Todos merecemos un final feliz

Por Ruby García-Rosa / AFI Joven

—Es un día muy bonito, luego de varios días de lluvia, hoy hay un cielo despejado— dijo Carlos mientras, recostado en su cama, miraba por la ventana.

—Sí, lo es. Podemos salir un rato si quieres— propuso Marta, la enfermera que se encarga de cuidarlo.

—¡Claro! Me encantaría.

Carlos tiene leucemia y recibe cuidados paliativos, los cuales se enfocan en ayudar a quienes tienen una enfermedad muy grave a sentirse mejor al prevenir o aliviar los síntomas y efectos secundarios de una enfermedad o del tratamiento que se recibe.

¿Por qué los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida?

Las personas que tienen una enfermedad terminal tienen la certeza que pronto van a morir. El sufrimiento físico, emocional y espiritual se trata de aliviar para mejorar la calidad de vida. Cuando la persona se encuentra mejor en estas áreas, su calidad de vida mejora. Normalmente, estos cuidados se ofrecen a personas que tienen cáncer, alguna enfermedad pulmonar o cardíaca, demencia, sida, insuficiencia renal, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), entre otras.

Pero estos cuidados no solo benefician al enfermo, sino que también a su familia, ya que se centran en 3 pilares:

  • Manejo de los síntomas en la enfermedad, incluyendo el manejo del dolor.
  • Mejorar el confort del paciente y el de su familia, ya que es importante el entorno del enfermo.
  • Brindar educación a las familias para el manejo del paciente cuando esté en casa.

En contra del suicidio asistido

Mejorar la esperanza de vida es apostar por dar una vida digna a la persona. Por lo tanto, va en contra del suicidio asistido que emplea la eutanasia. Los cuidados paliativos se centran en la persona y no intentan hacerle creer que una vida con dolor no tiene sentido o no merece la pena ser vivida. Por el contrario, nos dice que toda vida es digna y vale la pena ser cuidada y atendida como se merece.

Gonzalo Herranz, quien es parte del departamento de Bioética de la Universidad de Navarra, en el artículo “La ética de los cuidados paliativos”, expone que “Mantener la nutrición y la hidratación en el paciente no moribundo no es una prolongación injusta y artificial del sufrimiento. Estas son vocaciones (la Medicina y la Enfermería) que sirven al hombre de acuerdo con un entendimiento profundo del valor de la salud y de la vida humana, que tratan primariamente de satisfacer las genuinas necesidades de la salud del paciente”.

No hace falta quien le ponga un costo a la vida al justificar que es mejor matar a una persona, ya que es más económico que prolongar su vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuidados paliativos tratan de proteger al paciente y a sus familiares de “posibles dificultades financieras y brindan apoyo emocional durante la enfermedad y el duelo”.

Terminar la vida es aceptar que ninguna vida tiene valor y que no se puede ser feliz en los días de enfermedad. Como pudimos ver en el diálogo del principio, Carlos, a pesar de tener leucemia, encuentra felicidad en su día a día. Con los cuidados paliativos el dolor se trata de aminorar y él puede seguir disfrutando, aunque de manera diferente, de lo cotidiano, de su familia y de sus amigos. Se le da lo mejor hasta el último momento.

Un grito de auxilio por una vida digna

Los cuidados paliativos pueden brindarse al mismo tiempo que el tratamiento y pueden empezar desde el momento en que se diagnostica la enfermedad, durante el transcurso del tratamiento, en el seguimiento y hasta el final de la vida. No hay ninguna razón por la cual se deba impedir a una persona aminorar el dolor.

Es importante recalcar que una vida digna no solo se limita a lo físico. Es por ello que los cuidados paliativos los brindan médicos, enfermeros especializados, psicólogos, asistentes físicos, masajistas terapeutas, trabajadores sociales, nutricionistas certificados y capellanes. El ser humano necesita de un bienestar íntegro. Sin los cuidados paliativos, la enfermedad impide la calidad de vida. Sin embargo, necesitamos educación, apoyo y un mejor sistema de salud para que toda persona pueda optar por los cuidados paliativos.

“Existe una mayor necesidad de abordar las necesidades de cuidados paliativos mediante la sensibilización, la mejora de las regulaciones de salud, la capacitación de proveedores de atención médica y la integración de los cuidados paliativos en el sistema de salud”, declara la OMS.

Hace falta mucho trabajo por delante en velar por ese respeto y protección de los que en ese momento son más débiles, tanto de los que están en el momento terminal de la vida, como de los que aún luchan con la enfermedad. Incluso en los casos extremos, cuando el paciente está en sus últimos momentos de vida y la nutrición e hidratación no son efectivas, ¿sería ético negarle el confort que necesita con el solo hecho de humedecer sus labios resecos?

No hagamos oídos sordos a ese grito de auxilio que nos piden los enfermos por tener una vida digna hasta el final, por tener un final feliz.


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