2017)

La castidad ofrece la preparación necesaria antes del matrimonio; por ejemplo, al tener el dominio de si mismo nos muestra ante el prójimo como es una persona fiel, bondadosa, capaz de generar a su alrededor un ambiente de confianza y amistad. (Galeana, 2021)

¿Pero si nos amamos y nos vamos a casar, cuál es el problema con tener relaciones sexuales? 

Porque claro, si hay amor, ¿por qué no expresarlo con un gesto de intimidad que ayudaría a aumentar el afecto?, ¿Por qué esperar a casarnos? ¿Por qué no hacerlo cuando el amor está tan floreciente? ¿Por qué esperar si tenemos un amor sincero y transparente? ¿Por qué esperar si ambos queremos?

Primero, debemos estar conscientes del alto valor que tiene el cuerpo humano. Decir que hay amor y que por lo tanto, se puede llegar a esa relación intima es categorizar ese acto como una condicionante del amor y lo rebajamos a una cosa que requiere uso para demostrar amor y afecto. Las relaciones sexuales no pueden considerarse un mero acto físico, deben ser más bien una expresión de algo mucho más profundo: se trata de una entrega total e incondicional de una persona a otra. Tienen un carácter emocional, espiritual y hasta psicológico.

Esta entrega es real y se vuelve concreta con la alianza matrimonial. El período de enamoramiento y noviazgo sirve precisamente para esto: para hacer crecer a la pareja en el conocimiento mutuo con el fin de alcanzar las virtudes indispensables para la vida matrimonial. Si la pareja vive bien en este periodo, sin llegar a tener intimidad típica de la vida matrimonial, se formará en las bases de la fidelidad, la espera, la paciencia y la entrega de amor verdadero. En otras palabras, se mantendrá una mayor fidelidad al interior del matrimonio, si se conserva la pureza de la relación durante el enamoramiento o noviazgo. (Dr. Juan José Ríos Rodríguez, Dr. Miguel Lugones Botell., 1998).

La castidad es lo que purifica el amor, no porque el amor sea algo impuro, por supuesto que no, pero sí hay algo que vuelve impuro al amor: el egoísmo. Dime si no es egoísta pensar que dentro de una relación de “amor”, la intimidad sexual es necesaria para mantenerla viva cada día. El egoísmo se puede disfrazar de amor para obtener lo que se quiere de la otra persona. Recuerdo que cuando estaba en mi época de colegio muchos compañeros varones admitieron haberle dicho a una joven “te amo” solo para obtener sexo. Incluso tuve muchas amigas que querían llenar vacíos manteniendo intimidad sexual con sus parejas o peor aún, el “si no tienes intimidad sexual con tu pareja, no estas al día”. ¿Hay algo más egoísta en el “amor” que eso?

¿Y qué es el egoísmo? 

Egoísmo es ponerse a uno mismo primero, buscar los propios intereses antes que el bien de los demás. Es “amarse uno a sí mismo” por encima de todos y querer que lo amen a uno por encima de todo. Soy egoísta cuando quiero que la otra persona haga lo que yo quiero y no lo que es bueno para ella. Soy egoísta cuando antepongo mis intereses, mis deseos o mi placer al bien de la otra persona. 

Si lo primero que busco en una relación es disfrutar del placer que me da, aunque sea “de mutuo acuerdo”, estoy siendo egoísta y la otra persona también. Así no se forman bases sanas de amor en una relación. La relación basada en sexo se convierte en un egoísmo compartido en donde se busca en el otro que pueda satisfacer de alguna manera su gran vacío interior. Y esto seguramente sonará muy extremo de mi parte. ¿Saben por qué? Porque desde pequeños, en muchos casos no nos enseñan a cuidar el amor y el cuerpo de esa manera, mucho menos se nos habla de los daños emocionales que ocasiona. (Daum, 2013).

En la actualidad, la “educación sexual integral” que se transmite por los medios de comunicación como algo positivo nos envía mensajes como: Haz lo que quieras, disfruta tu vida, vive plenamente la sexualidad, usa preservativo. ¡Como si la plenitud y libertad en la relaciones dependiera nada más del placer en la intimidad! Para ganarle a este ambiente tan hostil e irresponsable en el que vivimos actualmente se necesita una verdadera educación a la autodominio y conocimiento para proteger precisamente el amor auténtico. 

Y qué decir de los embarazos antes del matrimonio. Si bien es cierto que dentro de una relación de “amor”, los hijos deberían verse como un regalo o una bendición, muchas veces este nuevo ser es visto como un problema que como un regalo. Otra distorsión de la dignidad humana. Todo niño tiene derecho a nacer dentro del equilibrio de un matrimonio, en el que los padres buscan la felicidad juntos, pero sin estas bases, el bebé por nacer termina siendo un objeto o un resultado no deseado…»inesperado».

Me encantaría hablar sobre los testimonios de varios amigos que desean nunca haberse entregado a alguien antes del matrimonio, porque las experiencias de otros nos ayudan a reforzar aún más este tema, a entender esa desviación y deformación del amor, porque es un peligro del que muy pocos jóvenes son conscientes,y que muchos se niegan a aceptar que pueda pasarle a ellos. 

Estoy consciente que puede haber amor real, pero un amor incipiente, un amor que necesitaba madurar, crecer, hacerse fuerte en la espera. Al apresurarse, la mirada del joven se deforma. Y eso es lo que suele suceder en un hombre o una mujer que no tiene madurez, que no es capaz de dominarse, de esperar, de purificar sus intenciones: deja de ver el corazón del otro y empieza a verla cada vez más como un objeto de placer. Así crece el egoísmo, mientras el amor decrece y se marchita.

¿Se han puesto a pensar, qué pasa con el estado emocional del otro? Se han preguntado, ¿las relaciones sexuales nos atan a otros?

Existen en el organismo del hombre y de la mujer diferentes hormonas “del apego”, como la oxitocina y la vasopresina, que son segregadas por el organismo con mayor intensidad durante el acto sexual. Estas hormonas producen una sensación de vinculación especial con la pareja sexual. No es un apego imposible de romper, pero sí una fuerza real que siente la pareja. (R, 2015).

De hecho, el principal efecto del apego es unir a las personas, hacer que uno esté necesitado de estar con el otro. Se trata de un efecto muy positivo, por ejemplo, dentro del matrimonio: el apego me une cada vez a mi cónyuge. Pero este vínculo puede surgir también en relaciones sexuales casuales, o incluso en relaciones donde hay un cierto amor, pero aún no hay una decisión firme de estar juntos toda la vida. El problema es que la sensación de apego (muchas veces “deslumbrante”) te puede cegar en esa relación y restarte la objetividad necesaria para tomar decisiones adecuadas. Así, las rupturas suelen doler más o uno puede continuar con una relación conflictiva y hasta peligrosa. En resumen, uno puede sentirse “atado” sin realmente quererlo debido a ese apego que resulta naturalmente de una relación sexual.

La abstinencia sexual, con miras a guardar el sexo para un contexto matrimonial, no es algo que limite el amor o lo reprima, tampoco va en contra de nuestra naturaleza, tenemos que dejar de ver la intimidad sexual como una necesidad básica. La castidad no es “antinatural”, como algunos quieren hacernos creer.

Quiero que te hagas estas preguntas: ¿Qué clase de amor quieres para ti? ¿Qué clase de amor quieres para tu pareja?

El Día Internacional del Condón fue creado con el objetivo de «promover la comercialización del condón y su uso, por considerarse el método más rentable para prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos tempranos», pero reflexionemos en esto: hacer campañas para promover preservativos no es cuidar a las personas y mucho menos proveerles de “educación sexual”, porque estas campañas reducen todo al acto físico sin siquiera darse cuenta que necesidad sexual y afectiva van de la mano.

Así que si amas de verdad, demuestra ese amor y respeto desde la paciencia y la espera. Te pregunto de nuevo amigo lector: ¿importa la castidad?


Bibliografía

Brêtas, J. R. (2018). Sexualidad y juventud: experiencias y repercusiones. Alteridad, revista de educación., 192-203.

Daum, J. (19 de agosto de 2013). ¿Qué es la castidad? ¿Por qué es importante vivirla? Obtenido de La opción V: https://laopcionv.wordpress.com/2013/08/19/que-es-la-castidad-por-que-es-importante-vivirla/

Dr. Juan José Ríos Rodríguez, Dr. Miguel Lugones Botell. (1998). La castidad, una virtud a recobrar en nuestro tiempo. Revista Cubana de Medicina General Integral, 637-639.

Galeana, M. I. (21 de marzo de 2021). alph.org. Obtenido de https://aleph.org.mx/que-beneficios-tiene-la-castidad-entendida-como-el-dominio-de-uno-mismo

R, R. C. (2015). Oxitocina: Estimulantes de la contractilidad uterina. Lima: Vademécum Académico de Medicamentos. McGraw Hill.

Sarráis, F. (24 de julio de 2015). Perfeccionamiento de la castidad. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=kNDheqRDYg4

Wikipedia. (mayo de 2017). Wikipedia, la enciclopedia libre. Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Castidad

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