La regla de la pandemia

¿Será casualidad o coincidencia? ¿Acaso nuestra “regla” ha enloquecido con las nuevas reglas de la pandemia?


Estar en cuarentena y distanciados socialmente nos produce estrés. Ya llevamos un mes desde que se diagnosticó el primer caso infectado por COVID-19 en Guatemala. Por muy buena actitud que podamos tener hacia el cambio y nos adaptemos conscientemente, nuestro diario vivir no es el mismo, incluyendo la actividad física, la alimentación, las relaciones interpersonales, los horarios de trabajo y sueño, la recreación, etc.

El estrés puede provocar un cambio en nuestro perfil hormonal también. De hecho, el estrés tiene un origen neurohormonal. Por lo tanto, nuestros ciclos menstruales pueden verse afectados de diversas maneras.

Se ha demostrado científicamente que puede haber diversidad de cambios en el ciclo ovulatorio durante los periodos de estrés. Estos pueden incluir ciclos más largos o cortos, ciclos sin ovulación, ciclos con mayor resequedad, ciclos con doble pico de moco fértil, ciclos con mayor o menor sangrado, ciclos con empeoramiento de los síntomas y signos del Síndrome Premenstrual (SPM), entre otros.

Asimismo, sabemos que el apetito puede cambiar debido a las alteraciones hormonales y emocionales, aunado a los cambios en el nivel de actividad física. Por otro lado, los cambios emocionales que ya todos hemos experimentado en mayor o menor medida durante esta cuarentena, pueden ser a la vez causa y efecto de cambios hormonales, particularmente en las mujeres debido a las fluctuaciones de las hormonas reproductivas.

Algunas mujeres tendrán una menstruación igual a las habituales, otras podrán observar cambios. Puede haber menstruaciones más o menos abundantes. Puede también haber menstruaciones más o menos dolorosas. Puede haber cambios en la duración de los ciclos menstruales, con una tendencia a alargarse, e incluso a ausentarse. Todo esto puede asustarnos.

Para cualquier mujer, ya sea casada o soltera, el miedo y la ansiedad generadas pueden agravar la sintomatología y conducir a un pensamiento erróneo sobre su salud reproductiva y emocional. Si estamos en una relación matrimonial, tratando de construir un proyecto de familia de manera responsable, estos cambios pueden aumentar nuestra ansiedad debido a la incertidumbre que producen.

Cuando la intención del momento es lograr un embarazo, pero vemos estas anormalidades, podemos pensar que cursamos con problemas serios de salud reproductiva, por ejemplo. En caso de querer posponer un embarazo, cursar con irregularidades aumentará la incertidumbre, poniendo en mayor tensión la relación de pareja que ya está así debido a los cambios sociales a los que estamos sometidos.

Afortunadamente, existen programas de auto monitorización diaria del ciclo menstrual (por ejemplo, FEMM) que permiten reconocer los detalles del efecto de las hormonas reproductivas en nuestro cuerpo de una manera práctica y sencilla. Este auto reconocimiento de los biomarcadores de la fertilidad permite a la mujer y al matrimonio seguir con su proyecto de salud y de familia, comprendiendo que puede haber cambios debidos al estrés generado por la situación actual de la pandemia.

Al entender que estas irregularidades son transitorias y debidas al alto nivel de estrés generado por el distanciamiento social y la cuarentena, así como por el genuino temor a la enfermedad, podemos evitarnos un estrés adicional e innecesario.

Es necesario adaptarnos a las nuevas reglas de vida, entre ellas: mantener una alimentación balanceada, realizar ejercicio a diario, mantener horarios adecuados de sueño, mejorar la comunicación en casa, mantenernos conectados socialmente por medio del teléfono y las vías digitales. Este es también, un momento ideal para darnos cuenta de que podemos aprender sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo, empoderarnos, y tomar decisiones acertadas y saludables para toda la vida.


Referencias bibliográficas:
1) www.FEMMHealth.org
2) Farage MA1, Osborn TW, MacLean AB. Cognitive, sensory, and emotional changes associated with the menstrual cycle: a review. Arch Gynecol Obstet. 2008 Oct;278(4):299-307. doi: 10.1007/s00404-008-0708-2. Epub 2008 Jul 1.
3) Hilgers TW. The Medical and Surgical Practice of NaProTECHNOLOGY. Pope Paul VI Institute Press. 2004, Omaha, NE, USA. P 341-344.

Foto: Shutterstock.


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