Un impacto poco estudiado en medio de esta pandemia ha sido la transformación dramática de los núcleos familiares o dicho en otros términos, la demostración de la incapacidad de los seres humanos de convivir permanentemente juntos. La cuarentena ha sido una prueba no programada que las relaciones matrimoniales han enfrentado. Muchos salen airosos y otros han caído como un enorme
“Las parejas que se casaron en 1970 tenían el 50% de probabilidades de separarse o seguir unidas. Y para las parejas casadas en 1990, las posibilidades de que su matrimonio acabaría en divorcio estaban cerca de un asombroso 67%. Si el cálculo se mantiene, solo 3 de cada 10 matrimonios recientes pueden contar con que seguirán unidos a su nueva pareja