Reflexiones sobre la adopción

«No es la carne ni la sangre sino el corazón lo que nos hace padres e hijos» – J. Schiller

“La tragedia es parte de cada historia de adopción. Cualquier niño que necesita una familia adoptiva ha sufrido una pérdida incalculable: su familia biológica”. Así lo escribió Kelly Needham, en su publicación: ¿Por qué la adopción vale la pena?

Es claro que cada día hay más niños y adolescentes sin hogar, la creación de hogares estatales o fundaciones en pro de los niños, es una realidad. También es una realidad que muchas parejas por diversos motivos no pueden tener hijos biológicos.

Problemas y soluciones, hay muchas, y ¿en cuántas de ellas participamos nosotros? 

Es oportuno mencionar la adopción como una de las tantas maneras de conformar una familia, considerando que de esta manera se garantiza el derecho constitucional de muchos niños que son invisibles a los ojos de la sociedad. Por otra parte hay que tomar en cuenta que lo que demos a los niños de hoy, ellos lo darán a la sociedad mañana; tantas situaciones que consternan, que son el resultado de niños que han crecido en hogares sin presencia, ni orientación familiar. No podemos dejar de mencionar, la irresponsabilidad de muchas parejas que se ven en la necesidad de dar a sus hijos en adopción. Pero ya no podemos cambiar eso, es mejor ser parte de la solución, y como lo dijo el poeta alemán, J. Schiller  “No es la carne ni la sangre, sino el corazón lo que nos hace padres e hijos”. 

Puedo agregar que adoptar es un verbo, no un adjetivo: un niño fue adoptado, no es, adoptado. La adopción es un hecho más en su historia, no es una característica. Padres son aquellos quienes deciden cuidarlo, educarlo  y sobre todo amarlo. Este es el camino para colaborar con tantos niños y adolescentes que viven en hogares estatales y fundaciones, llenos de grandes vacíos; Y son ellos el futuro de nuestro país.

Porque no ser parte de la solución,  porque no ayudar a esas parejas que tanto anhelan un hijo, y reconocer que simplemente la naturaleza hizo que nacieran de otro vientre. Que esos bebés, niños, niñas y adolescentes también los han estado buscando y guardan la esperanza de ser encontrados.

Estas y muchas otras situaciones son parte de nuestra realidad, ninguna de estas razones fue motivo para renunciar a educar, amar y formar a Steve Jobs o a Nicole Richie.

En definitiva adoptar es un acto de amor incondicional, que puede enseñar mucho, transformar familias y llenarlas de alegría. No es sólo darle la oportunidad a esos niños de ser hijos, es  demostrar que se puede ser padre o madre.


Lidia Figueroa es esposa, madre y tía. Tiene una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad Rafael Landivar. 

Además es maestra de Educación Primaria, exalumna salesiana; desde entonces aprendió mucho sobre valores, uno de ellos la familia.

Actualmente labora como docente y es columnista de Blog AFI.


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