La verdad y feminidad, la respuesta a la hipocresía feminista

No pasa un solo día en el que la mujer que defiende la vida inocente, la familia, el matrimonio y su fe sea insultada por las mismas mujeres que dicen defenderla o que se le diga que “es gracias al feminismo que puede opinar y pensar”. No pasa un día sin que las mujeres que nos desmarcamos del feminismo seamos el blanco de ataques constantes en redes sociales (o en las calles), se nos diga que «ojalá nos violaran» para que “veamos lo que se siente”, que ojalá nuestras hermanas “aparecieran muertas en un barranco” (quizá así entendamos la razón de la «furia feminista») o que si rechazamos el feminismo, automáticamente somos mujeres sin criterio, sin opinión y “manipuladas por el patriarcado” o la religión.

¿Dónde queda la “sororidad” hacia quienes opinamos distinto? Alto, no la necesitamos porque quienes no comulgamos con el feminismo podemos pensar y desarrollarnos sin el feminismo. A diferencia de esta secta, que impone sus reglas, le dice a la mujer qué hacer, cómo vestirse, cómo hablar y cómo pensar, nosotras actuamos con criterio propio. Tenemos la capacidad de enriquecer nuestro conocimiento y formar una opinión sobre cualquier tema. Esta disidencia es pecado mortal para el feminismo.

No simpatizar con el feminismo no nos hace indiferentes al dolor, a la realidad violenta o triste que muchas personas viven a diario, por supuesto que nos indigna el dolor, la violencia, la muerte del inocente. Pero hay una diferencia y es que a nosotras nos duele siempre. Duele el asesinato de una mujer, así como duele la explotación de un niño, la violación a un hombre o los más de 73 millones de abortos inducidos anuales que reporta el Instituto Guttmacher (abortista).[1] Nos duele siempre y no solo cuando la violencia, abuso y muerte se dan en un contexto determinado o cuando conviene a nuestra agenda o peor, a nuestro bolsillo.

Esta hipocresía, incoherencia y discriminación del movimiento verde es evidente y fácil de identificar. Comencemos por frases como “Ni una menos” o “Vivas nos queremos”, utilizadas por el feminismo. Suenan bien, ¿cierto? Pero el cuento y la fantasía se caen cuando se utilizan estas frases mientras se porta un pañuelo verde con la leyenda: “Aborto seguro, legal y gratuito”.

No se puede decir que se quiere «vivas» a las mujeres mientras se promueve su asesinato dentro del vientre; decir que se quiere erradicar la violencia contra la mujer, mientras se apoya descuartizarla, quemarla o destruirla en pedazos con una aspiradora en su etapa más vulnerable.

Hipocresía es también apoderarse de la batalla en contra la objetivización del cuerpo de la mujer, mientras se promueve una liberación sexual total al punto de que esta se convierte en esclavitud y una visión de la sexualidad utilitarista que ve el sexo como forma de obtener placer. ¿Y qué hay de la pornografía? Salvo algunas excepciones individuales, jamás se ha visto una movilización masiva del feminismo frente a las oficinas de Pornhub, sitio web pornográfico que se ha comprobado hasta el cansancio que distribuye videos de violaciones reales a mujeres y pedofilia.[2]

Se calcula que, de 304 escenas de los videos pornográficos más populares, el 90% de ellas contiene violencia física y 50% agresiones verbales.[3] ¿Por qué el feminismo calla sobre esto y peor aún, promueve la pornografía como una forma de “explorar sus cuerpos”? ¿Qué hay de las casas de explotación de menores o los prostíbulos, en donde se le paga a la mujer por tener sexo? ¿Qué hay de plataformas como Only Fans, en las que lo único que vale tiempo y dinero es el cuerpo?

Hipocresía es proclamarse feminista, desearle la “muerte al macho”, abanderar la batalla contra el machismo, mientras en lugar de exigir una justicia cumplida y persecución a abusadores, se prefiere gastar esa energía y tiempo en ultrajar templos o hacer talleres de yoga “de la resistencia”. Mientras, los violadores continúan sueltos en las calles.

Hipocresía es querer eliminar el dolor y sufrimiento de las niñas y mujeres en Guatemala, pero colgarse de su dolor y sufrimiento para movilizar una agenda abortista. ¿Hay algo más vil que utilizar las muertes de niñas para justificar que se pueda «legalmente» asesinar a más niñas? Hoy en día, miles de mujeres en el mundo son abusadas, explotadas y víctimas de regímenes autoritarios que incluso, recurren a los golpes y castigos para hacerlas obedecer. Pero en esos lugares, el feminismo no se aparece.

Más de 200 millones de mujeres y niñas entre 15 y 19 años han sufrido la mutilación genital femenina en 30 países, la mayoría en África y en Asia, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).[4] ¿Y el feminismo? Está ocupado montando tarimas en la Plaza de la Constitución, organizando talleres de twerking, gastando millones en banquetes, como sucedió en Argentina, en donde el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad pretendía contratar servicio de catering para eventos, destinando más de 51 millones de pesos para «coffe break con camarerxs», «almuerzos tipo lunch», «desayunos y meriendas». Mientras, la joven Úrsula Bahillo moría a manos de un abusador que ya tenía denuncias en su contra. [5]

El feminismo predica la supremacía de la mujer sobre todas las cosas, a la vez que aplaude y celebra que un hombre con ropa de mujer gane competencias deportivas, que en nombre de la diversidad de “les cuerpes”, un hombre, que por naturaleza es físicamente más fuerte, golpee a una mujer en el ring, que un hombre con ropa interior y nombre femeninos sea quien aparezca en campañas de grandes marcas. Eso también es hipocresía y es más que evidente, pero cuando estás dentro, esa hipocresía difícilmente se llega a identificar.

No existe duda de que la familia es el fundamento de la sociedad. De ahí, que sea tan atacada como debe ser protegida. Parte de esos ataques tan fuertes es el feminismo, porque al destruir a la mujer, se destruye un hogar, la familia y por lo tanto, la sociedad.

Se entiende este resultado al comprender el feminismo como un mecanismo de adoctrinamiento para el control de masas. ¿Cómo? Sacando a la mujer de su hogar para arrancarle a sus hijos desde pequeños, ahora incluso desde el vientre. Al no recibir educación en el hogar, los niños ahora serían educados por los medios de comunicación y el Estado.

Esto lo vieron organizaciones que financiaron estos movimientos, como la Rockefeller Foundation. Al final, vuelve la incoherencia: un movimiento para la mujer dirigido y orquestado por hombres. El feminismo no se salva de una. Y todo, con el apoyo de celebridades, entretenimiento e industrias que creen poseer cierto nivel de credibilidad y solvencia para ser imitados.

¿El resultado? Miles de mujeres ahora están convencidas de que su completa emancipación del hombre es imitándolo, que son completamente libres al entregarse a la vorágine de degeneración sexual. Total, son sus cuerpos. Tenemos mujeres que creen que son esclavas de un sistema patriarcal inexistente, que la maternidad es como un cáncer que hay que erradicar, que asesinar a sus hijos dentro del vientre es empoderamiento, que creer en Dios es opresión, que querer lucir bella es sinónimo de un retraso mental, que el hombre es el enemigo de la mujer y, por lo tanto, hay que darle muerte.

¿La realidad? Es otra y son muchas las mujeres que lo comprueban. El feminismo es la verdadera esclavitud física y de pensamiento femeninos, la maternidad es el tesoro más preciado que una mujer posee, el embarazo no es una enfermedad, creer en Dios no es opresión, el hombre no es nuestro enemigo, al contrario, aceptar nuestra complementariedad es lo que también nos fortalece como mujeres.

La respuesta

Por el contrario, abrazar la feminidad sin ideologías ni etiquetas, sino como naturalmente es, viene acompañado de amor, plenitud, desarrollo personal y profesional, entrega al prójimo y coherencia. Decía Alice von Hildebrand, filósofa y teóloga, que “lo sorprendente es que el feminismo, en vez de hacer a las mujeres más profundamente consciente de la belleza y la dignidad de su papel como esposas, como madres, y del poder espiritual que puedan ejercer sobre sus maridos, las convenció de que ellas, también tenían que adoptar una mentalidad secularista…Se han dejado convencer de que la feminidad significa debilidad. Ellas comenzaron a mirar malos ojos a las virtudes tales como la paciencia, la abnegación, la entrega y la ternura”.

Qué palabras tan ciertas y es que no hay nada más triste que obligarnos a olvidar y rechazar nuestra naturaleza y misión, pero también a rechazar la verdad. El feminismo se ha esparcido en la mente femenina de forma invasiva, con mentiras e hipocresía. Le ha quitado tanto a la mujer al punto de dejarla sin su propia identidad y de hacerle olvidar lo importante que es su papel en la formación de sociedades sanas a través de la familia.

Mientras la mentira verde crece entre la juventud, quienes rechazamos el feminismo tenemos que retomar la belleza, dignidad y ternura que nos caracteriza como mujeres, de retomar el sentido de lo sobrenatural para obrar siempre con bien. El feminismo nos debe mucho, si no es que todo, a las mujeres. Saldemos nosotras esas deudas con la verdad, con nuestra feminidad como debe ser. Como mujeres, tenemos la capacidad de enseñar y ser un ejemplo para los demás.

Volvamos a vincular el sexo al matrimonio y al amor, recuperemos la educación en valores desde casa, hagamos una verdadera revolución fomentando el respeto a la persona, especialmente cuando está en su momento más vulnerable. Cuestionemos a los medios y los influencers, aprovechemos cada oportunidad para enseñar. No creamos todo lo que se dice en redes, ahí se maneja una agenda ideológica profunda y somos lo suficientemente inteligentes para no dejarnos manipular por ella.

Ante el feminismo, como mujeres abracemos nuestra feminidad, lo que nos hace diferentes. ¿Y qué si me quiero maquillar o poner un moño rosado? ¿Y si no? ¡También es válido! La mujer naturalmente se inclina a la belleza, al sentimiento, a la emoción y no hay nada de malo en eso. Cada una tenemos nuestros gustos, nuestro estilo y personalidad, pero nada de eso nos quita nuestra esencia natural de mujeres. La verdadera revolución femenina es ser femenina, ser mujer.

El peligro es grande y sin resistencia ni acción, terminará llevándose a la juventud. ¡No la perdamos! Hombres y mujeres debemos expulsarlo de nuestras familias, iglesias, escuelas y gobiernos, pero acoger a quienes por desinformación, soledad o eventos en su vida han encontrado en el feminismo un refugio. Quizá esas personas están a un tuit de distancia, a un abrazo, llamado o muestra de apoyo.

No será fácil, pero las mejores luchas se entregan a los mejores soldados. Tenemos firmeza, creencias, libertad y voz, la cual no podemos dejar de utilizar para transmitir la verdad. Hagámoslo sin miedo a ataques e insultos. Con nuestra convicción, coherencia y amor podemos cambiar vidas y trabajar sin descanso por la protección de nuestra fe, la vida inocente, nuestras familias, el matrimonio y la maternidad como tesoros, trabajar sin descanso por Guatemala y por lo que verdaderamente significa ser mujer.

Lo cree y dice una mujer.



[1] Bearak J et al., Unintended pregnancy and abortion by income, region, and the legal status of abortion: estimates from a comprehensive model for 1990–2019, Lancet Global Health, 2020, 8(9), http://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(20)30315-6/fulltext. https://www.guttmacher.org/es/fact-sheet/aborto-inducido-nivel-mundial

[2] Kristof, Nicholas. The Children of Pornhub. The New York Times. 2020. https://www.nytimes.com/2020/12/04/opinion/sunday/pornhub-rape-trafficking.html

[3] Bridges AJ, Wosnitzer R, Scharrer E, Sun C, Liberman R. Aggression and sexual behavior in best-selling pornography videos: a content analysis update. Violence Against Women. 2010. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20980228/

[4] United Nations Children’s Fund, Female Genital Mutilation/Cutting: A global concern, UNICEF, New York, 2016. https://www.unicef.org/media/files/FGMC_2016_brochure_final_UNICEF_SPREAD.pdf

[5] Mariani, Karina. Salen a la luz los gastos escandalosos del Ministerio de la Mujer en Argentina. La Gaceta de la Iberosfera. 11 de febrero de 2021. https://gaceta.es/actualidad/salen-a-la-luz-los-gastos-escandalosos-del-ministerio-de-la-mujer-en-argentina-20210211-1217/

One Comment

  1. Silvia de Chacón-
    13 marzo, 2021 at 4:17 pm

    ¡Muy bien dicho! Sigue adelante 🙂